La escritura y el dibujo son prácticamente lo mismo

En un artículo aparecido hace ya un par de semanas en el diario Telegraph (el enlace lo vimos en The Beat) Frank Miller hablaba sobre la película 300 , su concepto del héroe y su percepción del cómic como lenguaje. Estos son sus comentarios.

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«[Sobre 300] Esta, espero, será mi última obra que no es dirigida por mí. Estaba dirigiendo Sin City, aprendiendo lo que estaba haciendo, cuando empezaron a hacer 300. Yo intervine, por supuesto, pero esta es la película de Zack Snyder. Claramente Zach tenía muy claro por dónde quería llevarla, y eso me gustó. Por decirlo de manera sencilla, yo siempre quise que fuese como una historia contada por un soldado alrededor del fuego de un campamento. Es un auténtico relato épico. Y me gusta la idea de que a medida que fue vuelto a contar por los contadores de historias a lo largo de los años, fue cambiando y perfilándose, como hacen todas las historias. Leónidas y sus hombres siempre han sido lo definitivo para mí en lo referente a un tipo particular de héroe, y siempre he intentado crear héroes que hayan recogido ese guante. He retorcido eso de muchas maneras -si te fijas en Marv o Hartigan en Sin City, ambos no sólo entregan sus vidas, sino también sus reputaciones. Pasan a la historia como gente horrible y a ellos no les importa, porque saben que están haciendo lo único que es correcto.»

«El sacrificio heroico es la esencia de la civilización, que es en gran medida una serie de compromisos que aceptamos. Por ejemplo, mientras crecía, siempre odié la frase «el crimen no compensa». Porque era claramente visible que compensaba a lo loco, y por tanto esta no era la razón para no cometerlo. La razón es que tenemos un contrato entre nosostros para no hacer ciertas cosas, y para hacer ciertas otras, porque eso es lo que hace la sociedad posible.»

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«[Sobre su juventud] Era la época de Ben-Hur, y eso realmente cautivó la imaginación de la nación. Vi las películas de Jasón y los Argonautas y Hércules y ese tipo de cosas, y después un fin de semana mis padres nos llevaron a mi hermano y a mí a la última, que era El león de Esparta [The 300 Spartans]. En primer lugar aprendí que la historia de las Termópilas fue real, después, a medida que avanzaba la película, tuve que preguntar aparte a mi padre si los buenos iban a perder. Nunca había escuchado algo así y cuando cayeron fue un momento de formación para mí. Cambió mi idea de lo que era el héroe. hasta entonces siempre parecía que el héroe ganaba, y le daban una medalla, o se quedaba con la chica, pero estos hombres murieron en medio de la nada, sacrificando sus vidas por un bien mayor.»

«No te equivoques -mis historias de adolescente eran malísimas, como un niño intentando hacer Sin City. Pero lo importante para mí era que el dibujo y las palabras fuesen un todo. He tratado con todas mis fuerzas de mantener esto así, porque creo que el dibujo y la escritura se han separado de forma no natural. Si te retrotraes a las primeras formas de lenguaje escrito, todas empezaron como pictogramas. Hubo una separación que ocurrió orgánicamente, de modo que a lo largo del tiempo la escritura se convirtió en el terreno que esperábamos que fuese universal. Pero creo que la escritura y el dibujo son prácticamente lo mismo.»