Strangehaven (Gary Spencer Millidge)

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Sí, Strangehaven es esa serie que va ya por su tercer tomo y a lo mejor ni has llegado a ver en las estanterías de tu librería. Una serie publicada en tomos en blanco y negro por un autor desconocido en nuestro país no parece que tenga muchas posibilidades de despuntar entre la avalancha mensual de novedades, y sin embargo, por calidad y precio podría estar en la lista de la compra de muchos más lectores. Credenciales no le faltan: Más de diez años en el mercado, publicada en 11 países, y merecedora de, entre otros premios, dos Eisner y tres Ignatz.

Strangehaven es una serie inglesa independiente, autopublicada por Gary Spencer Millidge, que describe la vida cotidiana en un pueblo de la campiña inglesa. Pero esto que podría parecer un planteamiento poco original o atractivo pronto se torna un viaje apasionante que aúna costumbrismo, magia, crimen y, sobre todo, personajes auténticos. Strangehaven lo tiene todo para ser un pueblecito al uso: su poli, su médico, su mecánico, su frutero, su vieja loca, su pub… pero bajo la prosaica superficie se oculta tanta oscuridad y tanta complejidad como la que subyace en la personalidad de cualquier persona normal. Porque hay sociedades secretas, hay historias del pasado que tienen repercusiones en el futuro, hay crimen y pasión, hay engaño, amor, odio, enfermedad y, por supuesto, mucho humor negro.

En el primer número, el protagonista de esta historia coral llega por accidente a Strangehaven. Por más que lo intente, nunca logrará salir. Algo misterioso le retiene y finalmente decide quedarse y adaptarse a la vida en ese pueblecito lleno de encanto y gente corriente… o casi. Millidge usa a este protagonista, ajeno al pueblo y sus costumbres, como contrapunto para poder describir desde fuera a todos los personajes que forman el enjambre de Strangehaven, que poco a poco, con un ritmo pausado pero constante, van descubriendo sus complejas personalidades. Es inevitable pensar en un serial televisivo cuando se van pasando las páginas de este tebeo. Twin Peaks viene a la memoria, por ejemplo, como referente obvio de un lugar que desde fuera parece reunir todas las características prototípicas de este tipo de poblaciones y que sin embargo se rige por unas reglas muy distintas a las que estamos acostumbrados. Unas reglas que el lector va conociendo de forma dosificada y que logran, sin epatar, hacerle entrar en este mundo donde hay por fuerza que aceptar hechos que no aceptaríamos en otros lugares o estuvieran narrados con menos habilidad.

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Millidge quiere a sus personajes, y se nota. Los dota de personalidad, de diálogos creíbles, de reacciones que podemos llegar a entender, y lo hace a base de pinceladas, sin prisas, sin presiones externas, dándonos en cada número la cantidad suficiente de información para que tenga sentido como elemento unitario pero que nos obligue ansiosos a leer el siguiente episodio. Y esa es una de las mayores cualidades de Strangehaven. Engancha. El lector se sitúa en el mismo punto de referencia que el protagonista, con quien no le queda más remedio que identificarse, y va descubriendo a la par que él que una vez que se entra en Strangehaven ya no se puede salir, fascinado, hipnotizado por el baile del enjambre. Porque además, la serie mejora número a número, tanto a nivel argumental como gráfico. En toda la serie es evidente que la base del dibujo es fotográfica, y muy probablemente la fotografía no se usa sólo como referencia, sino que Millidge directamente copia o calca las fotografías (o utiliza cualquier técnica informática útil a tal efecto). En el primer tomo el dibujo es aun un poco tosco, especialmente a la hora de dar las sombras mediante rayado y de hacer contrastes. Esto mejora ostensiblemente en el segundo tomo, y en el tercero, al fin Millidge encuentra la técnica apropiada para dejar de causar extrañeza, eliminando el rayado y sustituyéndolo por aguadas en gris. La base fotográfica siempre resta movilidad y entorpece la acción, pero en una serie con el tono de Strangehaven es más importante captar el gesto exacto de los personajes para transmitir sensaciones y enriquecer los diálogos con un leguaje corporal realista.

En Strangehaven no se inventa nada, ni falta que hace, porque es una serie sin trampa ni cartón que no pretende ser nada más (y nada menos) que lo que es: entretenimiento. Pero entretenimiento del bueno.

Existe una página oficial de la serie, podéis consultarla aquí.

3
Bueno, este es el nivel medio que habría que pedir a cualquier tebeo


el tio berni