E-19 (Mayte Alvarado). El verano del Cohete, 2015. Rústica con solapas. 72 págs. Color. 19€
Supe por primera vez de la obra de Mayte Alvarado gracias a la antología de historias Fantasmas, publicada por El verano del cohete hace poco. Su tratamiento del color, cercano al fauvismo, me llamó mucho la atención, así como el ambiente que conseguía recrear. La misma editorial publica ahora una nueva monografía —ya publicó en 2013 Miss Marjorie—: E-19.
Este libro retoma un tópico ampliamente extendido en la literatura y el folklore: la del hombre que crea a una mujer artificial para que sea su compañera perfecta. En este caso es un solitario campesino que harto de serlo trabaja toda una noche para fabricar a una autómata con aires del film Metrópolis, que finalmente no puede mitigar esa soledad.
El cómic es mudo, lo cual encaja perfectamente con el tono lírico del mismo, pero también con la preponderancia de lo gráfico que evidentemente exhibe. Alvarado pertenece a la corriente del cómic español contemporáneo más apegada a la ilustración y al arte de galería, y sus páginas son más pintadas que dibujadas: la mancha de color tiene más importancia que la línea, dicho de otro modo. La historia que cuenta, una fábula clásica, queda de este modo en un segundo plano. Es un soporte para el despliegue de un universo simbólico donde las simetrías y los juegos de opuestos tienen mucha importancia. Empezando por el enfrentamiento de un azul frío con un naranja pálido. No es casualidad que el ser humano vivo sea azul y la autómata sea naranja.
Toda la historia, de ritmo muy medido, nos anuncia el desenlace final a través de sus símbolos clásicos de lo efímero —las mariposas, la flor—, y sin embargo, hay cierta sorpresa en sus últimas páginas. Aunque, en el fondo, daría igual: lo importante es dejarse llevar, sumergirse en las poderosas imágenes de Alvarado, riquísmas, precisas y equilibradas en esa mezcla de emociones contenidas y perfección técnica —más o menos académica, si es que podemos considerar ya dentro de la academia a las vanguardias del siglo XX que la influyen.
La ilustración y el cómic llevan tiempo confluyendo y tocándose tangencialmente en el cómic español —especialmente a partir de los 80—, pero de alguna forma tengo la sensación de que las nuevas generaciones de autores y autoras que se están forjando en la pequeña edición están trabajando desde un paradigma en el que las fronteras entre artes están más indefinidas que nunca, y pienso no sólo en Alvarado, sino en otros autores de los publicados en Fantasmas, o en Los Bravú, por ejemplo, por recurrir a un registro muy diferente. Es un camino nuevo, con referentes nuevos, y me interesa mucho ver cómo se desarrolla y en qué acaba: si se queda en un ismo que sirva de arranque de algo que acabe integrándose en las corrientes principales, o se desarrollará como una nueva tendencia con su propia especificidad.
Pero eso es un tema para otra ocasión. Este texto trataba sobre E-19, que ofrece suficientes argumentos para que, por el momento, disfrutemos sin más de lo que aporta. La edición de El verano del cohete es impecable, tan cuidada en su concepto y en sus materiales como una obra como ésta demandaba.