Colmado Sánchez (Clara Soriano) y Señor Pacheco: agente secreto (Laura Pacheco y Señor Pacheco). ¡Caramba!, 2013. Tebeos grapados con solapas. 17 x 24 cm. 24 págs c/u. Color. 6 € c/u
Más o menos un año después de su estreno, ¡Caramba! lanza la segunda oleada de su colección de tebeos grapados: Jaimito. La idea es atractiva incluso antes de ver los frutos concretos por cómo rescata un formato popular y hoy prácticamente limitado a los superhéroes americanos y le da un nuevo sentido y valor como objeto más allá del fascículo casi fungible. Las ediciones por tanto están tan cuidadas como los libros que publica la editorial, y están a la altura del contenido.
En esta ocasión tenemos dos Jaimitos, y yo esperaba ambos con muchas ganas por diferentes motivos en cada caso.
El trabajo de Clara Soriano siempre me ha gustado mucho: me parece una dibujante como la copa de un pino con una gran habilidad para captar lo cotidiano con ironía pero sin saña, sin caer en el humor negro pero tampoco siendo cursi. Sus cositas breves en Caniculadas o El Estafador me dejaban siempre con ganas de más, de modo que su primera obra de cierta extensión me había generado muchas expectactivas . Y aunque pierda un poco de frescura Colmado Sánchez las cumple: es Soriano en estado puro, todo lo que nos gusta de ella en una historia larga. El Colmado Sánchez es la típica tienda de barrio que tiene de todo, cuya dueña conoce a todos los vecinos, a los que aprecia y aguanta por igual. Trocitos de vida que desfilan por el colmado dejando momentos divertidos, mientras un señor muy tenso espera a quedarse solo ante la tendera para pedirle algo que nadie más puede escuchar.
Colmado Sánchez es uno de esos cómics que uno lee sonriendo, porque ya sólo los dibujos de Soriano tienen mucha gracia —y el color es muy acertado—, pero también porque el tono general invita a ello. Y hay que ser buena para conseguir plasmar con exactitud a dos chonis de extrarradio y que resulten entrañables y encantadoras.
El otro Jaimito es de una autora que ya había publicado en ¡Caramba!: Laura Pacheco. También había muchas ganas de leerlo, no sólo por volver a leer una historia larga de ella, sino también por quién la acompaña al guión: nada menos que el señor Pacheco. Es casi una pirueta metaliteraria: Laura convirtió a su padre en un personaje antológico, y ahora ese personaje se adueña de la ficción y se rebela, dirigiendo su propio destino. El resultado es Señor Pacheco: agente secreto, un cómic donde el señor Pacheco vuelca todas sus filias: historias de espías, artes marciales, aviones y bombas… el señor Pacheco sabe lo que quiere el público, y se lo da. La historia, descacharrante, está acompañada por la conversación que padre e hija tienen delante del papel sobre el propio tebeo.
Pacheco, Laura cada vez dibuja mejor, y aquí se luce en un campo en el que no la habíamos visto mucho, el de la acción. El guión de su padre, además, la obliga a dibujar cosas bastante alejadas de sus ambientes costumbristas, pero también lo hace genial. Su uso selectivo del color, que ya ha convertido en una marca de fábrica, al igual que el lápiz directo, terminan de redondear un dibujo ya maduro, que todavía trasluce sus influencias pero que también es totalmente personal. Pero, bueno, al final, lo mejor que se puede decir del tebeo es que es un despiporre , un no parar lleno de situación locas y diálogos divertidos, que exprime todo el carisma del señor Pacheco. Y que, además, más allá de la historia de espías, es también una obra fruto del amor entre un padre y una hija.