Fallece Didier Comès

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Informa BoDoï del fallecimiento en la madrugada del día de hoy del historietista belga Didier Comès a la edad de 70 años víctima de una neumonía.

Nacido Dieter Hermann Comès, los primeros trabajos profesionales del dibujante aparecieron en el suplemento infantil del periódico Le Soir en 1969, y en 1974 apareció su primera historia larga, El dios viviente, en la revista Pilote, que se recopilaría en dos volúmenes. Entre 1976 y 1977, y en la revista Tintin, Comès publicaría La sombra del cuervo, y en 1979 comienza en la revista (À Suivre) la serialización de una de sus obras más representativas, Silencio, que le valdría el premio Alfred en Angoulême al año siguiente y que marcaría el tono de sus posteriores trabajos, casi siempre caracterizados por el estudio psicológico de personajes, la presencia de hechos sobrenaturales y pasajes surrealistas y mostrando definitivamente una poderosa influencia de Hugo Pratt en el aspecto gráfico, con un blanco y negro constrastado y estilizado que el belga supo convertir en personal y definitorio de su personalidad como artista. El propio nacimiento del artista, en la frontera entre Alemania y Bélgica durante la ocupación alemana, hijo de padre alemán, sería fundamental en su trabajo como autor, abordando a menudo el tema bélico y los ambientes rurales enrarecidos desde una perspectiva humana y dotando de especial relevancia al concepto de la muerte.

La colaboración de Comès con la revista (À suivre), que alentaba la serialización de largas historias, continuaría con obras como La Belette (1981), Eva (1984), El árbol corazón (1987), Iris (1990) y La casa donde sueñan los árboles (1994), y tras el cierre de la revista continuó su relación con la editorial Casterman publicando, directamente en formato de álbum, cómics como Las lágrimas del tigre (2000) y La última partida (2006). Todas las obras de Comès posteriores a Silencio están publicadas en España por Norma. Este mismo año, el Festival de Angoulême dedicaba una exposición retrospectiva a la obra de Comés, y el autor también fue reconocido en 1980 con el Grand Prix Saint-Michel y en 1983 con el premio Saint-Michel al mejor cómic por La Belette.