Originales de Salón. Hoy: Rayo Negro

Cuando me acerco a un autor para que me firme su obra o me haga un dibujo en el bloc, no suelo tener en mente ningún dibujo, motivo o personaje concreto, y siempre me descoloca la pregunta de «¿qué quieres que te dibuje?» Generalmente un «lo que quieras» es suficiente para que el autor se lance, pero en ocasiones los muy malditos insisten… como hizo Rafaél López Espí hace algunos años en Expocómic. Pedirle una Cosa del Pantano a López Espí me parecía fuera de lugar, y de pronto me vino a la cabeza uno de mis personajes de niñez favoritos, Rayo Negro (aunque en realidad, todos los Inhumanos se cuentan entre mis favoritos). Hay que reconocer que es un concepto genial: el tío es rey, tiene un traje que es un pasote, y no puede abrir la boca porque desencadenaría una catástrofe. Creo que fue eso lo que más me impactó siempre, que fuera un tipo tan poderoso y que nunca le viésemos ponerse berraco. Y que al mismo tiempo nadie lo cuestionase y que fuese amado y respetado por su pueblo. Bueno, corto el rollo. La cuestión es que se me ocurrió pedirle un Rayo Negro y, por supuesto, no problem. López Espí saca su carpeta de referencias, se busca el Rayo Negro, y manos a la obra. Y este fue el resultado.



Pasaron los años y llegó el salón de Getxo, hace apenas una semana. Me acerco al buenazo de Carlos Vermut, le paso mi ejemplar de Plutón BRB Nero para que me lo firme y me hace la pregunta fatídica. Respondo con el «lo que quieras» de rigor pero no, a Vermut no le puedes venir con esas, porque te contesta, «pídeme eso que siempre has querido, eso que no te deja dormir por las noches» y tal. Y claro, de nuevo, Rayo Negro. Y como Vermut no es manco, se curra el siguiente dibujo, un alarde de metalenguaje en el que el monarca emite al mismo tiempo su grito letal y, en un acto de ventriloquismo (ese superpoder que le desconocíamos), dedica el libro.



Pero qué casualidad, al lado de Vermut se sienta Mauro Entrialgo, que mira para la dedicatoria anterior y comenta, «que no se te olvide el diapasón de la cabeza», «el traje no era así», «¿le vas a hacer la movida esa de debajo de los brazos», «vaya birria»… Vamos, que se pica, y cuando se dispone a dibujar su propia versión en una hoja cochambrosa, le paso el último Ángel Sefija para que quede constancia. Y muy bien, oye.



En fin, que mola, y que lo mismo de ahora en adelante tengo que ir con mi Rayo Negro de referencia para pedírselo a los autores enrollados, como hace ese aficionado que va a todas partes con su marcapáginas del Capitán Trueno, o como hace Emilio con su dibujo de Vampirella de Pepe González, recopilando versiones de distintos autores como homenaje a González.

Seguiremos informando.