Los combates cotidianos 2: Tantas pequeñas cosas… (Manu Larcenet)

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Los combates cotidianos 2: Tantas pequeñas cosas… (Manu Larcenet). Norma Editorial, 2005. Cartoné. Color. 64 págs. 16 €.


Manu Larcenet ha sido para mi uno de los descubrimientos recientes más interesantes venidos del otro lado de los Pirineos. Habiendo leído tan sólo los dos primeros tomos de Los Combates Cotidianos, el primer Aventuras Rocambolescas y alguna que otra Mazmorra, ya se ha hecho un hueco en mi lista personal de autores a tener muy en cuenta. Autor con un amplio registro, excelente guionista y dibujante, ha trabajado con las grandes editoriales francesas, independientes como L’Association y creado la suya propia, y en 2004 gana el Premio al Mejor Álbum en Angoulême con el primer volumen de Los Combates Cotidianos, una historia autobiográfica llena de introspección, buen humor y que plantea interesantes dilemas morales del autor en los que muchos lectores verán reflejados sus propios miedos e incertidumbres.

Con el buen sabor de boca del primer tomo me lanzo a la lectura de la segunda parte, Tantas pequeñas cosas…y me encuentro… otra maravilla. La autobiografía en cómic adopta muchas formas y se nutre de muchos grandes artistas, como David B, Joe Matt, Crumb, Spiegelman, Eddie Campbell, Trondheim, Giménez… y la forma que dibuja Larcenet en esta serie es sin duda una de las más bellas. Los personajes transmiten humanidad, son creíbles en sus flaquezas, son reales. De nuevo asistiremos al devenir del protagonista, Marco (el autoral fin y al cabo), que se enfrentará a la enfermedad de su padre, sus propios ataques de pánico, la xenofobia, la hipocresía, el final de una forma de vida, la pérdida de fe en su arte, pero siempre con el apoyo de su novia, su hermano y la mujer de éste. Entre tantas calamidades, la relación de Marco con su hermano Georges (Larcenet ha contado en varias ocasiones con su hermano Patrice como guionista y colorista) es un auténtico oasis que da lugar a grandes diálogos humorísticos, como la huída del hospital, las conversaciones a través del portero automático, o su afición a los porros… ¡pero de los gordos

La contraportada del álbum de Norma reza “Ésta es la historia de Marco, que no sabe adónde va”. Yo pienso que sí que sabe bien adónde va, y más después de este álbum, pero no sabe cómo ir y se aferra a su pasado para no avanzar (su hermano, el pequeño apartamento que se niega a abandonar, el astillero y su gente…). Tiene miedo de tomar las decisiones equivocadas que le arrastren a madurar hasta el punto de haber perdido la inocencia al llegar al final del viaje: la madurez, la vejez, la muerte. Pero al igual que al final del tomo anterior, Marco dará algunos pasos adelante que le reconciliarán consigo mismo y que abrirán una puerta a la esperanza, dejando un delicioso regusto agridulce en el paladar.

Larcenet dota a la obra de un gran ritmo, dosificando las distintas tramas, alternando momentos duros con otros más ligeros, conduciéndonos donde él quiere aumentando muestro interés a cada página, y todo ello con un dibujo fabuloso, altamente expresivo, que se vale del color, de los fondos, de la caricatura para dar la intensidad adecuada a cada momento. Menudo pedazo de dibujante, sí señor.

El estilo caricaturesco de Larcenet y su agudeza psicológica facilitan la identificación del lector con los personajes, lo que convierte la travesía de Marco en el viaje del propio lector. Un viaje que es nada más y nada menos que la vida, que nos arrojará a la cara enfermedades, intolerancia, decepciones, que desmontará todas nuestras creencias, pero que también nos regalará el amor, y como dice el título, tantas pequeñas cosas… Cosas por las que merece la pena luchar cada uno de esos pequeños combates cotidianos.

4
Excelente, tebeos como este hacen grande el cómic.


el tio berni

Larcenet
Modesto Larcenet