El amor infinito que te tengo y otras historias (Paulo Monteiro)

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El amor infinito que te tengo y otras historias (Paulo Monteiro). Edicions De Ponent, 2013. Rústica con solapas. 23 x 33 cm. 64 págs. B/N

La nostalgia y la melancolía suelen ser unos de los temas más recurrentes de la historia de las bellas artes, sobre todas aquellas en las que la narrativa constituye el elemento central de las mismas. Así que vivir en el presente y alimentarse espiritualmente del pasado es algo que todos hemos hecho alguna vez, y no, no se trata del simple y banal “cualquier tiempo pasado fue mejor” sino de ese germen que dejan dentro de nosotros aquellos momentos más significativos, emocionalmente hablando, de nuestra vida.

Esos instantes están plagados de muerte, amor, abandono y recuerdos familiares. Esa melancolía y nostalgia por los momentos compartidos presiden gran parte de los relatos de El amor infinito que te tengo y otras historias de Paulo Monteiro. Este volumen está compuesto por diez microhistorias, escritas de 2005 a 2010, que constituyen un decálogo sobre el viaje interior de uno mismo a través de un simbolismo poético. A eso hay que sumarle un extracto del diario de trabajo del autor  imprescindible para entender la idiosincrasia de la obra.

Gran parte de las historias que forman parte de este gran relato tratan sobre un instante concreto que hace evocar un pasado, o son simplemente la narración de las emociones ligadas a ese breve espacio de tiempo. En la que da nombre al volumen “El amor infinito que te tengo”, o en “Iré a ver a la amada”, “El ahorcado” o “Tus labios rosados” ahondan en la grandeza del amor como un sentimiento imperturbable cuya máxima característica es la perdurabilidad. En el caso de “Tu guerra se acabó” o de como la parte, en este caso un reloj, por el todo, la personalidad del abuelo recién fallecido recordada por su nieto.

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Pero no podemos olvidarnos de “Porque es éste mi oficio”, la historia más larga de este volumen, dedicada al padre del autor, a su propia infancia y su presente; en esta nos explica por qué es esta su profesión y vemos cómo está enraizada en sus años más tiernos, casi de manera genética. Este relato es el que justifica la publicación de los extractos de diario en los que de manera paralela a la construcción de esta historia podemos ver como se articula el relato que es tanto la columna vertebral de las historias como del diario en sí mismo.

En cuanto a la estructura podemos hablar tranquilamente de poesía, pequeñas historias que riman estéticamente y que se compaginan con textos breves, y que, al igual que ciertos tipos de poesía, no tienen resolución sino pura emoción. Estéticamente hablando estamos ante un autor que rompe cierta linealidad entre las diferentes historias abordando cada una de ellas con un grafismo diferente. Por ejemplo: en “Más allá de los montes” una historia sobre lo sublime de la contemplación pasiva, de las posibles opciones de acción y de la importancia de las decisiones intrascendentes, está narrada con el que quizás sea el trazo más limpio. Es decir, claridad frente a indecisión, hasta ese punto la poesía de estas historias que se encamina hacia una serie de relatos con claras pretensiones sinestésicas.

Visto lo visto, Paulo Monteiro se ha puesto el listón muy alto con estas historias desarrolladas a lo largo de un periodo de 5 años, en las que ha demostrado ser muy fiel a su forma de contar las cosas y con las que nos hace esperar con ansia su próxima obra. El amor infinito que te tengo y otras historias es de esos títulos que va a permanecer durante mucho tiempo en nuestra retina y en nuestra memoria, y por algo será.