Nijigahara Holograph (Inio Asano)

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Nijigahara Holograph (Inio Asano). Ponent Mon, 2008. Rústica. B/N. 296 págs. 15 €

Nijigahara Holograph: detrás de este título complicado se escuda una trama no menos compleja. La historia comienza con una serie de imágenes inconexas: una mariposa (cuya presencia va a ser una de las constantes durante todo este manga, solitaria o en grandes cantidades, que llegan a ser agobiantes por momentos), unos gemelos llorando, un cuaderno con anotaciones, un túnel lúgubre y así hasta que nos damos de bruces con el protagonista, quien se encuentra visitando a su padre adoptivo. Después de este intrigante prólogo, pasamos al primer capítulo, que se remonta en el tiempo a Once años atrás y es a partir de ahí que nos encontramos con una cuadrilla de muchachos de Primaria, entre los que figura el protagonista, inconfundible por sus gafas, que se ven atraídos irremisiblemente por el malecón de Nijigahara, una especie de canal conun túnel misterioso al que van como polilla hacia la luz y por el que siempre rondan las mencionadas mariposas.

Con continuos saltos entre el presente y el pasado, entre lo real y el mundo de los sueños, van transcurriendo los capítulos de esta historia, marcados por las súbita e inexplicable desaparición, aparición e ingreso en un hospital de una de las compañeras de clase en, por supuesto, el malecón y que trastorna todos los acontecimientos posteriores, haciéndolos más complicados para el lector, que no para de recibir datos y datos, sin que logre colocarlos en el lugar correcto.

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Y las mariposas. Más mariposas. Y esos primeros planos de las bocas y los labios de los personajes. En esta obra de Inio Asano, autor del guión y del dibujo, cobran una especial relevancia. Se dice que los ojos son el espejo del alma y ya sabemos de la importancia que tienen los ojos para cuajar bien la impresión de un sentimiento, sin olvidar que en muchos mangas, llegan a tener un papel fundamental: éste de Asano se suma a esta línea, incluso uno de los personajes, por ejemplo, lleva un ojo oculto, aportando aún más misterio. Mi conocimiento de la cultura japonesa no alcanza más allá de unos cuantos tópicos y por eso no sabría decir si las bocas también juegan un papel primordial, pero queda patente que para este autor, en esta obra, es así. Por lo demás el dibujo no tiene mayores rasgos identificativos, acompaña a la trama: ambos van sucediéndose de modo pausado, como el aleteo de una mariposa, con escenas cargadas de sentimentalismo, que dejan paso a otras más contenidas y también a unas cuantas de violencia explícita, todas ellas sin desmarcarse de ese “tempo lento”, medido con cuidado, que nos lleva por este laberíntico misterio, entre el ayer y el hoy, uniéndolos en un rompecabezas (literalmente hablando) demasiado retorcido y que no termina de clarificarse.

Así es, al menos, mi punto de vista: Inio Asano no termina de encontrar las piezas adecuadas y termina por encajarlas de una manera forzada, fallando al intentar completar el puzzle, que no luce tan hermoso como las mariposas que pululan por sus hojas y es que, al fin y al cabo, también las polillas son mariposas.



Otras visiones de este manga:
Nijigahara Holograph en Trazos en el bloc.
Nijigahara Holograph en Zona Fandom.