El Rock y yo (Joe Sacco)

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El Rock y yo (Joe Sacco). La Cúpula, 2006. Rústica. 84 págs. B/N. 8,95 €



A través de Ediciones La Cúpula, nos llega este El Rock y yo de Joe Sacco y que nos muestra una faceta muy distinta de la imagen que se pueda tener en mente del autor de novelas gráficas como Palestina o Gorazde y cuya entrevista puede ser recordada aquí.

En este tomo único, nos encontramos al autor que confiesa que siempre ha querido ser estrella del rock: “soñaba con el dinero, soñaba con el glamour, soñaba con las chicas. Repito: soñaba con las chicas” y que desde que tiró contra el suelo su guitarra tras la primera crítica negativa, después de sus diez primeros minutos de ensayo, decidió que “estudiaría a esos músicos depravados y su mundo enrollado y depravado, sacando provecho de mis conocimientos para destruirlos”.

Todo esto nos confiesa Joe Sacco en el prólogo de este El rock y yo en el que nos le encontramos como corresponsal gráfico en la gira de unos amigos rockeros por algunas ciudades europeas, en los primeros años noventa, entre las que destaca Berlín por ser el punto con más referencias, aunque también se dejan caer otras como Amsterdam, Barcelona, Roma y más lejanamente Vigo o Madrid.

El presente tomo es un compendio de las historias vividas durante esa gira y encargos realizados por distintas publicaciones y carteles relacionados con el mundillo del rock, que se clasifican, según se puede extraer de los comentarios el propio autor en los pequeños prólogos introductorios como bien pagados, remunerados y nunca cobrados, además de especificarlos “las veces que haga falta: el mundo es muy complicado”.

En primer lugar tenemos En busca de la credibilidad, donde se nos presenta a su amigo Gerry, lider de la banda protagonista de la principal historia del libro, al que hay que dotarle de las pintas necesarias para que parezca la estrella del rock que ya es. Ser y parecer a partes iguales, por supuesto: es una cuestión de credibilidad. Después de eso, parten rumbo a Europa y desde ahí, nos hacen partícipes de los entresijos de la gira de un grupo americano; con las horas de carretera, desquiciantes en la furgoneta; las preparaciones de los conciertos; las groupies y las fans, porque quienes interesan siempre son “las”, por supuesto; las locuras y las paranoias de cada cual o de todos; el no poder llegar a tocar: los problemas técnicos y personales, las cancelaciones; el no ver el dinero, el añorar lo que se considera hogar;… todo eso contado con mucho humor y siendo juez y parte de cada una de esas circunstancias. Y el humor como vía de escape, porque el sexo…¡mejor lo dejamos para otro momento!

Desde mi gusto personal, cabe destacar las historias que nos cuentan la especial relación que mantiene el autor con los Rolling Stones y que pueden ser extrapolables a la que cada cual mantiene con ese grupo especial, fuente de las mayores intimidades y también de los más grandes desencantos. Como no podría ser de otra manera lleva por título “Los Stones y yo” y aquellas otras en las que se dedica, página a página, a hacer picadillo a todos y cada uno de los mitos que rodean a una estrella de rock… y a “un artista gráfico importante”.

Interior



Al tratarse de un álbum donde predomina el humor como vía para contar y hacer leña del árbol del rock, el dibujo está siempre rondando la caricatura. Si tomamos como ejemplo al propio Joe Sacco, veremos que los rasgos están acentuados y/ o llevados a cierto extremo para potenciar el dramatismo del momento, sacando todo el ácido posible a las personas-personajes y a las situaciones vividas, con composiciones muy psicodélicas en la roadhistory (o algo muy parecido) y más convencionales y sin posibilidad de escape de las viñetas creadas para la revista suiza Agenda y que presentan la misma estructura: un banner para el título y el resto de la página con viñetas delimitadas, cuadrangulares, que nos recuerdan a las tiras cómicas, pero en formato página.

Este El Rock y yo nos deja ver otra cara – o la misma muchas, muchas veces: la suya- de Sacco, mordaz y amable a la vez –sí, eso es posible- que nos hace ir de viaje, sin salir de la comodidad de nuestro sitio de lectura favorito y que nos invita a poner y volver a escuchar esa música especial sin la que no podemos pasar ni un solo día, y que, como todas las recopilaciones –como si de un grandes éxitos se tratara- nos gusta, nos deja indiferentes, nos suena cansina y nos divierte a partes iguales. Una lectura que se queda un poco en la superficie, que no profundiza demasiado en las posibles anécdotas: quiere contar mucho y muy rápidamente, pero interesante, para pasar un buen rato, reflexionando a través del humor y de la vida rápida y complicada del mundo del rock.


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Interesante, pero no resiste una purga por motivos de espacio


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