Continuamos nuestro periplo europeo en busca de autores de cómic que hayan ilustrado cubiertas de The New Yorker y hacemos parada en los Países Bajos, donde encontramos a Joost Swarte, uno de los máximos exponentes del estilo de la línea clara y, al parecer, acuñador del término. Swarte compagina desde el inicio de su carrera, allá por 1970, el cómic y la ilustración, aunque sus estudios de diseño industrial le han ayudado a adentrarse también en otras disciplinas, como el diseño interior de edificios, entre los que destaca el Museo Hergé. No es cuestión ahora de hacer un repaso de la obra de Swarte; 40 años de trabajo dan para mucho, especialmente cuando uno es tan multidisciplinar como él. Swarte, como Meulen, también fue uno de los europeos elegidos por la revista RAW para mostrar a los Estados Unidos todas las vías por explotar del cómic. Afortunadamente, Swarte ha sido tan profeta en su tierra como en el extranjero, y la Reina de Holando lo nombró caballero en 2004. Ahí es nada. Si no nos equivocamos, algunas de estas portadas ya han aparecido por aquí, pero nunca está de más recogerlas en un mismo sitio. Y atención, porque la última ilustración es, básicamente, un cómic.
