Los viajes de Juan Sin Tierra. 1. La pipa de Marcos (Javier de Isusi)

Hay relatos que mientras los estás leyendo y disfrutando piensas de inmediato en alguien querido y cercano a quien podría gustarle: estás plenamente convencida de que van a estar encantados con tu regalo, aunque no sean lectores habituales de tebeos. Esto me ha sucedido con La pipa de Marcos, primer volumen de Los viajes de Juan Sin Tierra, de Javier de Isusi, editado por Astiberri, con la calidad que ya nos tienen acostumbrados.

La Pipa De Marcos
Los viajes de Juan sin tierra nº 1: La pipa de Marcos (Javier de Isusi). Astiberri, 2004. Rústica. 138 págs. B/N. 12 €


Hay mucho de aventurero romántico en toda esta historia: ideales, buenas intenciones, enamoramientos platónicos, luz de luna,… ¡Corto Maltés ha vuelto! Hasta en el dibujo: esos juegos de luces y sombras, los perfiles a contraluz, la amiga y confidente Luna, que potencia los misterios, aunque sean inexistentes… No quiero decir con esto que sea una nueva versión de aquel antihéroe, pero desde luego y para mí, su espíritu lo impregna todo. La socarronería, esa manera de estar plantado ante el mundo y la adversidad, la relación personal que establece con el resto de habitantes, todo eso queda potenciado con un dibujo que no deja de recordarme a la creación de Hugo Pratt, con ese punto macarra de estar de vuelta de todo, pero sin perder la capacidad de asombro: puntos que quedan reflejados en las actitudes, los gestos, el lenguaje corporal que impregna todas y cada una de las afirmaciones del protagonista y de los habitantes de La Realidad, pueblo de Chiapas donde se desarrolla la trama.

La Pipa De Marcos_interior


Y de trasfondo, una lucha, que vista en la distancia, puede parecer que es la última justa, con una causa noble tras de sí: ¿qué contienda no comienza con esos ideales?
No entra el autor a discutir ni a debatir si es buena, mala o regular: nos cuenta las peripecias de un hombre llamado Vasco, en busca de un amigo, Juan, al que cree perdido y del que no sabe nada desde hace tiempo. Y allí se encuentra con personajes tan peculiares que están a punto de volverle loco: los observadores internacionales, necesarios para mantener alejadas las incursiones del ejército, con motivaciones tan diversas como diferentes son entre sí, aunque con la idea de llegar a conocer a Marcos, el dueño de la pipa a la que hace referencia el título; la maestra de la escuela, que está convencida de su labor allí, aunque parece distanciada del resto; los habitantes de la población, que sabes que están pero que apenas se dejan ver: ya han visto demasiado; los propios milicianos, que se dejan caer, aparecen y desaparecen, se infiltran y no paran de confundir al protagonista de la historia.
Un dato que nos puede resumir el juego que siempre existe en este tomo: el pueblo se llama “La Realidad” y en él pasan cosas absolutamente extravagantes, mágicas, casi irreales.

Es ésta una historia que se pueden sentar a disfrutar, tanto si están aferrados al mundo real como si aún piensan que los cambios son posibles. Yo, por mi parte, estoy deseando re-encontrarme con Vasco, el marinero sin mar, en su segunda aventura, para continuar con la búsqueda del amigo, aprendiendo de paso, a conocerse un poquito, a buscarse y encontrarse a si mismo.

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Excelente, tebeos como este hacen grande el cómic

Mar