Rey David (Kyle Baker)

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Rey David (Kyle Baker). Planeta, 2006. Cartoné. Color. 160 págs. 16,95 €


«Aunque camine por el valle de las sombras de la muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo…». Esto es más o menos lo que debió de pensar Kyle Baker cuando decidió (o le encargaron) realizar una adaptación de la vida del bíblico Rey David en tono jocoso. Porque en Estados Unidos es complicado reírse según de qué cosas. La primera vez que leí este tebeo, hace dos o tres años, me dejó un regusto bastante agridulce, tirando hacia amargo. Me dio la sensación de que Baker no era para tanto (por aquel entonces sólo había leído su Por qué odio Saturno, creo recordar). Ha pasado el tiempo, he leído más Baker, y he releído este Rey David (en su edición en inglés) para aclarar mis ideas. Y la sensación más o menos es la misma: una pequeña decepción.

En Rey David, Kyle Baker hace un repaso a la vida de David, hijo de Jesé, desde que visita por primera vez al corrupto Rey Saúl, pasando por su lucha contra el gigante Goliat, sus logros bélicos al mando del ejército de Saúl y finalmente su coronación como rey. El libro arranca bien, las cinco primeras páginas son hilarantes, la primera aparición del Rey Saúl, terrorífica, y todo el tramo que describe la infancia de David hasta que finalmente lucha contra el gigante filisteo están bien narradas y son divertidas. Sin embargo, a partir del punto en que David se hace adulto, aproximadamente un tercio del tebeo, el ritmo del relato baja mucho, y los chistes se hacen repetitivos y los textos pesados. No se puede jugar a lo largo de un cómic de 150 páginas a repetir la estructura de los chistes mediante la inclusión de términos y conceptos anacrónicos todo el tiempo, porque hace gracia las primeras veces, y mucha, pero con la repetición pierden mucha fuerza. Otro problema importante es el que comentaba al principio, y es que Baker se toma la biografía del Rey David con humor, pero sin pasarse. Después de leer el Cowboy Wally Show o You are here y comprobar lo ácido y mordaz que este autor puede ser, este Rey David sabe a poco, las irreverencias que comete a lo largo del tebeo parecen demasiado blanditas, y se queda en una tierra de nadie en la que posiblemente no contente a los que pidan respeto por la Biblia ni a los que les apetezca leer una versión totalmente desenfadada.

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A favor de Baker juega su espléndido dibujo, tan cercano al cartoon y con ese envidiable dominio de las expresiones faciales y el lenguaje corporal. Hay viñetas en las que la simple mirada de los personajes es suficiente para hacer reír al lector o para que comprenda lo que están pensando, y el propio físico de los mismos es suficiente para que nos hagamos una idea de su carácter. Y sin embargo, en esta ocasión su método habitual de colocar textos y diálogos fuera de la viñeta no me ha convencido tanto como en otras ocasiones. Hay páginas completas de texto que apenas si están ilustradas con un par de figuras de los personajes que no aportan nada a la parte escrita, dando la sensación de cuento ilustrado más que de cómic, aunque puede que esa fuese la intención de Baker. Además, cuando hay varios personajes implicados en una conversación y hay réplicas y contrarréplicas, es bastante difícil entender quién dice cada frase. También es cierto que, por el contrario, consigue completar sin usar una sola palabra, escenas de hasta diez páginas que se comprenden perfectamente, supongo que para compensar la sobreabundancia de texto en otros pasajes. En cualquier caso, da una sensación de falta de coherencia interna y rompe demasiado el ritmo del lector como para pensar que Baker ha logrado el efecto que deseaba.

El último aspecto negativo merece capítulo aparte, y es que en Rey David Kyle Baker exprime el Photoshop, y lo hace para mal: a lo largo de toda la historia hay profusión de texturas imposibles, colores estridentes injustificados y figuras de corta-pega. Basta con una ojeada rápida para darse cuenta del horror cromático que supone Rey David, especialmente en los fondos. Resulta bastante sorprendente, si se tiene en cuenta que por ejemplo, You are here, es anterior a este álbum y los colores están mejor resueltos. Sería pues un paso atrás en la habilidad de Baker para el coloreado, pero también una muestra de que no se estanca y que que quiere seguir experimentando con el grafismo de sus historias. Respecto a la edición de Planeta no puedo decir nada, porque sólo la he ojeado. Eso sí, a diferencia de la americana, tiene tapa dura, y el papel es infinitamente mejor (supongo que DC pensó que para editar una adaptación bíblica era de recibo usar papel de Biblia), con lo que supongo que a poco buenas que sean impresión y traducción, mejorará la edición original.

Resumiendo, Rey David me parece una obra que no está a la altura del mejor Baker, donde los aciertos son tantos como los fallos y que, por tanto, será interesante para completistas de Baker o para los que quieran hacerse una mejor idea de la evolución de este gran artista.

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Interesante, pero no resiste una purga por motivos de espacio.

el tio berni