El manga de los 4 inmigrantes (Henry Yoshitaka Kiyama)

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El manga de los 4 inmigrantes (Henry Yoshitaka Kiyama) El Nadir, 2015. Rústica 17×14 cm.  B/N, 142 págs. 17€

El subtítulo de la obra de Kiyama es Una experiencia japonesa en San Francisco, 1904-1924, que en mi opinión acota mucho mejor el terreno de lo que se acomete en la opera prima, definitiva y posiblemente única del autor japonés. Cuando se habla de este título todas las referencias apuntan a trabajos del calibre de Persépolis de Marjane Satrapi o la recientísima El árabe del futuro de Riad Sattouf, pero podemos considerar el volumen publicado por El Nadir como un antecedente del cómic autobiográfico. En este concretamente se nos narran dos historias paralelas y separadas en el tiempo: una es la obra de Kiyama en sí misma y por otro la labor de Frederick L. Schodt en su restitución y recuperación de este título.

Me gustaría empezar destacando el trabajo del teórico estadounidense; la aportación del teórico se divide en tres partes: la primera y tercera consisten en el proceso de investigación que va desde el descubrimiento de la obra hasta su viaje a Japón. El segundo bloque son las anotaciones que encontramos justo después del relato y que sirven para acotar política, social y económicamente cada una de las viñetas y comentarios de los personajes protagonistas. Pero son la primera y tercera partes las que nos ponen en situación de la posición del autor; al principio nos encontramos una prehistoria del autor siguiendo los rastros de la llegada a tierras americanas de Henry con sus compañeros de viaje. Schodt llega a identificar la identidad de estos, un verdadero trabajo de documentación y de puesta en realidad de lo que en principio podría parecer una ficción. La tercera parte de la participación de Schodt consiste en seguirle el rastro a Kiyama tras su vuelta a Japón la visita a su ciudad natal y encuentro con la familia. Todo para resaltar la importancia de conocer el autor y sus circunstancias para poder interpretar las coordenadas de realidad a través de las cuales se mueve esta crónica.

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Visto desde el presente El manga de los 4 inmigrantes es un relato típico en el que se  narra las desventuras de cuatro japoneses que van a Estados Unidos para hacer fortuna, progresar y establecerse en el país norteamericano. La estética del dibujo se encuentra a medio camino de lo japonés y las tiras cómicas del momento. Cada aventura se prolonga a lo largo de varios capítulos cada uno de los cuales se extiende a lo largo de dos páginas; y los temas son aquellos relacionados con la inmigración pero en un momento muy concreto de la historia estadounidense, en el que se empezaban a promulgar leyes contra la inmigración asiática en una demostración de xenofobia y racismo burocrático. Pero en ocasiones los cuatro aventureros nipones se muestran, además de poco dispuestos a rebajarse en sus expectativas laborales así como profesionales, pero el trasfondo racista permanece ahí ya que ellos se ven por encima de los afroamericanos y sobre todo de los chinos, haciendo patente esa creencia de que los japoneses se consideran a sí mismos como los blancos de oriente.

Pero cabe resaltar ante todo el valor de crónica de este título en el que no solo se recogen esas actitudes sino la situación de la sociedad del momento: la estratificación social, el terremoto de San Francisco, la quiebra de bancos, los timos piramidales, las novias por correo, etc… Todo para contarnos una historia sobre el drama de la inmigración pero con un toque cómico y ciertamente moralista. Incluso el autor, Henry Kiyama, que tan solo aparece al principio de la historia y al final rompe la cuarta pared cuando en un par de ocasiones los protagonistas hacen referencia al dibujante de la obra y que será este el que resolverá la situación.

El manga de los 4 inmigrantes es en sí misma una obra redonda por lo circular de la narración en la que describe un ciclo de la vida del autor desde su llegada a EEUU hasta su regreso a Japón, con guiños reales a las personas convertidas en personajes, incluido el cuadro que aparece en la penúltima viñeta que es con el que llegó a su tierra. También es redondo el volumen en sí con los textos que acotan el terreno y desvelan el proceso de investigación personal y profesional de Schodt, que tiene a bien incluir una bibliografía para ampliar este tema en cuestión. Una obra imprescindible para los historiadores del tebeo y un ejemplo a seguir de cómo se deben editar y documentar estos hallazgos.