Entrevista con Juan Sepúlveda

El pasado 15 de diciembre, el guionista Juan Sepúlveda debutaba como guionista y lo hacía en Canadá, en una pequeña editorial llamada StudioComix. El cómic, titulado The six faces of a dice, se ha distribuido de manera internacional y también está disponible en formato digital. Será una miniserie de 6 número con Hernán Campos, Andrés Gimeno y Alberto Tavira como dibujantes. A continuación hablamos con Sepúlveda acerca de su aventura como autor novato… internacional. Aprovechamos también la ocasión para anuncia la próxima presentación de su cómic, en la que se regalarán copias del mismo. Será el sábado 29 a las 19:30 h. en la librería Radiocity (Calle Santa Teresa 19, Barrio del Carmen) de Valencia.

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¿Puedes contarnos un poco de tus inicios? Cómo era el entorno comiquero en el que te movías, que influencias has ido recibiendo, cómo publicaste tu primer trabajo…

Mi experiencia con el cómic es muy breve y se remonta a principios de los noventa. Tenía entonces diez años y me pasaba todo el tiempo leyendo Tintín, Astérix, El guerrero del antifaz etc… Mis padres pensaban que la televisión fomentaba la falta de creatividad y que no era, en general, una buena influencia para un niño. Por esa razón en mi casa no teníamos televisión. Y al no tener televisión pasaba las horas con mis hermanos jugando y leyendo cómics.

Más tarde, cuando fui creciendo, descubrí la literatura, el cine, y otros temas, y poco a poco dejé los cómics a un lado.

Hasta que hace un par de años, cuando ya me encontraba trabajando, un amigo me los redescubrió. Me mostró algunas novelas gráficas y unos cómics de Daniel Clowes y Thomas Ott y me quedé totalmente fascinado. Yo los recordaba como algo orientado a niños o adolescentes y sin embargo, aquello parecía tener unas posibilidades inmensas.

Hoy por hoy, viendo las cosas con distancia, doy gracias de la decisión que tomaron mis padres. Veo que la televisión sin control paterno esta cada vez más preparada para convertir a cualquier niño sano en un completo enfermo y que en mi caso particular, si me hubiese pasado el día consumiéndome como un cirio frente al televisor, seguro que no hubiera empezado a escribir nunca.

Si no me equivoco, tú eres guionista y no dibujas. ¿Cómo se te ocurre? Es decir, si en España ser dibujante ya es difícil y económicamente poco productivo, ser guionista es incluso más complicado, ¿no?

Si, creo que debo ser el único guionista de cómics en España que no dibuja. Pero tiene truco. La verdad es que yo estudié ingeniería y después de trabajar un par de años como ingeniero, lo dejé todo y fui a Madrid a buscarme la vida como guionista de ficción. Al cabo del tiempo acabé en una productora que hacía una serie para adolescentes.

Allí aprendí mucho de Antonio Santos Mercero y de Daniel Martín. Pero tardé muy poco en volver a la ingeniería ya que el trabajo de guionista lo vi muy inestable y mal pagado. Por otro lado, sentí que había muy poca libertad creativa debido a unos presupuestos muy desequilibrados y a una política entre las televisiones y las productoras complicada. Con todos estos condicionantes decidí seguir mi trabajo como investigador y en mi tiempo libre escribir lo que me apeteciera.

Vas a publicar tu trabajo en una editorial canadiense. Se me ocurren varias preguntas al respecto. Por ejemplo, ¿lo presentaste antes a editoriales españolas? Si lo hiciste, ¿qué tipo de respuesta recibiste de éstas?

Al acabar la biblia del cómic, España se encontraba en un momento de máxima crisis y pensé que iba a ser muy difícil encontrar una editorial de cómics que me publicara ya que era un autor novel totalmente desconocido.

La verdad es que ni me atreví a escribir a editoriales españolas, de hecho solo envié el proyecto a una editorial muy conocida y me contestaron “Juan aún no he abierto el adjunto que contiene tu cómic pero ya te digo que las cosas están muy complicadas por aquí”.

Entonces, ¿cómo contactas con esta editorial y cómo llegas a publicar en ella tu cómic?

En mi trabajo hago frecuentes llamadas telefónicas al extranjero y tengo el inglés bastante fresco. Por eso pensé en llamar a editoriales extranjeras por teléfono. Simplemente les llamaba para comentarles que les había enviado una propuesta de cómic por e-mail. Fue entonces cuando antes de que me diera tiempo a enviarlo a toda la lista que había elaborado me respondió afirmativamente Studiocomix. El equipo creativo me comentó que les había gustado mucho el planteamiento del proyecto y las historias que les envíe. Así que a la semana siguiente ya empezaron a dibujar los ilustradores.

¿Cómo es tu relación con los dibujantes? ¿Cómo los has conocido?

