Entrevista con Bill Willingham

A continuación, traducimos una entrevista realizada a Bill Willingham, viejo amigo de estos lares, por Dirk Deepey para The Comics Journal el pasado 18 de septiembre, que a su vez, es un extracto de la realizada en el número 278 de la citada publicación. Bill nos habla de su relación con el viejo concepto de la magia en el Universo DC, cómo es el nuevo enfoque que propone y cómo deja entrever sus ideas políticas en sus (nuestras queridas) Fábulas.



“SOBRE LOS AJUSTES Y LOS PROBLEMAS QUE CAUSAN”

Nos estás hablando acerca de la coordinación en varios títulos. Justamente eso es lo que ha debido de traerte loco con el spin-off de Crisis Infinitas, la miniserie titulada El Día de la Venganza.

Uh. Fue un infierno.

(Risas) ¿Cuánto de esta historia te fue dado y cuánto escribiste en realidad?

Más o menos al cincuenta por ciento. Había una lista enorme de cosas que tenían que ocurrir en El Día de la Venganza. Había que partir de ahí. La escena final tenía que ser la muerte del mago Shazam. Y varias otras cosas que tenían que suceder. Si hay una manera en que puedas hacer que todas estas ocurran y aún así contar la historia que quieres, hazlo. Así que estaba esta loca mezcla de cosas que tenían que hacerse y luego casi total libertad en otros aspectos, lo que era muy extraño. Pero esto creó desafíos interesantes. Disfruté haciéndolo gracias a eso, creo, más que a pesar de eso.

En realidad eso dotó de cierto sentido a la historia misma, que por sí misma ya es bastante impresionante. Yo de verdad traté de seguir todos los spin-offs y crossovers de Crisis Infinitas y después de un tiempo ya no entendía nada. Esto no es una pregunta. Es más bien una queja, supongo.

Bueno, creo que eso es parte de la naturaleza de la bestia. No sé si quería convertirme en una de las fuerzas conductoras en uno de esos crossovers mega-complejos. La Crisis en Tierras Infinitas original estaba concebida como un intento de arreglar todos los problemas de continuidad en DC. Aparte de eso, nadie sabía lo que traería el nuevo status quo. Quiero decir que era un completo jaleo. Incluso los escritores y editores no estaban seguros sobre quién y qué habría más adelante. Un profesor, a quien aborrecía en el instituto y después me di cuenta de que fue el mejor profesor que he tenido, tenía su opinión al respecto –hablaba de política, era profesor de ciencias políticas- hablaba de la tendencia de las naciones o de las personas o de un grupo determinado a reconocer un problema, buscar una solución a ese problema y fracasar en el siguiente nivel, que es calibrar los consiguientes problemas que esa solución acarrea. A menudo, especialmente en el campo de la política, los ajustes crean problemas mayores que el que se intentaba solucionar. Creo que todas estas Crisis y Secret Wars y todos esos enormes crossovers son exactamente el paradigma en cómic de esa actitud. Tienes un problema que necesitas arreglar y ese ajuste crea tantos problemas y dificultades que es probable que, a la larga, no merezca la pena el esfuerzo.

Supongo que el principal propósito de El Día de la Venganza aparte de matar a Shazam, era reiniciar el concepto de magia en el universo DC.

Claro. Ésa era la parte en la que tuve total libertad. Quiero decir que es la parte en la que me dejaron sacar a la luz todo lo que quise.



Y chico, tuviste un momento grandioso destruyendo la vieja versión de la magia, pero la serie terminó antes que tú o cualquier otro estableciese cuáles eran las nuevas reglas o cómo iban a funcionar o cualquiera que fuese el propósito del “re-inicio”. Tú vas a empezar a hacer la nueva serie Shadowpact basada justo en eso, creo

Sí.

¿Estás escribiéndola? Creo recordar que he oído que estabas, de alguna manera, involucrado en la ilustración.

Estoy escribiendo y dibujándola, pero para cuando salga esto, creo que será bastante obvio que no podré mantenerme en el dibujo. Me he vuelto tan ridículamente lento dibujando que para cuando salga esto, sospecho estaré escribiéndolo y lo dibujará algún otro.

¿Hay una nueva definición o serie de estándares de trabajo sobre cómo se supone que funciona ahora la magia en DCU?

