Suéter (Esteban Hernández)

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Suéter (Esteban Hernández). Planeta, 2009. Cartoné. 96 págs. Color. 11,95 €

Después de Culpable y otras historias y Qu4ttrocento, llega la tercera obra de Esteban Hernández, Suéter. El autor del fanzine Usted nos trae una obra protagonizada por un esquizofrénico llena de secundarios muy particulares. El argumento parece bizarro a primera vista:

«Suéter es una tragicomedia cotidiana. El protagonista de esta historia hace una voluntaria escala en su personal viaje figurado de recuperación psiquiátrica para hablarnos de lo que pasó regresando hacia su casa en un vagón de metro. Un revisor obsesionado por las dos exigencias que su empresa de subcontratas le plantea para conservar su trabajo (guardar silencio y no perder el tiempo) le hacen enloquecer hasta el punto de convertir esas dos frases hechas en dilemas irresolubles: ¿dónde se guarda el silencio y cómo puede uno encontrar el tiempo que ha ido perdiendo durante los años vividos?. Preguntas que el trastornado revisor cree dirigir a la mismísima Muerte pero con las que en realidad aborda es a Alexis, un ilustre catedrático afectado de gigantismo, embotado y disfrazado de Muerte que regresa a casa desde una fiesta que ha durado demasiado tiempo»

Casi nada. Lo que podría parecer una obra intimista o el diario de un paciente es, en manos de Esteban Hernández, un viaje poco cotidiano. Alternando saltos en el tiempo y voces narradoras el protagonista construye y/o reconstruye un incidente que vivió en un vagón de metro dónde él fue actor y testigo. Lejos de hablar del argumento hablemos de la puesta en escena y del trabajo del autor.

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En todas la historias publicadas por el autor retrata a sus personajes con paciencia, con muchas pinceladas y llenos de manías y defectos. Esto crea personajes enrarecidos y humanizados al mismo tiempo. A diferencia de obras anteriores, aquí aparecen personajes «normales» que acentúan la rareza de los que no lo son. Personajes complejos y extravagantes en situaciones cotidianas definiría, en parte, su obra. En Suéter, la esquizofrenia del protagonista incide directamente en lo que leemos, al ser su testimonio. Por lo que su cotidianedad pasa a ser la nuestra.

La estructura narrativa es un pequeño puzzle de saltos temporales constantes que alternan viñetas de presente y pasado. Además el protagonista tiene una doble voz, la de la acción y la de la narración. Voces complementarias, opuestas pero nunca reiterativas. Es este juego narrativo una de las apuestas más arriesgadas de esta obra de la que el autor sale airoso. La experiencia de un esquizofrénico se recrea con esos saltos y voces muy elocuentemente. El capítulo cuarto es una buena muestra de todo esto.

Esteban Hernández introduce el color en su obra aportando volumen y ayudando al dibujo a ser más claro. Su caricaturismo feísta (que nos recuerda a Fernando de Felipe) gana legibilidad con el color sin perder nervio, ni renunciar al uso de los blancos o las rayas si son necesarias.

Nos encontramos ante una obra que necesita de atenta lectura para captar múltiples detalles perfecta para la relectura y que nos obliga a encajar piezas. No se asusten, Esteban Hernández pasea por la mente de un esquizofrénico rodeado de extrañezas pero su narración y dibujo nos llevan de la mano por todo el viaje con pulso firme. Nos hayamos ante una de las obras más sobresalientes de la colección de autores nacionales de Planeta hasta la fecha. Viene de la mano de un autor que a cada paso nos da más y mejor. Aquí firma su mejor obra hasta la fecha. Un autor a seguir y disfrutar.