El héroe reconstruído, no deconstruído

He tratado de hacer cómics de superhéroes que llamen la atención sobre ese aspecto de la participación y complicidad entre personaje, creador y lector. Me encantaría ver más trabajos en los comic books conscientes de su contexto en el mundo real.

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Las palabras pertenecen, como no, a Grant Morrison, y están extraídas de esta entrevista. A continuación traducimos sólo la parte relacionada con All-Star Superman, uno de sus últimos trabajos que será editado en España por Planeta a finales de mayo. Hemos eliminado las preguntas porque no son necesarias para entender las respuestas, cuyo interés va más allá de lo anecdótico y entra de lleno en los conceptos de heroismo y realidad que maneja Morrison (y que, por cierto, se están discutiendo últimamente por aquí).

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He tratado de ser fiel al concepto de Superman tal y como yo lo entiendo. Me parece bastante significativo que cuando más amenazante se ha vuelto el mundo, más se ha difundido este concepto del superhéroe desde los márgenes hacia la conciencia del público general, a las pantallas y a las camisetas y a los discursos políticos. Así que me pareción que merecía la pena explorar esto a través del superhéroe original, Superman. Parecía el tema perfecto para lo que se convirtió en un intento de hacer un cómic mainstream, adulto, que no se basase en la ultraviolencia, o superhéroes soltando tacos y sacandose la polla.

Hemos deconstruído todos nuestros iconos. Sabemos que los políticos son gilipollas mentirosos, sabemos que las estrellas de los culebrones son freaks de la coca, actores guapos son son travestis raros y preciosas supermodelos son bulímicas, neuróticas desgraciadas. Sabemos que nuestros cómicos favoritos acabarán siendo pervertidos alcohólicos o suicidas depresivos. Nuestros reality shows nos han mostrado un espejo hirviente para nuestras caras de babuíno aullador y obsesiones obvias, cursis, nuestro amor por la basura, el cotilleo, las trivialidades y la suciedad.

Sabemos que hemos jodido la atmósfera y condenado a los adorables osos polares, y ya ni siquiera somos capaces de reunir la energía para sentirnos culpables. Dejad que los pedófilos tengan a los niños. No queda donde volverse ni nadie a quien culpar excepto, paradójicamente, aquellos tipos ligeramente medievales sin base industrial. ¿En qué creer? El único hombre auténticamente moral, auténticamente bondadoso que queda, ¡es un personaje de comic book inventado! Los únicos modelos laico para una cultura progresista, responsable, cientificamente racional de iluminación son… ¡Kal-El de Krypton, alias Superman, y sus descendientes multicolores!

Así que decidimos no deconstruir al superhéroe sino aceptarlo tal cual, como una ficción que intentaba decirnos algo maravilloso sobre nosotros. En algún lugar, en nuestra noche más oscura, inventamos la historia de un hombre que nunca nos defraudaría y que parecía merecer ser investigado.

Nuestro objetivo era poner a Superman y su familiar reparto en el centro de las fábulas de ciencia ficción que cualquiera, de cualquier edad, pudiera leer y entender, incluso aunque todos percibiesen, con suerte, diferentes significados en las historias. Si has perdido a tu padre, tal vez leas lo que dice Clark Kent en el funeral de su padre y sientas algo de comunión humana. Si quieres sentir lo que es ser un adolescente, mira los dibujos increíbles de Frank Quitely de Superman en la luna, con su fiel pequeño superperro, Krypto, a su lado. Superman es nosotros, en nuestros sueños. Vive nuestras vidas pero en un marco épico. Así es como decidimos abordarlo.

Creo que las mejores historias de Superman tienen algo de tristeza y pérdida. ¡Es un hombre que ha perdido un planeta entero, al fin y al cabo! Pero como todo en nuestras vidas, una buena historia de Superman también necesita comedia y drama, miedo y maravilla. Hay algo particularmente conmovedor en el hecho de que no importa lo fuerte o lo rápido o lo guapo que sea, a Superman aún pueden romperle el corazón y volverle loco. Todavía puede sentir culpa, pérdida, confusión y pena, que es cuando me parece instantáneamente cercano.

Vi a Superman/Luthor como un par de opuestos clásico, complementándose el uno al otro como las dos caras de una moneda o una discusión. Por supuesto, Lex está convencido de que no hubiera un Superman interponiéndose en su camino, él sería el amado lider de una utópica cultura científica. Yo no estoy de acuerdo, y creo que los defectos en el personaje de Luthor siempre se lo habrían impedido. Si no hubiera tenido a Superman para culparle de todos sus fracasos, habría sido culpa de cualquier otro. Su decisión de convertirse en el archienemigo de Superman es una manera de inflar su propia importancia en proporciones cósmicas.

Si Superman es lo mejor de nosotros, Lex Luthor tiene que personaliza los peores rasgos de la humanidad. Y entonces, mientras Superman ve el potencial para el bien en Luthor e intenta constantemente, en vano, apelar a su mejor naturaleza, Luthor, que ve sólo lo peor en todo, cree que Superman es tan ladino, de poca confianza y arrogante como él mismo. ¡Entonces decidimos que a Luthor le gusta realmente Clark Kent! La modesta humildad de Clark y su físico desharrapado lo convierten en todo lo que no es Superman. Jugar con esa dinámica añadió sal a la relación entre ambos.

Cuando nos reímos de Mundo Bizarro, nos estamos riéndo de nosotros mismo, y esa es la genialidad del concepto. Luego sí, diría que la realidad de Bizarro es siempre nuestro mundo visto a través de un cristal resquebrajado de una ventana. Cuando tienes ciratura que representan lo «opuesto» de la cultura humana, sólo pueden mostrarnos lo arbitrario, inútil y ridículo de muchas de nuestas costumbres e ideas. Elegimos convertir el mundo de Bizarro en una especie de alcantarilla cósmica de actividad sin sentido, de pesadilla, imbécil, a las puertas del apocalipsis. Superman, sin poderes, debe superar el Infierno y encontrar el camino a casa.

Creo que de algún modo es apropiado que el trabajo más exitoso en Superman en muchos años haya sido creado por tres escoceses. El Superman de Frank Quitely es definitivo, creo, y clava la diferencia entre la postura de Clark kent y Superman de una manera que ningún otro artista ha logrado. Luego, Jamie [Grant] colorea todo el libro para darle la apariencia de una preciosa versión perdida de ciencia ficción de Disney de Superman.