La editorial francesa L’Association comienza a poner códigos de barras a sus libros, como nos descubre Forbidden Planet, y se justifica de esta curiosa forma:
Aunque L’Association rehusa imprimir códigos de barras en sus libros, dado que son antiestéticos y éticamente desagradables, se ve forzada a aplicarlos a sus pulbicaciones por razones logísticas mediante etiquetas adhesivas, que son malignas, onerosas y molestas. Nos gustaría señalar, sin embargo, que estas etiquetas han sido estudiadas para que tengan un pegamento que no desfigure las cubiertas de los libros, y es por tanto deber del lector retirarlas del libro tras comprarlo, y destruirlas con rabia y júbilo mientras canta en voz baja «La humanidad no será feliz hasta que el último burócrata sea colgado con las tripas del último capitalista».