Sequeiros, un vampiro bueno



Santi bebe desde que nos conocemos. Bebía como cosaco cuando nos reuníamos a ver cualquier infumable peli directa a DVD del bueno de Mickey Rourke, locos por comprobar en qué escena se ponía sus gafas de sol, como siempre exigía por contrato. De hecho, Santi era el vivo retrato de Mickey: la misma cara de niño herido y seductor, sólo que más recio y sin afición por el boxeo. ¡Es lo único que le hubiera faltado a Santi, meterse a boxeador!

Sus anécdotas durante los años que vivió en Barcelona servirían para llenar un libro de terror: ha despertado varias veces en plena calle tras ser víctima de robos en estado inconsciente (¡también en pleno pasillo del metro de Passeig de Gràcia!), incluso se ha descubierto sin pantalones sentado a la marquesina de un bus. Y hasta ha conferenciado junto a José Luis Sampedro y José Saramago estando borracho perdido (en la presentación del libro que ilustró para Sampedro, ‘Los mongoles en Bagdad’).

Este artículo sobre Santiago Sequeiros escrito por Hernán Migoya, merece la pena. En El Mundo.