El nacimiento del demonio

Recientemente DC ha editado un tomo que recopila todos los números de The Demon realizados por Jack Kirby, en la línea de sus reediciones de los títulos del Cuarto Mundo. Dicho tomo viene prologado por el antiguo colaborador y experto en la obra de Kirby, Mark Evanier, y en él describe la gestación de la serie y la sitúa en su contexto histórico. A continuación, el texto traducido.

10193_400x600


En esta introducción, voy a contaros la historia de cómo se gestó THE DEMON. De hecho, lo que tenemos aquí es el testimonio de un testigo presencial. Yo estaba allí en aquel momento, esperando un bocadillo caliente de pavo cuando sucedió.

A finales de 1971, Jack Kirby escribía y dibujaba THE NEW GODS, THE FOREVER PEOPLE y MISTER MIRACLE para DC –los famosos títulos del “cuarto mundo”, recientemente reeditados en libros muy parecidos al que sostienes entre manos. Siendo bimestrales, no consumían todas sus horas de vigilia ni completaban la cuota de páginas que el contrato de Jack le obligaba a producir. Jack había dejado SUPERMAN’S PAL, JIMMY OLSEN, y una línea de revistas en la que había estado trabajando para ellos había sido cancelada. Así que tenía que idear algunos proyectos nuevos, y también quería cambiar un poco su tipo de trabajo. Lo que quería era dibujar menos páginas a la semana y hacer algo de trabajo editorial en títulos que él ni dibujaba ni guionizaba.

Esa fue parte de la razón por la que nos tenía a mí y a un compañero llamado Steve Sherman como sus supuestos asistentes. Digo “supuestos” porque nunca hubo demasiado que hacer para nosotros… pero a Jack le gustaba la compañía y si en algún momento pasaba a editar cómics para otros, imaginaba que necesitaría nuestra ayuda con la producción y los guiones. Ni Steve ni yo esperábamos realmente que esto sucediera, pero habíamos aprendido a nunca decir “nunca” acerca de Kirby. A veces Jack podía hacer posible lo aparentemente imposible.

Sobre esa época, el entonces editor de DC, Carmine Infantino, fue invitado a una convención de cómics en Los Angeles, y se organizó una reunión para discutir qué añadir a las tareas de Kirby. Jack nos pidió a Steve y a mí que nos sentásemos en esta reunión y lo hicimos… diciendo, tal y como lo recuerdo, absolutamente nada. Éramos muy buenos en eso.

Se barajó la idea de crear algunos nuevos títulos en el universo del Cuarto Mundo. Jack pidió que al menos algunos de ellos fueran dibujados por otros. Infantino dijo que no. Los títulos del Cuarto Mundo eran títulos de Kirby, y no estaba seguro de cómo reaccionarían los fans ante cualquier otro. Sería más sencillo, sugirió, hacer que Jack editase un título que no dibujase ni guionizase si fuese algo fuera del mito del Cuarto Mundo.

En aquella época en DC se pensaba que tal vez los superhéroes estaban de capa caída de nuevo. Los cómics de fantasmas y misterio como HOUSE OF MYSTERY y PHANTOM STRANGER parecían vender, y en la oficina algunos creían que la siguiente moda era lo que Joe Orlando, que editaba la mayoría de ellos, denominaba cómics de “aventura misteriosa”. Unas pocas semanas después, Infantino pidió a Jack que preparase rápidamente algo que entrase en esa categoría, y sugirió una serie no muy distinta de la película El planeta de los simios. La película había salido hacía unos pocos años y había generado numerosas secuelas, una de las cuales había llegado recientemente a los cines.

Jack tomó la idea y, tal y como era su modus operandi, inventó todo un mundo con el que trabajar. Dibujó bocetos e improvisó rápidamente una serie de conceptos que yo abnegadamente anoté y escribí a máquina. Todo esto resultó en una presentación y argumento para el primer número de KAMANDI, THE LAST BOY ON EARTH.

En las oficinas de DC gustó, pero antes de que Jack recibiese luz verde para realizar el siguiente paso, querían ver qué más se le podía ocurrir. Los cómics de monstruos y misterio eran populares, le dijeron. ¿Qué tal sacar uno de ellos? ¿Uno un poco demoníaco, tal vez?

No era un género que Kirby, por propia inspiración, hubiera elegido. A menudo la gente me pregunta qué es lo que a Kirby le gustaba más hacer… ¿Superhéroes? ¿Cómics bélicos? ¿Westerns? ¿Historias de crimen? ¿Ciencia ficción? Respuesta: todas las anteriores. En serio.

