Sócrates el semi-perro Nº 1: Heracles (Sfar & Blain)

Portada
Sócrates el semi-perro Nº 01: Heracles. Ediciones Sins Entido, 2007. Guión: Joann Sfar. Dibujo y tinta: Cristophe Blain. Color: Audrè Jardel. Color. 48 págs. 13 €



Nos encontramos ante una historia, la primera de una serie, guionizada por Joann Sfar y dibujada por Christophe Blain, dos autores que se conocen bien y de estilos parecidos, por lo que su forma de trabajar se complementa perfectamente: encajan como hechos a medida.

Sfar nos cuenta la vida de Sócrates, el perro de Heracles y, por supuesto, no se trata de un perro común: como él mismo se encarga de aclararnos, es el perro de un semi-dios, por lo que él, es un semi-perro, es decir, mitad perro, mitad filósofo. Y no sólo eso: también puede hablar, leer y, por supuesto, filosofar. Esto último es lo que más le gusta hacer -como no podría ser de otra manera con semejante nombre- a este curioso perro. Y no sólo curioso por sus fantásticas capacidades y habilidades, sino porque tiene verdadera curiosidad y ganas de aprehender el mundo que le rodea; sobre todo, se interesa por el mundo de los humanos y sus complejas relaciones, en concreto, por las de su amo con las mujeres: cómo el macho de la especie humana (y su Heracles en particular) hace y deshace para conseguir ser ese macho alfa (término entrecomiquero característico) y tener un nutrido y variado grupo de hembras a su disposición. Así nos encontramos pasajes con filosofadas dignas del mejor monólogo o con reflexiones más profundas, pero siempre con un toque de inteligente ironía, que hacen de la lectura de este tomo algo muy ameno y que te deja cavilando, con una sonrisilla medio picarona, pues la interpretación del perro pasa por ser inocente, aunque, claro, no lo es.

Interior


En la parte del dibujo, se nos presentan todas las páginas de esta historia divididas en seis viñetas de prácticamente igual tamaño: lo que en un primer momento pudiera parecer uniformidad estricta y que se podría echar de menos la variedad, consigue que la lectura sea un paseo, fácil y sencilla, que es de suponer, sería lo que buscaban los autores al trabajar con este formato tan definido y continuo.
En cuanto al dibujo de Blain es ya característico: parece un simple trazo, sin planificación, realizado sin aparente esfuerzo y en un instante… y aunque algo de eso hay, también es justo lo contrario, ya que el tener que ajustarse a semejantes condiciones (auto-impuestas, por otra parte) debe hacer que el trabajo tenga mayor proceso de preparación, ya que no se trata de una mera secuenciación de primeros planos, sino que recorre el arco de planos y de puntos de vista, lo que nos indica un trabajo previo y concienzudo, aunque, eso sí, con el dibujo feista típico, lleno de detalles -sobre todo en las expresiones- de Blain.

El coloreado corre a cuenta de Audrè Jardel, que utiliza toda la paleta de colores para este volumen, usando en casi su totalidad colores planos, sin apenas matices o tonalidades pero que consiguen resaltar las figuras de los personajes principales.

Para finalizar, podríamos decir que en este tomo, con una excelente edición de Sins Entido, el perro hablador y filósofo (como aquel otro GATO hablador por momentos y también gran pensador, creación en solitario de Sfar) nos deja un regusto dulce y repicantón, con ganas de pensar y con unas gotitas de curiosidad por saber más de este can y su aventurero amo pelón, que se despiden de nosotros viajando a Ítaca, a conocer cómo es “ese verdadero amor”.



3.jpg
Bueno, este es el nivel medio que habría que pedir a cualquier tebeo



Mar