El destino del artista (Eddie Campbell)

Reseña publicada originalmente en la revista Rockdelux, ligeramente ampliada para su publicación en Entrecomics.


El destino del artista (Eddie Campbell). Astiberri, 2010. Rústica. 96 págs. Color. 16 €


Después de leer lo que decía Eddie Campbell (Glasgow, 1955) sobre su propia obra, a nosotros no nos queda mucho por comentar. Bueno, en realidad sí que queda, pero ese mucho es precisamente lo que cada lector debe buscar y encontrar en El destino del artista.

Con El destino del artista, Campbell pone punto final a un cuarto de siglo de historias autobiográficas de la forma más honesta posible: cuestionando su trabajo previo a todos los niveles posibles. Es recomendable pero no estrictamente necesario haber leído los cientos de páginas protagonizadas por su alter ego Alec para comprender el grand finale anticlimático que supone esta obra. Tras El destino del artista, Campbell prácticamente ha abandonado la autobiografía, dedicándose al género fantástico, la aventura, la intriga. Como si esta hubiera sido, al fin, su última palabra en torno a un tema o subgénero que precisamente ha cobrado auge en los últimos años, la autobiografía.



Aquí, Campbell aborda, siempre de forma oblicua y a través de un humor muy irónico, la ficcionalización de la autobiografía, la naturaleza de la novela gráfica y el destino del arte y del artista en la Historia. El resultado es una obra que admite una lectura ligera y amena y que al tiempo ofrece numerosas capas de significado complejamente entrecruzadas. Esta riqueza se alimenta en gran medida del propio lenguaje empleado, una ecléctica amalgama de cuatro estilos narrativos que se alternan y que a su vez reflejan distintos niveles de realidad: el relato escrito, la fotonovela, el cómic al uso y la tira humorística de prensa. Si, como dice Campbell en la obra, “los estudios de un arte se convierten en la historia de ese arte”, “El destino del artista” es historia del cómic.