Naturalmente, él quería hacer cómics que tuvieran éxito, y en diversos momentos pensó que un área era más comercial que otra. En los setenta, por ejemplo, si alguien le hubiera sugerido hacer un western, habría replicado que podrían ahorrar tiempo simplemente quemando dinero. (Pero, si hubieran insistido, podría haber aceptado el trabajo y haber tomado como reto personal producir un western que vendiera. El hombre tenía una gran ética de trabajo y tendencia a aceptar retos de ese tipo. No es verdad que cuando llegó a DC en 1970 y querían que tomase un cómic ya existente dijese: “Dadme vuestro cómic que peor venda y lo convertiré en vuestro mayor superventas. Pero tendía a decir cosas como esa).

Preocupaciones sobre las ventas aparte, Jack era igualmente feliz escribiendo y dibujando casi cualquier tipo de cómic, cualquier tipo de historia. El área que menos le interesaba, sin embargo, probablemente era la que ahora le estaban pidiendo acometer.

Había hecho cómics fantasmales, oscuros, antes, muy notablemente en la serie clásica BLACK MAGIC, en los días en que estaba asociado con Joe Simon. Ahora, sin embargo, dudaba. La aproximación de DC a lo macabro en aquellos días no era su aproximación. Las portadas, pensaba, estaban demasiado repletas de muerte e imaginería sobre la muerte… las historias, al menos aquellas que él revisó, eran sobre la inevitabilidad de la muerte y su aceptación. No les culpaba por hacerlo así. Simplemente esa no era su sensibilidad.

¿Aceptaría (podría aceptar) DC el tipo de cómic de “aventura misteriosa” que él hiciera? Una vez asegurado que dejarían a Kirby ser Kirby, decidió aceptarlo como uno de sus retos. De ahí en adelante fue como, “¿Carmine quiere un título sobre un demonio? Perfecto. Le daré uno. Incluso lo llamaré THE DEMON”.

Tuvo esa conversación con ellos un viernes y, aparte del nombre, no le dedicó ni un poco de sus pensamientos mientras se centraba en un número de THE FOREVER PEOPLE que había que acabar. El domindo, Steve y yo estábamos allí trabajando con él. Terminó ese THE FOREVER PEOPLE al final del día, sobre la hora en que su esposa Roz llegaba y anunciaba que nos íbamos todos al cercano restaurante de Howard Johnson a cenar. “Nos” significa ellos dos, sus hijas Lisa y Barbara, y Steve y yo, todos metidos como sardinas en la ranchera familiar.

Después de que pidiéramos todos, Jack se quedó extrañamente callado. Estaba allí sentado mientras nosotros hablábamos, sin decir nada, retirándose (o mejor dicho, avanzando) dentro de algún otro mundo. Puede que incluso se me ocurriera pensar, “Hey, Jack está escribiendo algo”.

Diez o quince minutos después, el camarero nos trajo nuestras cenas. Por alguna razón, recuerdo que lo mío era un bocadillo caliente de pavo. Cuando todos dejamos de conversar para comer, Jack, suavemente y sin preámbulos, comenzó a contarnos una historia sobre alguien llamado Jason Blood. Era el argumento completo del primer número de THE DEMON, incluyendo la premisa básica, personajes y escenario, y era prácticamente lo que después dibujó y fue publicado en el primer número. Junto con todos los demás, está reimpreso en este volumen.

En el tiempo transcurrido entre que pidió una hamburguesa y que esa hamburguesa llegó, Jack Kirby había creado un nuevo comic-book. Allí mismo, en el restaurante de Howard Johnson. Si cualquier otro hubiera descrito un nuevo proyecto con tanto detalle, habrías asumido que llevaba semanas trabajando en él.

Todos dijimos cosas como, “Suena genial, Jack. ¿Puedes pasarme la mantequilla?” Pasó la mantequilla y se apresuró en acabar su hamburguesa porque tenía que llegar a casa y al tablero de dibujo.

Menos de una hora después, en su estudio, Jack sacó una pila de cómics donde estaba reimpreso PRÍNCIPE VALIENTE, la tira clásica de periódico de Hal Foster. Fue pasando las páginas hasta que encontró una secuencia que recordaba, donde Valiente se disfrazaba estirando una piel de ganso sobre su cabeza, creando una máscara grotesca –una referencia visual memorable que Jack (y muchos lectores de la tira) habían recordado durante décadas. Jack pensó que serviría como broma privada para los lectores que reconociesen la fuente original si diseñaba el aspecto de su nuevo personaje a partir de esa máscara. Se dirigió inmediatamente a su tablero de dibujo y abocetó la primera imagen de The Demon. La versión final fue prácticamente idéntica a ese dibujo.