Algo de esto hay. Usando ese modelo de no introducir soluciones que traigan más problemas de los que arreglan, lo utilicé como excusa para librarme de una de mis peores pesadillas acerca del sistema de la magia en el DCU, que es que estaba controlada por los llamados Señores del Orden y del Caos, que representaban el bien y el mal. No lo entiendo muy bien, porque si Orden es bueno y Caos es maligno, ¿cómo se explican cosas como el Tercer Reich, que estaba tan organizado, ese tipo de cosas? Por eso, nunca he creído en esa equivalencia. También, la idea de que se necesita un equilibrio entre estas dos fuerzas para que las cosas funcionen –lo que es muy Oriental, yin-yan y todo eso, supongo- tampoco me he tragado nunca eso, especialmente en el sentido de equipararlos al bien y al mal. Quiero decir, en la policia de la ciudad, no encontraremos al capitán arengando a sus tropas diciendo: “Ya sabéis, no tenemos bastante equilibrio en esta ciudad entre el bien y el mal, así que quiero que el número de policías buenos y el número de policías malos se redistribuya para encontrar ese equilibrio que estamos buscando”. Eso no resiste un análisis serio cuando introduces situaciones reales, auténticas. Y quiero decir, bueno, no importa…digamos que estamos hablando sobre la inanición como una carencia del bien. No me imagino un universo en el que la bondad de la no-inanición es tan aplastante que no hay equilibrio en absoluto en el lado negativo de la gente que no tiene suficiente para comer. Así que eso me molestaba. Nunca me gustó, y así era como funcionaba el modelo de la magia en DC, entre otras cosas. Por eso, una de las cosas que arreglamos, y me sorprende que DC me dejase hacerlo, fue acabar con los Señores del Orden y del Caos y poner fin a toda una era donde ese era el modelo. Pero el nuevo modelo, y es terrible admitirlo, es “no lo sé”. Mi pequeño apunte para cualquiera que fuera a hacer libros de magia en el futuro fue: “Mira, la magia funciona de una nueva forma. No estoy seguro de cuál es, pero si quieres recomponer personajes que consideras que no funcionan, ya tienes una excusa para hacerlo. Y hasta ahí es donde he llegado. Aunque, si te gustan los personajes tal y como son, ignoralo. No hagas cambios”.

Bueno, ¿realmente se necesita que todo esté tan inflexiblemente controlado?

Creo que eso entontece la creatividad más que favorecerla. En los libros que escribo, yo sé cómo va a funcionar mi sistema y creo que cualquier escritor debería. Pero no siento una gran necesidad de controlar a la gente que escribe libros en los que no estoy participando. Así que vamos a abrirnos camino a través de esta nueva era de la magia, que cosiste en que funciona de la manera que tú quieres que funcione.

Luego no necesitas que John Constantine y Zatanna hagan el mismo tipo de magia.

No necesito saber nada sobre cómo hacen lo que hacen. A menos que, ya sabes, acabe escribiéndolos, en ese caso, lo hago. Pero … sí.

FÁBULAS



Sigamos adelante y cambiemos a Fábulas.¿Cómo surgió el concepto?

Fábulas era una de esas cosas a las que, como ya he dicho, les he estado dando vueltas desde hace muchos años. Como chaval, me encantaban … siempre he visto los Fractured Fairy Tales en The Bullwinkle Show.

Oh, sí.

Creo que si hay algo que sea el génesis de Fábulas es eso, porque cuando era un crío, estaba asombrado de que pudieran salir con algo así. El concepto entero de Fractured Fairy Tales era que ellos rehacían los cuentos de hadas desde un punto de vista divertido y en tono de mofa, y cambiando completamente cosas, de modo que de tus queridos personajes son completamente diferentes del modo que ellos los cuentan. De niño no podía creer que pudieran hacer algo así. Quiero decir, así es la historia de los Tres Cerditos y del Lobo Feroz. ¿Cómo puede venir cualquiera y decir que ocurrió de modo diferente, aunque sea con fines divertidos? Llegados a este punto, mi madre me explicaba cuidadosamente: “Son los cuentos populares. Cualquiera que quiera hacer una versión de ellos, puede hacerlo”, lo que para mí fue una revelación asombrosa, la idea de que “Oh, esto no pertenece a nadie, incluso podría usar estos personajes en mis propias historias” y supongo que se me quedó esa idea.

