La saga de Atlas & Axis (Pau)


La saga de Atlas & Axis (Pau). Dibbuks, 2011. Cartoné. 19 x 27 cm. 80 págs. Color. 16 €


A menudo nos preguntamos dónde están los libros infantiles y juveniles, esos que van a hacer florecer la afición en el joven lector y lanzarlo al proceloso mar del cómic adulto algún día de esos. Porque, más o menos, todos hemos empezado por el humor, por los animales antropomorfos, por los superhéroes, por los clásicos ilustrados y por otros tebeos dirigidos claramente al público más joven. Y hoy día parece que eso se echa en falta. Tenemos cómics para adultos con la mentalidad propia de su edad y cómics para adultos con mentalidad de niños, pero pocos cómics para niños con mentalidad de niños. Es decir, editoriales como Mamut o La Galera están haciendo, y muy bien, sus cosas de cara a los más pequeños, pero hay otra franja de edad, donde ya se lee con fluidez, en la que se agradecen argumentos más elaborados, donde se aprecia el valor del chiste recurrente o de la referencia extracomiquera. Estos lectores, ahora mismo, están abocados a conformarse con los superhéroes, los clásicos (Pitufos, Tintin, etc.), Mortadelo y Filemón y poco más (por ejemplo, el Wáluk que publicaba Astiberri hace nada). En cualquier caso, sería interesante replantearse una cuestión que parece que damos por hecha: el cómic infantil debe inundar el mercado, tiene que existir una variadísima oferta que «capte» al lector en su infancia. Pero, ¿de verdad son tan importantes los cómics infantiles a la hora de forjar una afición? Por una parte, cada vez nos encontramos con más personas que acceden al cómic en su edad adulta, y por otra todos sabemos que la mayoría de lectores infantiles abandona(ba)n la afición llegada cierta edad. ¿Otros medios, como el cine o la literatura, han necesitado un siglo de obras infantiles para poder desarrollar finalmente un discurso adulto en paralelo? No, y de hecho el camino ha sido el inverso. ¿Debemos volver a inundar de cómic infantil el mercado? Seguramente esto daría para varias tesis doctorales, pero seguro que ya imagináis cuál es mi opinión. Esto no quiere decir que no haya sitio para el cómic infantil, por supuesto. Es deseable que existan cómics apropiados para cada rango de edad. Y que, a ser posible, sean cómics de calidad dentro de los parámetros de su público objetivo.

Por eso me alegra mucho que Pau acabe de publicar recientemente el primer tomo de La saga de Atlas y Axis, un proyecto que lleva acariciando un par de lustros y que por fin se convierte en una realidad que recoge la mejor tradición de Bruguera y la mezcla con Asterix, los patos de Disney, Bone y el propio mundo interior de Pau donde las ovejas explotan al morir. Y Conan, que no se me olvide Conan. El cómic se ha publicado simultáneamente en España por Dibbuks y en Francia por Ankama, con lo cual no tenemos claro si Atlas y Axis hablan español o francés en la intimidad. Aunque lo más seguro es que hablen en balear. Para saber más, no dejéis de visitar esta página en Guía del Cómic con abundantes enlaces en los que pueden leerse otras historias cortas de los personajes o las primeras 16 páginas dibujadas allá por 1999.



Yo creo que, con lo poco dicho y con la mera presencia de esta entrada en el blog, ya os haréis una idea de por dónde van los tiros, del tono y la calidad de la obra, pero por si acaso, concreto un poco. La saga de Atlas y Axis es la aventura de dos simpáticos hijos de perra cuyo poblado es arrasado por los norcandos, una raza norteña feroz y sedienta de sangre. Las mujeres y los niños son secuestrados, lo que da pie a que comience la búsqueda de Atlas y Axis, que en su camino vivirán aventuras y conocerán a amigos y enemigos. Un planteamiento sencillo pero lo suficientemente abierto para que Pau toque varias teclas: la aventura didáctica a lo “jóvenes castores”, la exaltación de la camaradería y los buenos sentimientos, la rabia y la venganza, la tristeza, la ayuda a los desprotegidos… El cómic tiene todas las cosas bonitas y emocionantes que tiene que tener un cómic de aventura de este tipo. Y, además, un humor inteligente basado –como en Asterix– en el chiste recurrente que va definiendo un universo y una personalidad propia. Porque, si algo tiene La saga de Atlas y Axis es que, por muy genéricos que sean los planteamientos de partida, Pau tiene personalidad, y la transmite a sus personajes. Me cuesta mucho, desde mi posición de adulto, valorar si objetivamente éste es un buen cómic infantil, pero la intuición me dice que sí.

Dibbuks edita con el cariño y la calidad acostumbrados y, si acaso, el tomo tiene la mala baba de terminar antes de tiempo. O sea, que se hace corto y te deja con la miel en los labios. ¿Tienes un chaval de 8, 10, 12 años? Regálale este primer tomo de La saga de Atlas y Axis y verás como lo lee y relee. En cuando consiga arrancártelo a ti de las manos, claro.