Modesty Blaise, la mujer que no quiso ser James Bond

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A principios de la década de los 60, comenzaba su andadura una nueva tira semanal: MODESTY BLAISE, que se suponía que le iba a dar la réplica al ya por entonces famoso James Bond, que había aparecido como personaje en la novela de Ian Fleming, y que se convirtió en el prototipo de agente secreto y fue lanzado definitivamente al estrellato gracias a las películas, que se mantienen hasta día de hoy con una legión de fans, y cuyo referente sigue siendo el interpretado por Sean Connery.

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Mi querida Modesty Blaise surge de la imaginación del escritor Peter O’Donnell, llamado a crear, por encargo del editor Beaverbook Newspaper y para las tiras diarias en los periódicos de su propiedad, un personaje del estilo de Bond pero, a ser posible, totalmente distinto. O´Donnel pide poder trabajar junto a Jim Holdaway, con quien ya había colaborado anteriormente, publicando Romeo Brown y con el que compartía ideas de cómo debería ser la imagen de los personajes, después de un fallido primer contacto con el dibujante propuesto por el periódico Frank Hampton.

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El equipo formado por O’Donnel y Holdaway trabaja junto y codo con codo hasta la repentina muerte del dibujante en 1970. A partir de ese momento, se hace cargo de la tira el español Enric Badía Romero, que hubo de terminar de dibujar la historia «Los Señores de la Guerra». Desde ese momento, y no sin alguna dificultad, como el desconocimiento de la lengua inglesa por parte del español, al que tenían que traducirle los guiones, siguieron trabajando juntos, hasta que el proyecto de AXA se cruzó en el camino de Badía Romero, quien fue imprimiéndole a Modesty Blaise un nuevo estilo, más sensual, más carnal e incluso más racial, que va acentuándose a medida que Romero, tal y como le gusta firmar, hace suyo el personaje. Tanto es así, que es el artista que más tiempo ha estado a cargo del dibujo. Le han seguido otros como John Burns, Pat Wright o Neville Calvin, aunque siempre guionizados por O´Donnell, que ha sabido dotar, durante todos estos años, un fuerte carácter al personaje de Modesty y sin dejar nunca de lado el suspense, la intriga, la acción, y que ha sabido ir adaptándose a los tiempos y a los cambios ocurridos en el mundo, por lo que Miss Blaise nunca quedó fuera de contexto. Es más, leyendo hoy sus primeras aventuras, continuamos encontrándolas de suma actualidad; y la estética, en un principio muy marcada por la época en que empezó a dibujarse, tiene tanta calidad que hoy ya es un clásico y referente.

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Pero volvamos al personaje… Para empezar, era una mujer, nada habitual en aquella época. Independiente, mucho menos común aún. Libre, no formaba parte del decorado de fondo. De fuerte carácter y no menos fuertes principios. Con un pasado oscuro y misterioso (que queda explicado en la historia «Los Orígenes») que la lleva a ser jefa de La Red, una organización criminal, que -siguiendo sus instrucciones férreas- nunca traficará ni con seres humanos ni con drogas. Durante esta época conoce y «salva» al que se convertirá en su mano derecha, su amigo, su confidente y su sombra: Willie Garvin, siempre dispuesto a seguirla, sin preguntarse dónde, cómo, cuándo o por qué. Llega a decir que si Modesty pidiese su cabeza en una bandeja, no duden en dársela: será lo mejor y lo que haya que hacer.

Después de unos años dirigiendo La Red, Modesty y Willie han ganado tanto dinero que deciden jubilarse para disfrutar de la vida. Se establecen en Inglaterra, país de naciemiento de Garvin y del que ella ha conseguido la nacionalidad. Pero al cabo de poco tiempo, se dan cuenta de que no están hechos para llevar una «vida normal» y que echan de menos la acción que conllevaba su trabajo.
Es en este momento cuando aparece otro personaje asiduo en las tiras: Sir Gerald Tarrant, miembro del Servicio de Inteligencia y que les «ficha» como agentes, siempre por libre. Y de ahí, surjen la mayoría de las aventuras que tanto añoraban y que han hecho de Modesty Blaise un clásico del cómic, del que también podemos encontrar novelas, escritas por O´Donnell, y algunas películas, que no han estado a la altura de lo que merece el personaje. Se rumorea que Quentin Tarantino está muy interesado en hacer su propia versión del personaje y se ha declarado fan de «la Princesa», por lo que, de llevarse a cabo este proyecto, esperemos que el resultado esté al nivel que Modesty Blaise se merece.

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Para cualquiera que conozca el personaje o si le gustase acercarse (espero que este artículo sirva para ello), hemos de decir que no ha resultado fácil hasta el momento encontrar material impreso en español. Hubo una edición en color y que no respetaba el tipo de «tira», y que borraba, además, el trabajo de plumilla del artista. Otra, de PlanetadeAgostini, en formato comic book, que contó sólo con siete números, en blanco y negro, y donde la reducción del tamaño de las tiras impedía que se pudieran apreciar todos los fantásticos detalles del dibujo, y que «amontonaba» los diálogos por problemas de espacio. Actualmente, está viendo la luz una re-edición, de esta misma editorial, dentro de su Biblioteca «Grandes del Cómic», que contará con 10 tomos, pero que no está teniendo la repercusión que una obra de esta categoría se merece. En cualquier caso tampoco nos encontramos ante la versión «definitiva», ya que en muchos casos la reproducción de los negros es espantosa y oscurece por completo las viñetas o justo lo contrario: nos encontramos con una reproducción tan clara que apenas si se llegana intuir los trazos y el genial trabajo de plumilla. Otro detalle negativo, tal vez anecdótico, que podría achacársele a la presente edición, es que en la edición estadounidense hubo censura en algunas de las tiras de Modesty, y esas son las que ha seleccionado Planeta para sus ediciones en España, cosa que no ha sucedido en países del Norte de Europa, como Suecia, donde el personaje cuenta con numerosos y fieles adeptos.

La censura en Modesty


Mar