Un libro es un cuerpo en el que una historia vive y respira



Como novelista gráfico, me he interesado por el diseño por necesidad, al igual que me he interesado por la tipografía y la impresión. Como un requerimiento del estilo que he escogido para contar mis historias, he aprendido el trabajo poco a poco y probablemente pobremente. Así que el lector experto en dibujo debe estar alerta: probablemente yo tengo poca idea de lo que estoy hablando. Me parece que el diseño de un libro debería ser inevitable -un libro requiere su propia forma al igual que un roble brota de una bellota y un pino de una piña. Un libro es un cuerpo en el que una historia vive y respira, y, como un cuerpo, tiene una columna vertebral, es más grande en el interior que en el exterior y no va a tener muchas citas si no es capaz de mantener una buena conversación. Si encuentra su camino dentro de nuestra vida, un libro también puede ser una compañía, y a veces una capaz de cambiarnos la vida. Al mismo tiempo, la portada de libro ha evolucionado de un simple envoltorio protector a una especie de striptease entre el autor y el lector, cómo un medio de llamar la atención y también de vender el libro, o amplificando e incluso extendiendo el propio libro en la mente del lector y las yemas de sus dedos.

Esto es un extracto de la introducción de Chris Ware para Penguin 75, un libro donde la conocida editorial recopilará, con motivo de su 75 aniversario, otras tantas de sus mejores portadas. En el anterior enlace a Amazon, podéis ver tres de estas portadas, con los comentarios de sus respectivos diseñadores, director artístico o autor del libro. El texto de Ware, completo en GQ.

[Vía: Drawn & Quarterly]