“No voy predicando la religión ni tratando de cambiar el mundo. Es muy difícil para mí ajustarme al mundo, sólo intento descubrir cómo existir de modo que pueda ser diferente sin sentirme inseguro por ello.” –Yoshiharu Tsuge en Garo (1993)
Yoshiharu Tsuge nace en Tokio en 1937. A lo largo de su infancia se siente atrapado y oprimido por el ambiente de pobreza familiar y la violencia de su padrastro y trata de escapar como polizón en un barco a los 14 años, pero es atrapado antes de embarcar. Estos hechos serían más tarde reflejados en la historia Umi e, uno de sus últimos trabajos, en 1987. A los 16 años comienza a trabajar como mangaka en el mercado de los libros de alquiler en parte para no tener que interactuar con otra gente. La depresión sobrevuela su vida desde joven: con poco más de 20 años intenta suicidarse al ser abandonado por su novia. La pobreza no ayuda a solventar sus problemas, y para sobrevivir llega a vender su sangre. Estos dos aspectos le acompañarán durante el resto de su vida.
Tras sufrir una de sus periódicas depresiones, deja de realizar obra propia y acepta un trabajo como asistente de Shigeru Mizuki. En 1966 comienza a publicar en Garo, dando un giro a sus historias y convirtiéndose en autor de culto y prácticamente inventor del cómic autobiográfico. Además de historias sobre su vida, Tsuge realiza historias basadas en sueños y en viajes. De hecho, durante su juventud viaja por Japón, recalando habitualmente en pequeños pueblos de sencillas construcciones alejados de las rutas turísticas. Escribe varios ensayos sobre estos viajes, acompañados de dibujos. Durante estos viajes se encuentra con campesinos y pescadores que más tarde protagonizan, directa o indirectamente, algunas de sus historias. En 1975 se casa, tiene un hijo, prepara una serie de televisión basada en sus relatos y abre una tienda de cámaras de fotos usadas. En 1982 cierra la tienda y dos años después comienza a colaborar mensualmente con la revista Comic Baku hasta su cierre en 1987. Dos de sus historias se han llevado al cine, Nejishiki y Munô no Hito. En la actualidad Tsuge no dibuja, ni está interesado en que su obra se publique en el extranjero.
A continuación traducimos algunos extractos del artículo que Beatrice Marechal escribió sobre Tsuge en The Comics Journal 2005 Special Edition (Fantagraphics, 2005) y que se puede leer completo aquí. Acompañando al texto, incluímos algunas de las historias de Tsuge traducidas al inglés. Una traducción al español de la seminal Nejishiki puede leerse cortesía de Marc Bernabé. Una edición en papel traducida al inglés de esta historia, en The Comics Journal #250.
Cuando pedí a un editor un resumen rápido de la historia de los cómics japoneses, dibujó dos montañas: sobre la primera, escribió Osamu Tezuka, y en la otra, Yoshiharu Tsuge.
(…) A mediados de los años sesenta apareció la revista de cómics de vanguardia Garo, que pronto se convirtió en líder de la expresión artística en el cómic. El editor Katsuichi Nagai buscaba nuevos artistas y publicó un anuncio pidiendo a Tsuge que contactase con él. En febrero de 1966, Tsuge publicaba Numa en Garo, una historia que rompía en pedazos las convenciones habituales careciendo de conclusión y entremezclando sutilmente el erotismo con la muerte. Aunque hubo poca reacción por parte de los lectores y fans, algunos críticos apoyaron esta nueva forma de narrativa.
Traducción: Meganeguard
Edición: Kotonoha
(…) Chîko, publicada en el número de marzo de 1966 de Garo, es la historia de un artista de cómic pobre y desempleado que vive con su novia, la cual trabaja por las noches en un bar para mantenerlos. Compran un pájaro como mascota, que alegra su vida diaria, pero el hombre lo mata en un acto inconsciente, malévolo. Declara que el pájaro ha escapado y su novia lo busca en vano. El modo en que Tsuge cuenta la historia apunta hacia el conflicto implícito: mientras que el hombre pasa la mayor parte de su tiempo dentro del apartamento, la mujer entra y sale libremente, dejando al hombre y al pájaro prisioneros y dependientes de sus cuidados. Mientras que las imágenes cuidadosamente delineadas y el ritmo del diálogo captan la atención del lector, las meditadas sutilidades de composición de la historia sugieren un subtexto subyacente.
Chîko está basado en sus propios recuerdos. Comparte características similares con un género literario llamado Yo-novelas, que se consideraban un género literario muy prestigioso (en oposición con el mero entretenimiento). De modo que cuando el crítico de cómic Susumu Gondô preguntó a Tsuge si tenía algún problema introduciendo valores literarios en una forma percibida primariamente como simple entretenimiento, él respondió: “No he pensado en ello. Por eso es por lo que puedo dibujar con naturalidad. En realidad, pensaba que podría ser interesante hacer algo usando hechos reales.” No todo en esta historia viene de las experiencias vitales de Tsuge, pero para los críticos e historiadores, era un Yo-cómic, y con el tiempo Tsuge se convertiría en la principal figura de este nuevo género.
Traducción: Meganeguard
Edición: Kotonoha
(…) En respuesta a la pregunta de Gondô, “¿Qué significa para ti viajar?, Tsuge respondió, “No es sólo liberarse de la vida diaria, también es la relación con la naturaleza al convertirse uno mismo en un punto del paisaje.”
