Como cada año, el anuncio de las candidaturas a los premios que otorga Ficomic durante el Saló del Còmic de Barcelona en base a las votaciones de los profesionales, han dado que hablar. Y como de costumbre, muchas de las cosas que se han dicho no han sido precisamente favorables al modelo actual, que cada vez se antoja más anticuado y menos representativo del panorama actual de nuestro cómic. Menos útil, en una palabra, lo cual es especialmente sangrante cuando comprobamos como en el país vecino, Angoulême ha sido capaz de dar con una fómula -después de muchas pruebas de ensayo-error, efectivamente- que parece contentar a muchos y distinguir galardones en función de públicos objetivos, redundando en una mayor repercusión mediática y en la carrera comercial de los títulos ganadores. Dicho todo esto, por supuesto, sin ánimo de restar méritos a las obras y autores candidatos a los premios de Ficomic. Ayer y hoy, dos personas con mayor capacidad dialéctica y analítica que nosotros, Santiago García y Álvaro Pons, han planteado el problema con claridad e incluso han propuesto alternativas viables de cara al futuro. De cara a que que estos premios den la cara por todos nosotros ante la sociedad. No dejéis de leer lo que tienen que decir.
