Pedro Melenas y compañía (Heinrich Hoffmann y VVAA)

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Pedro Melenas y compañía (Heinrich Hoffmann y VVAA) Impedimenta, 2015. Cartoné, 19 x 26 cm. 112 págs. Color, 22,95€

En el prólogo de este título el editor del mismo, Gustavo Puerta Leisse, apunta algunos condicionantes sobre la obra original de Heinrich Hoffman para el lector actual. En primer lugar no se trata de un libro pedagógico ni didáctico, Hoffman plantea un libro para niños sobre la obediencia, el acatar las normas sin ningún tipo de explicación, bueno, sí: el miedo. Como bien plantea el Puerta Leisse este libro no tendría cabida hoy día si no es con una mirada contextualizada y llena de sarcasmo sobre los aspectos planteados a lo largo del relato original.

En una breve introducción que el propio autor, Hoffman, hace, de manera retrospectiva, a su obra más conocida, Pedro Melenas (Struwwelpeter, 1845). Esta nace por lo inadecuado de las obras infantiles del momento. Como científico se le reconoce cierto impulso positivista en el planteamiento narrativo de esta obra en el que la causalidad es el motivo de todos los relatos. El planteamiento de Hoffman viene dado por hacer que los niños aprendan a través del miedo, no solo de una posible reprimenda por parte de los padres, sino de unas consecuencias más o menos salvajes: desde la niña que muere incinerada por usar cerillas, el niño que le amputan los pulgares por chupárselos o aquel que que por no comer muere. La imposición de unas normas de comportamiento para una sociedad que apuntaba hacia la marcialidad de formas y mantener un estatus social. Pero que a día de hoy puede parecernos más un martirologio infantil que un libro ilustrado para niños que no deja de ser observado con perplejidad desde el presente.

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El volumen no solo recoge la obra original, compuesta por 24 páginas, sino que una serie de colaboraciones de ilustradores contemporáneos que ponen al día los conceptos propuestos por Hoffman con una visión mucho más personalista, reinterpretando el concepto antipedagógico del autor a nuestros tiempos. Y aunque quizás el punto de partida pudiese parecer el mismo el punto que se le da es el de una pequeña fabula con una moraleja en la que lo punitivo no busca cambiar el comportamiento de los jóvenes lectores.

Son texto más orientados al cuento y con una perspectiva cruenta pero más dulce. En ¡El terror de las gallinas! de Eleonora Arroyo y Aitana Carrasco  se habla sobre el maltrato animal, en Elisa la marrana inconsciente de Emilio Urberoaga opta por una cerdita antropomórfica para hablar de los peligros del fuego, La historia de la temible Rita de Nicolai Troshinsky sobre una niña muy escandalosa, en Marieta la bien repleta de Amaia Arrazola sobre la gula y la obesidad, por su lado Marco Chamorro habla sobre las malas costumbres alimentarias (comerse la semilla de las naranjas) en Juancho Arboleda, otro relato sobre los peligros del fuego es ¡Los hermanos explosivos! de Fernando Vilela, Valentina la sigilosa de Ana Belén Franco advierte sobre el peligro de las tijeras, Elena Odriozola más retórica en El terrible crimen de la acaparadora Infanta Juana nos habla de los peligros de la servidumbre, en Leopoldo Retocido y como se llevó su merecido de Iban Barrenetxea habla sobre niños presuntuosos y maleducados y, la última historia de La increíble historia de Agapito y su pito Aitana Carrasco nos advierte de los peligros de la masturbación.

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La edición de Pedro Melenas y compañía es una buena noticia, no solo por la recuperación del texto original, debidamente contextualizado puesto en su sitio para que el lector no pierda de vista su valor histórico y dentro de la cultura de masas. Fue un best-seller con gran influencia. Y por lo políticamente incorrecto y antipedagógico las formas en las que se proponen inculcar ciertos comportamientos. No debemos olvidar como eran los cuentos actuales y como se han ido dulcificando con el tiempo. Se trata de una lectura obligatoria para los lectores, aficionados, e historiadores de la literatura infantil y ver como los autores actuales procuran circunscribir dichas pautas para convertirlo en relatos más actuales y quizás más ficcionados.