Dado que no conocía a absolutamente a nadie en el mundo del cómic, lo primero que hice fue buscar dibujantes por Internet. Puse anuncios explicando que quería convertir Las seis caras de un dado en un cómic y me escribieron muchísimos, la mayor parte eran o freelance o estudiantes de bellas artes. Al cabo del tiempo me encontré con una larga lista de ilustradores y muy pocas historias que repartir. Por lo que seleccioné a tres dibujantes y les pedí que dibujaran las dos primeras páginas de cada relato. Mientras, yo empecé a escribir una biblia que contenía las sinopsis, los temas tratados en las historias, el público al que iba dirigido y todo un desarrollo del proyecto. Al cabo de un mes ya tenía la biblia lista y los dibujantes habían prácticamente terminado su parte.

Una vez contacté con Studiocomix, una editorial que acostumbra a contratar a sus ilustradores, les pedí que fueran los dibujantes que yo aportaba los responsables de dibujar el cómic. Cuando comprobaron el nivel de los dibujantes me permitieron sin problema que trabajaran en el proyecto. Se trataba de Hernán Campos (Argentina), Andrés Gimeno (Argentina) y Andrés Tavira (España), tres ilustradores que hacían un trabajo muy bueno y que convencieron rápidamente al equipo creativo de Studiocomix.



En vista de que tu relación con los cómics parece que ha sido intermitente. ¿Crees que en tus guiones se puede detectar la influencia de algún otro guionista de cómic, o más bien tus referentes son de medios distintos al cómic, como la literatura o el cine?

Prácticamente la totalidad de las historias que escribo son o historias que invento, o que he soñado (a modo de pesadillas) o que he vivido de manera directa o indirecta. En cualquier caso los autores que me han influenciado vienen de la literatura y el cine, porque como te comentaba antes he leído muy poco cómic. Y es ahora tras muchos años cuando me estoy poniendo al día.

En el caso concreto de la primera cara del dado, Amargas sorpresas. Esta primera historia nació de la mezcla de una pesadilla y una historia que empecé a escribir. En cuanto al sueño y sin ánimo de desvelar la historia sólo puedo contar una parte de la pesadilla en la que alguien, en mitad de la noche, subía corriendo las escaleras de mi casa hasta mi habitación. Llevaba un cuchillo herrumbroso y no pensaba parar hasta matarme.

Con respecto a la historia que estaba escribiendo se trataba de algo que empecé a escribir después de haber visto Lost Highway de David Lynch. Me había fascinado y quise escribir una historia que ocurriese en una carretera perdida en España (de hecho lo único que tienen en común es una carretera perdida). Quería un relato que ocurriese aquí porque a diario veo paisajes, personas e historias a mi alrededor que son terriblemente originales. No obstante, recuerdo que cuando empecé a escribir y posteriormente fui enseñando las primeras viñetas de Hernán Campos a aficionados al cómic, vi como les llamaba la atención que los lugares fueran pueblos o ciudades españolas. O que los personajes se llamaran Manolo o Aurelio, en lugar de algún nombre anglosajón. Este tipo de historias las solían asociar a lugares norteamericanos. A pesar de ello, no quise cambiar nada, estaba convencido de querer hacer lo contrario. Veo España y algunos de sus lugares como algo original, romántico y poco artificial por eso me interesan las historias que ocurran en lugares lejanos a un McDonald’s o cualquier otro comercio globalizado que convierte a las ciudades o pueblos en réplicas.

¿Puedes contarnos un poco sobre qué van las historias, cuáles son los temas que te interesa explotar?

Los temas de Six faces of a dice son muy dispares, cada historia tiene un estilo y una temática distintos. Pero debido a que muchos están basados en pesadillas acaba surgiendo el surrealismo en muchos pasajes. Por otro lado están presentes muchas de las fobias que me afloran en mitad de la noche, el miedo a la muerte, la soledad, la sociofobia etc…

Me interesa mucho la alienación del individuo en la sociedad. ¿Cuáles son esos pequeños detalles que diferencian a una persona social con otra asocial? Y cómo Internet puede llevarnos a ser cada vez más antisociales. Es fácil caer en la tentación de pasarse horas en las redes sociales y hablar sólo con los amigos por esa vía. Antes de que llegara Internet quedarse un viernes por la noche en casa suponía quedarse desconectado de tus amistades ahora no tiene porque ser así pero obviamente no es lo mismo porque acabas relacionándote menos con las personas. En Six faces of a dice hay muchos personajes solitarios que no encuentran su hueco en la sociedad. No son solitarios por culpa de Internet si no por otros motivos como su educación o algún suceso traumático que les hace desconfiar de las personas, pero acaba desembocando en consecuencias similares.

Ahora que tu proyecto ya se ha materializado, ¿cómo se lo venderías a un editor español, cuáles son sus puntos fuertes?

