Crónica del segundo encuentro del Club de Lectura de Novela Gráfica

El pasado viernes día 2 de marzo tuvo lugar el segundo encuentro del Club de Lectura de Novela Gráfica, una iniciativa del Instituto para la Divulgación y el Estudio del Cómic y la Ilustración (IDECómic), impulsada por Ricardo Mena, Christian Osuna y Borja Crespo. Tras quedarme con las ganas de acudir al primer encuentro, que giró en torno a Pagando por ello, de Chester Brown, no iba a perderme esta segunda reunión, que trató sobre Los muertos vivientes de Kirkman y Adlard.

            El encuentro comenzó a las seis de la tarde, y tuvo lugar en Picnic, un bar y cafetería situada en la calle Minas de Madrid, en pleno centro —y pegadito a muchas librerías especializadas—, donde ya se han llevado a cabo varias actividades relacionadas con los tebeos. Y allí, en su planta baja, en un ambiente muy tranquilo y recogido, ideal para la charla, se desarrolló el encuentro durante dos horas largas, alrededor de una mesa y de unas cañas.

            Como de hecho se mencionó esa tarde, cuando uno escucha “club de lectura”, quizás no sabe bien de qué va la historia. No es un encuentro riguroso, ni una conferencia, ni un debate moderado. Es simplemente una charla informal, sin guion previo o turnos de palabra, entre aficionados al cómic de todo tipo. No hay que llevar nada preparado, ni ser un experto en la obra de la que se habla. De hecho, ni siquiera es necesario haberla leído o que te guste. El viernes nos juntamos un grupo de unas doce personas, en el que había de todo: divulgadores, lectores asiduos de todo tipo de cómics, otros más ocasionales, gente que no se había leído entera la serie de Los muertos vivientes e incluso algún editor y algún librero. Y precisamente esa heterogeneidad creo que es lo que enriqueció muchísimo el encuentro.

            Se empezó comentando aspectos de la serie tales como su condición de culebrón o folletín, su formato, sus valores como obra, el dibujo de Adlard y de su predecesor Tony Moore, sus personajes, y la opinión que teníamos cada uno de ella. Pero luego, como es lógico en una charla así, acabamos hablando de la serie televisiva —era inevitable— y de si a través de ella llegarán más lectores a la serie de Kirkman, del género de zombis en general, del cómic popular, del mercado, de puntos de venta, del papel que puede jugar una serie como Los muertos vivientes a la hora de llegar a un público diferente. Y como colofón, el sorteo de los dos integrales que cedió Planeta para el evento.

            Fue una charla distendida y muy enriquecedora, como cualquier intercambio de opiniones, y en la que primó sobre todo el respeto.Y además, el humor: nos reímos muchísimo, pero, y esto es lo que más me gustó, sin perder nunca el norte y sin que la cosa degenerara. Se lo puede uno pasar de puta madre y a la vez sentir que se ha echado una buena tarde, que nos ha aportado algo, y ésta es la sensación que tuve cuando acabó el encuentro.

En resumidas cuentas, que os recomiendo que si os es posible os acerquéis al próximo encuentro del Club de Lectura de Novela Gráfica, una ocasión única para charla sobre cómics y conocer gente maja. ¿Siempre te estás quejando de que no conoces a nadie con quien hablar sobre tebeos? Pues vente, hombre.