Antes de que acabase la noche, había añadido suficientes bocetos y unos pocos párrafos como para formar una presentación emocionante. Creó un gran interés en DC, y le pidieron que produjese ese primer número. Otros podrían hacerse cargo del cómic –Jack todavía pensaba en él como en un título que editaría pero que no escribiría ni dibujaría- pero querían que hiciera el número 1 para indicar la dirección. Poco después, le pidieron que hiciera otro número de THE DEMON y un primer número con la idea de KAMANDI, bajo las mismas condiciones.

Poco después de esto llegaron dos decepciones para Jack, una después de otra. Primero, le dijeron que a la oficina de New York le habían encantado los dos nuevos títulos, ambos. A alguna gente de allí, en realidad, le gustaban mucho más que los títulos del Cuarto Mundo. Esa no fue la decepción. La decepción fue que no querían a otro más que a Kirby escribiéndolos o dibujándolos. Ergo, no habría “cesión” a otros guionistas y dibujantes. Decepción nº 1.

La decepción nº 2 fue mayor, mucho mayor. Dos de los cómics del Cuarto Mundo –NEW GODS y FOREVER PEOPLE- eran “temporalmente suspendidos” para permitir a Jack lanzar KAMANDI y THE DEMON como títulos mensuales. Kirby llevaba suficiente tiempo en los cómics como para saber que “temporalmente suspendidos” casi siempre significa “cancelados, probablemente para siempre”. Jack adoraba el Cuarto Mundo que estaba realizando y de repente, a todos los efectos, se había acabado.

Se lo tomó mal, pero una de las grandes cosas de Jack –una de las muchas cosas que he tratado de aprender de él, sabiendo perfectamente bien que no puedo hacerlo tan bien como él lo hacía- era una absoluta elasticidad. Él había rebotado mejor y más a menudo que Plastic Man en su mejor momento. Kirby lloró su magnum opus durante un día o dos, y después se arremangó y lo dio todo en los nuevos títulos.

Así que cuando lees THE DEMON, estás viendo al menos la acometida de dos retos personales. Uno es Jack Kirby haciendo un tipo de material que le resultaba un poco extraño y un reto, más que cualquier otra cosa que hiciera durante ese período. Era un hombre que contaba historias dinámicas sobre gente dinámica… y dibujaba desde un potente y casi vital punto de vista. En aquella época alguien hizo un comentario –he olvidado quién- sobre que THE DEMON era un comic-book sobre muerte, escrito desde la perspectiva de alguien que creía en pelear hasta el último aliento de vida. Esto contrastaba, comentaba el olvidado comentador, con otros cómics de fantasmas y monstruos que trataban la muerte como inevitable y aplastante –“muerte desde la perspectiva de la muerte”.

Ese fue un reto que aceptó Jack: hacer este tipo de cómic en sus propios términos. El otro fue enamorarse de su nueva creación… para encontrar formas de interesarse en un cómic que no pretendía hacer por más de un número o así. Dejé de ser su empleado por esa época, pero leyendo los cómics años después, sin pista perspectiva específica sobre lo que había en su cabeza, todavía siento ese proceso de descubrimiento. Veo a Kirby encontrando pequeños puntos de referencia en su vida e intereses e inyectarlos en su siempre en expansión reparto de personajes, creando un trabajo muy personal.

Es un placer tener estas historias recopiladas… y si lees los originales, puedes encontrar algunos momentos que no has visto nunca antes. En el momento en que estas historias fueron publicadas por primera vez por, DC estaba jugueteando con cuánto de cada cómic se dedicaría a publicidad. Todos los editores, Jack incluido, preparaban en ocasiones un número para que tuviera, digamos, 25 páginas de historia, para luego encontrarse que se había contratado una página más de publicidad y había que eliminar una página. Un par de páginas y viñetas que no se publicaron en la primera edición, se han recuperado para este volumen.

Yo compré estos cómics en su momento, pero por razones que no merece la pena discutir aquí, no leí nada salvo el primer número en aquel entonces. Años después, cuando me acerqué de nuevo a ellos, me encontré lo que fue instantáneamente uno de mis cómics de Kirby favoritos –una historia poderosa, absorbente, llena de personajes coloridos e incluso más coloridos giros argumentales. Los leí de nuevo justo antes de sentarme a escribir esto y me gustaron incluso más, esta vez.

No estoy seguro de que pueda explicar por qué. El mundo que nos muestra aquí es oscuro, horripilante, lleno de brujería y magia y criaturas sobrenaturales que te vienen de todos lados…

…pero aún así con Kirby como guía, de alguna manera resulta seguro estar ahí. Escalofriante, enervante y peligroso… pero de algún modo seguro. Porque sabemos que Jack no permitiría que nos pasara nada malo. Nunca lo hizo.