(…) Todas las “historias soñadas” de Tsuge son muy diferentes, tanto en estilo como en contenido, pero tienen motivos recurrentes, como los ojos y el agua. En junio de 1968, Tsuge escribió Nejishiki, basado en un sueño que tuvo dando una cabezada en el tejado de su apartamento. Este cómic causó un gran impacto entre los lectores, pero también entre los artistas. Pensaron que, o bien no tenía nada que ver con los cómics, que era una cómic de humor, o bien que era la prueba de que los cómics eran arte. Junto a Lîsan Ikka (junio de 1967), Nejishiki es uno de sus cómics más parodiados. Aunque hay varias posibles interpretaciones, es interesante observar cómo los personajes se mueven dentro de la historia y a través del dibujo. Mientras que casi todos los personajes permanecen sentados o tumbados, siempre en una posición estática, sólo el personaje principal camina. Pero, ¿adónde va? Viene del mar al principio y vuelve al mar al final. Algunos críticos argumentan que es una imagen arquetípica del nacimiento –el mar y la herida sangrante simbolizan el agua y la sangre respectivamente- mientras que la imaginería del río Estigia y su viaje en barca en el bote conducido por alguien que apenas se ve, representa la muerte. Sin embargo, esto puede ser ir demasiado lejos. En el mundo de Tsuge es fácil llegar a la conclusión de que nadie va a ninguna parte independientemente de cuánto se mueva, porque un camino es sólo un sustituto de la libertad. El personaje principal es curado de su herida, pero su experiencia vital le lleva de nuevo al mismo lugar, lo que tiene mucho que ver con la ontológica pregunta de Tsuge, “¿Dónde puede ir uno para sentirse libre?” Y en este punto de su carrera, la respuesta todavía era “a ningún sitio”.
Traducción: Marc Bernabé
(…) En 1976, Tsuge empezó a guardar registros de sus sueños y creó cómics a partir de algunos de ellos; Soto no Fukurami es ejemplo de ello. Es un cómic muy extraño sin globos de texto, con una especie de personaje pictográfico, pintado en colores pastel. Trata del miedo al exterior, algo muy abstracto que consigue dibujar usando un color blanco muy suave –“Había una especie de ondulación brumosa, un extraordinario sentimiento abstracto dentro de mí que llamaría la noche, o el exterior.” Esta historia se centra en el “exterior” como terror, y el propio confinamiento que lleva a la muerte.
Traducción: VyvyanWilde, Ani
Edición: VyvyanWilde
Una muestra de los colores originales, aquí
(…) Tsuge sufría de depresión crónica y cada una de sus crisis provocaba que se despreciara profundamente a sí mismo. Los cómics presentados en Comic Baku muestran esta depresión. Sanpo no Hibi (junio de 1984) o Aru Mumei Sakka (septiembre de 1984) presentan al personaje principal enfrentado a problemas de dinero o empleado como asistente de un autor famoso.
También, Ishi wo Uru (junio de 1985), Munô no Hito (septiembre de 1985), que se convertiría en una serie del mismo nombre, Torishi (diciembre de 1985), Tansekikô (marzo de 1986), Kamera wo Uru (junio de 1986) y Jôhatsu (diciembre de 1986) presentarían todas ella un personaje principal que se parecía a Tsuge en aspecto y edad, con hechos que reflejaban aquellos que él vivía en el momento.
(…) En el trabajo de Tsuge, la motivación de su personaje principal es un deseo contradictorio de separación y reconciliación. Su personaje busca nuevos paisajes y encuentros efímeros; permanece aislado de los otros empleando su tiempo en dormir o permaneciendo confinado. En un sentido más extremo, el personaje se rechaza a sí mismo y trata de desaparecer. Nada de esto alivia su mal, sólo es un alivio temporal. Busca alivio identificándose con la naturaleza, como un punto en el paisaje, pero también a través de relaciones con mujeres y especialmente a través de su relación estrecha con su mujer e hijo.
Tsuge fue capaz de crear un nuevo tipo de historia gracias a la política editorial de garo. Gracias a sus trabajos, los cómics en Japón son definitivamente una forma artística para adultos en lugar de entretenimiento exclusivamente para niños. Su influencia es enorme y amplia, incluyendo la tendencia comenzada en los años setenta de los cómics revelando los matices psicológicos de sus personajes y la libertad de los autores de cómic para expresar lo que quieren decir en lugar de seguir géneros establecidos. Todo esto es el resultado del trabajo pionero de Tsuge. En la historia de los cómics japoneses, Tsuge tiene su lugar en lo alto de la montaña.
Historieta extra Hatsutake gari (Garo, abril de 1968), traducida al inglés como Mushroom hunting
Galería de imágenes
Enlaces recomendados
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– Yoshiharu Tsuge’s Nejishiki, por Domingos Isabelinho
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– Reseña de Nejishiki – Sean Rogers
– Reseña de Munô no Hito (L’homme sans talent) – Álvaro Pons
– Reseña de Munô no Hito (L’homme sans talent) – Jordi Ballera
– Reseña de Munô no Hito (L’homme sans talent) – Marc Bernabé
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– Ishoku – Matthias Wivel