Más recientemente, realicé un fill-in book para un spin-off de Sandman, The Dreaming, llamado The Further Adventures of Danny Nod. Básicamente trata un niño que se mueve en un mundo donde los libros son reales. Eso me condujo a hacer Misterly River. Y pregunté en DC si les gustaría una serie regular sobre esto, porque realmente me gustaba. La idea de un niño que realmente existe en el mundo en el que se cuentan las historias. Y dijeron que “era un concepto interesante para una historia, pero no veo cómo puedes sacar más de una historia de ahí”, lo que encontré asombroso en el sentido de que ¿cómo podrías no sacar un caudal de historias de ese concepto? Así que hice Misterly River, pero Fábulas, creo, también salió de ahí. Una puesta a punto de la idea, sin utilizar los personajes de Sandman, obviamente, y usando únicamente los personajes de los cuentos y el folclore que están ahí para que cualquiera los utilice. Creo que al principio iban a ser personajes de la mitología, del tipo del viejo panteón del Monte Olimpo, pero pensé que era un campo un poco demasiado trillado en nuestros días. Y, por lo tanto, el otro grupo natural eran los personajes de los cuentos de hadas.



En una entrevista que concediste a una página web llamada Pop Culture Shock, equiparabas el concepto básico detrás de Fábulas con el de la Diáspora judía; tienes personajes que originalmente vivían en la Tierra de las Fábulas y entonces, un gran adversario surgió y les echó, y ahora vivne en pequeños ghettos desperdigados por nuestro mundo. Me pregunto si esa era la intención desde el inicio o si la metáfora surgió a lo largo del tiempo a medida que desarrollabas el concepto

No, estaba ahí desde el principio. Como he dicho, me crié en una familia muy conservadora. Mis padres pertenecían ambos a los llamados “Scoop Jackson Democrats”, lo que para el estándar de hoy los convertiría en, ya sabes, horribles republicanos conservadores. El otro aspecto de eso era que mi madre, por razones que aún no comprendo, era fervientemente pro-israelí. El único gran viaje que ella siempre quiso hacer en su vida y que nunca realizó, era ir a Israel, y yo de niño no lo comprendía, pero al ir creciendo, la historia completa de cómo surgió la nación moderna, con la partición y las guerras y todo eso -y toda esa historia del pequeño país que está rodeado por todas partes por esas grandes naciones dedicadas a su extinción– supongo que eso apelaba al sentido de compasión por el primido de mi madre, y si hay un oprimido en este mundo, ese es Israel. Así que creo que simplemente asimilé el amor de mi madre por Israel. Políticamente, soy rabiosamente pro-Israel y de ahí el uso de esa metáfora, que era intencionada desde el principio. De hecho, como está entrevista saldrá a la luz después del número 50 [de Fábulas], hay una escena en la que realmente se da por hecho que la batalla de Fabletown contra el gran Imperio, el Adversario, es muy parecida a Israel contra las naciones árabes. Un pequeño país lleno de tercos hijos de perra para quienes la única manera de proteger su existencia es asegurarse que cada vez que les hagas algo malo, van a hacertelo pagar con creces. Yo uso esto como analogía formal para la existencia de Fabletown y sus relaciones con el Imperio. Es una manera indirecta de decir que sí, que era con ese propósito.

Estamos hablando sobre política conservadora, y una de las cosas que he notado al leer Fábulas es que comparado con otras personas que, bueno, otros escritores que tienen fuertes convicciones políticas, tú en realidad no intentas incluir la política de forma directa.

Seguro, al menos no de un modo didáctico.

De acuerdo. Quiero decir, Fábulas es en realidad una serie de cuestiones morales más que una tribuna política. Tú, generalmente, tiendes a tratar más principios básicos que cualquiera que sea el tema del momento.

Bueno, no me preocupa cuáles son los antecedentes políticos que se tengan, si se está continuamente predicando, el resultado es automáticamente estúpido. No sé de ninguna otra manera de llevarlo a cabo. Alguien mucho más inteligente que yo dijo que “el propósito del arte no es decirles a los lectores que hacer, sino mostrar a los lectores quiénes son”. Y por eso, por mucho que la política se introduzca en Fábulas, eso es lo más lejos que quiero llegar. Es imposible dejarlo de lado completamente. Todos somos criaturas políticas tanto si nos gusta como si no.

