Crónica Salonera: Expocómic de Madrid

Entrada



Nuestro paso por el Expocómic de Madrid se diferencia muy poco del típico que realizan año tras año un montón de fieles seguidores de los eventos comiqueros y que ya ha sido reseñado en multitud de blogs de compañeros. Nosotros queríamos aportar nuestra particular visión y para ello, nada mejor que relatar la experiencia del jueves por la mañana.
Para ponernos en situación, unos breves antecedentes: imparto clases en un Colegio Público (de cuyo nombre no quiero acordarme, cosas de las vacaciones, claro) como Maestra de Primaria, especialidad de Inglés (que viene a ser teacher, tichel o techil, según el consumidor y su edad) por lo que conozco de primera mano el problema que existe actualmente para que los niños se conviertan en lectores habituales. Dentro del Programa de Animación a la Lectura del Colegio, creimos que la asistencia a un evento como el Expocómic abriría las ganas de leer en los muchachos que compondrían los grupos que iban a formar parte de la expedición.



CatwomanLobezno



Y así, tras ponernos en contacto -muchas gracias,Tirso, por las presentaciones y ayuditas prestadas- con la Organización, que hizo todo lo posible y más para que la visita fuese posible, nos encaminamos hacia el Pabellón de la Pipa, sito en el envejecido y limitadísimo (esto también hay que decirlo, a ver si las Instituciones se animan a apoyar este tipo de eventos) Recinto Ferial de la Casa de Campo, pertrechadas las maestras y con buen ánimo, rodeadas de unas cuarenta fieras, que luego no lo fueron tanto. Al llegar, las personas encargadas, dividieron a los niños en dos grupos, que coincidían con los cursos que nos habíamos plantado allí: Tercero y Cuarto de Primaria, con edades comprendidas entre los ocho y diez años de media. Estos monitores se las compusieron bastante bien, paseándoles por las instalaciones y visitando con ellos todas las exposiciones: es una pena que no podamos acompañar esta parte de la crónica con fotos, pues está prohibido mostrar imágenes de menores, por lo que tampoco es posible que veais las caritas de sorpresa, ensimismamiento, encanto, atención y-también, como no- aburrimiento, que iban mostrando al realizar las diferentes actividades, como los momentos que pasaron al ver el trabajo, el proceso y el resultado final del Taller de Maquillaje; las interpretaciones tan surrealistas y personales de sus personajes favoritos de los cómics, mangas y animes en el Taller de Dibujo; atendiendo -o despistándose- en las explicaciones sobre las diversas Exposiciones, encantados al reconocer a alguno de los personajes; o poniendo ojitos golosones ante el puesto de mega-chuches, ya típico en cada Salón.

Chuches


Mención aparte merece la locura que supuso para todos y cada uno de ellos la Mesa Redonda con El Hijo de El Santo, que desató la curiosidad y la expectación, por lo que corrieron a mezclarse con el público que ya se empezaba a congregar, lanzándose a hacer preguntas y a hacerse fotos con él, y encantados de la vida al verle realizar una llave a un muchachote de Secundaria que le llevó a dar con su cuerpazo adolescente en el suelo para delirio de estas pequeñas fierecillas.

El Hijo


Otro punto que consiguió que todos regresaran a casa y al Cole con una sonrisa de oreja a oreja fue la cantidad de regalos con los que fueron obsequiados a la salida… aunque lo cierto es que en esta edición del Expocómic, quien más quien menos, nos marchamos con las manos llenas.


Kenny


Por todo ello y como resumen, ha resultado una experiencia muy grata y altamente recomendable para todas aquellas personas que estén interesadas en propuestas de este tipo y, desde luego, el jueves por la mañana es el momento perfecto, ya que no se sufre ningún tipo de agobio: todo son ventajas.

[Todas las imágenes son cortesía de los compañeros de Trazos en el bloc, expuestas en sus excelentes y completas reseñas de este Expocómic.]