Studiocomix tiene la intención de distribuir en España Six faces of a dice una vez se hayan publicado allá las seis historias y se pueda vender aquí el cómic en tapa dura. Es simplemente una cuestión de precios de distribución. En España sale muy caro distribuir cómics breves en pequeños números y compensa más venderlos todos juntos. Ese es el motivo por el que habrá que esperar a que se publiquen todas allí para poder conseguirlas aquí en papel. Por ello, la única manera de conseguirlo en España sería comprarlo por Internet en graphic.ly o esperarse a que a finales de este año salga en papel.

A un editor español le diría que Six faces of a dice va dirigido tanto a un público comiquero como un público más general. Lo cierto es que tras la llegada del iphone/ipad ha surgido un nuevo público. Se trata de personas con un poder adquisitivo medio alto que no habían leído cómics nunca y al adquirir una plataforma como el ipad los han descubierto. Todo este público es diferente al público clásico. Suelen demandar novelas gráficas que sean más realistas y menos fantásticas. Sin embargo, tal es la devoción que están sintiendo por el cómic que ya compran cómics en formato físico porque empiezan a sentir ese romanticismo más propio de los aficionados de toda la vida. Quieren un cómic que puedan tocar y oler. Un formato que forme parte de su vida y puedan guardar en una estantería junto con tus títulos favoritos. Un cómic físico puedes prestarlo a un amigo o desempolvarlo al cabo de los años y recordar aquella experiencia que tuviste durante su pasada lectura. Estas sensaciones son más complicadas cuando almacenamos un cómic en nuestro disco duro.



¿Tienes algún sueño, alguna meta en el mundo del cómic, o te conformas con ir publicando?

La adaptación de Las seis caras de un dado por parte de Studiocomix ya es un sueño en sí. Si me hubieran dicho hace un par de años que una editorial canadiense lo iba a adaptar no lo hubiera creído.

Habiendo cumplido este sueño mi próximo sueño sería, como gran aficionado al cine, la adaptación cinematográfica de alguna historia que escriba en el futuro. En el caso de Las seis caras de un dado sería algo complicado por su brevedad, a menos que se hiciera algo parecido a Paris, Je t’aime que es una película compuesta por un conjunto de cortometrajes que dirigen distintos directores. Así que por de pronto seguiré soñando con cómics.

Por ahora sólo quiero seguir escribiendo las historias que me apetezca contar y ver los cómics como algo que hago porque pasión y no por obligación. Y bueno como comentabas en otra pregunta vivir en España del cómic es realmente complicado. Son muy pocas personas las que lo hacen y se ocupan tanto del guión como de los dibujos no como en mi caso que solo escribo. Por lo que sería algo realmente complicado en España. Y en el extranjero quizá ya sería otra historia.

¿Cómo es tu relación profesional con los dibujantes? ¿Admites sugerencias suyas, escribes con sus estilos en mente, hay un proceso de creación orgánico, o cada uno hace su parte?

Lo primero que hago es escribir y después busco un dibujante cuyo estilo se adapte a la historia. Trato de describir la ambientación muy al detalle para que el ilustrador cree en su cabeza la misma imagen de la historia que tengo yo. A los dibujantes nunca les envío en primera instancia un guión sino un texto literario. El guión es siempre algo muy árido y es la literatura la que consigue crear imágenes en nuestro imaginario. A partir de ahí empiezan a dibujar y como apoyo suelo enviar fotografías reales de los lugares o personas que me inspiraron la historia. Estas localizaciones están después contenidas como material extra del cómic y es muy curioso ver cómo convierten una fotografía en una viñeta. En cualquier caso los dibujantes tienen libertad creativa total y utilizan siempre su modo narrativo. Algo que ha sido bastante clave en las tres primeras historias porque teníamos un límite de páginas muy ajustado y los dibujantes tenían que sintetizarlas mucho. Eso llevó a poner a prueba su manera de narrar visualmente. Tenían que expresar mucho con poco y tratar de que el lector no perdiera detalle de nada.

¿Quién sería tu «guionista modelo,» aquel a cuyo estilo o temática más te gustaría acercarte?

Actualmente el guionista/ilustrador que más me interesa es Daniel Clowes. Pero no trato en mis historias de acercarme a las de Clowes, ya que por un lado son muy diferentes y, por otro, creo que sólo Daniel Clowes se puede acercar a Daniel Clowes. Algo parecido me pasa con Thomas Ott.

¿Nunca pensaste en publicar tu obra directamente en internet?

La verdad es que tenía la ilusión de verlo en papel. Un cómic siempre se disfruta más en formato físico. Pero indudablemente hoy por hoy tiene que ir ya de la mano de Internet donde están empezando a venderse ya muchas copias en formato digital y empiezan a tener los cómics más visibilidad y relevancia.