Para mañana

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Hubo una vez una década.
En todas partes. Urbi et orbe. La del ’60.
La década donde cada homínido competía consigo mismo, auxiliado por reliquias que hoy solo son visibles con el empleo del Carbono 14: amistad, solidaridad, palabra empeñada, etc., que hacían simple la tarea de trabajar y vivir, sin tener chaleco antibala.
Abril aceptó que se quedara con el otro empleo y lo zambulló en sus vericuetos editoriales.
Allí supo que cierto H.G.O. había publicado en Misterix “Sargento Kira” y “Bull Rockett”; dirigido la celebérrima Más Allá, donde había hecho conocer a Bradbury, Lovecraft & Cía, además de fundar colecciones de literatura infantil que todavía hoy se recuerdan.
A esas alturas, con el Viejo en su propia editora (Hora Cero y Frontera), cierto Julio Aníbal Portas, creador de revistas, dirigía Misterix, mientras en ratos de depresión y crisis de identidad, escribía los guiones de “Fuerte Argentino”, como Julio Almada, con el lápiz de Walter Ciocca.
Portas-Almada hizo llamar al redactor de cuentos almibarados, et dixit:
-Quiero cuatro argumentos del Oeste para mañana-. El autor de “Joe Gatillo” dejó la serie.
-Nunca hice historietas- esquivó el zángano implume.
-Usted las trae para mañana. Si hace fotonovelas, hará historietas. Cierre la puerta, al salir.
No fue por invitación.
Ni por simpatía.
Ni por talento.
Fue una orden destemplada, al uso de esos tiempos donde no se conocían el DVD ni el
sidenafil.

El guionista Ray Collins relata sus comienzos en el mundo del cómic en Tebeosfera.