Seguro.

Y de vez en cuando, algo se incorpora. Y lo que me divierte es…. había una escena en La marcha de los Soldados de Madera donde represento a los jóvenes republicanos. Y hasta el día de hoy, sigo recibiendo protestas de los lectores sobre eso. Como “¿Cómo te atreves a atacar a los republicanos y los conservadores de esa manera? Pero, por el otro lado, otros lectores también me escriben “¿Cómo osas poner en el punto de mira a los liberales de esa manera? Y creo que era una escena perfecta justo por eso. Al menos, era muy divertido. Ese es el último filtro: si no es ni entretenido ni divertido, no se incluye. Pero yo tengo que conseguir dar algunos aguijonazos que desempeñen la función exacta de mostrar a los lectores de dónde vienen más que enseñarles lo que deberían hacer. Si, esto no va a ser un panfleto político. Nunca lo será, aunque al mismo tiempo, no hay que acobardarse por el hecho que los personajes tengan moral y ética, y no vamos a disculparnos por ello. Quiero decir, Fábulas y el Imperio y todo eso son suficientes elementos fantásticos para que, si vamos a hablar de Israel, pongo por caso, no tengamos que crear un sustituto de Israel artificial para no ofender manifiestamente a nadie. Ya sabes, ya está cargado con demasiados elementos fantásticos.



Supongo que podrías tejer algunas metáforas sobre la guerra global contra el terrorismo en Fábulas, si eres lo suficientemente retorcido. Cosas como, ya sabes, la detención secreta de Baba Yaga, por ejemplo.

(Risas) Si. Tienes razón.

Pero tú no te refieres tanto a hechos del mundo real como a las motivaciones y el tipo de cosas que ocurren en esa clase de circunstancias. Tienes a Boy Blue, quien lleva a cabo una misión secreta en su mundo de origen y vuelve y tiene que pagar por haber infringido varias reglas de Fabletown, a pesar del hecho de que es el propio alcalde quien le envió al exterior a hacerlo. Hay muchos conflictos en Fabletown entre el espíritu de la ley y la ley escrita.

Seguro, yo creo que, en ese sentido, también estoy intentando reflejar la vida real. Tengo suficiente ego para esperar que las historias sean lo suficientemente intemporales como para que no se relacionen con hechos específicos. Nunca va a existir una historia para la guerra de Irak y lo que pienso acerca de ella. Pero mis opiniones aparecen lo justo para definir cualidades de por qué hacemos las cosas de esa manera. “Cualquiera puede decirte que la primera cosa que tienes que hacer es proteger tu propio territorio” porque justo esos principios son los que nos han llevado a apoyar o rechazar la guerra en Irak. Blancanieves, cuyo objetivo es hacer que la comunidad funcione: “ Estamos invirtiendo nuestro esfuerzo en esto y lo voy a conseguir porque es mi gente, mi tribu” y todo este tipo de cosas. Estas cosas aparecen y, ocasionalmente, algunas de mis opiniones personales acerca de lo que define a los personajes, o debería, lo que yo considero virtuoso aparecerá de vez en cuando. Yo creo… Dios, qué fue lo que escribí… oh, fue en un número de “Shadowpact”, una declaración del tipo “ninguna sociedad cuerda permite vivir a los perros locos». Cosas como esa que yo creo que son obviedades que deberían hacerse y con las que quizá otros estarán en desacuerdo.



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Pero incluso entonces, te permites una pequeña ambigüedad. Estoy pensando, por ejemplo, en el séptimo de los hijos de Blancanieves. El céfiro que casi todos están intentando dar caza y muerte y con el que ella consigue contactar y decirle: “No, no deberías matar a la gente así. Márchate de aquí rápidamente”.

Oh, si y parte de eso es, esto es lo que hago, esto es lo que creo, soy de esa clase de personas que se rigen por la ley, pero cuando se trata de tus propios hijos y tu propia familia, por supuesto, estamos hechos así. Cuidas de los tuyos. Y eso definitivamente triunfa sobre un nivel más alto de virtud y moralidad. Ciertamente triunfa sobre cualquier código.

Mar