The Authority (Ellis & Hitch)

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The Authority (Ellis & Hitch). Norma, 2006. Cartoné. Color. 296 págs. 26 €


En los 80 Alan Moore dio un mazazo al cómic de superhéroes deconstruyendo la figura del vigilante y mostrando al hombre tras la máscara, con sus mezquindades, debilidades y compulsiones ocultas. Durante los siguientes 15 o 20 años, gran parte de la industria del cómic superheróico ha girado alrededor del modelo creado por Moore, en un casi siempre vano intento por aportar algo nuevo. Pero a las puertas del siglo XXI, Warren Ellis decide que ya no, que ya vale de lloriqueos y de debilidades, que los superhéroes deben ser de nuevo figuras míticas, puro mármol sin fisuras y con un objetivo muy claro y muy sencillo: machacar a los malos. Y de las cenizas de Stormwatch renace The Authority, los superhéroes más macarras del planeta Tierra y alrededores.

En este tomo primorosamente editado por Norma se recopilan los 12 primeros números de la serie regular, que engloban tres arcos argumentales de cuatro números cada uno, estructurados como un crescendo que parte de la amenaza a la Tierra por parte de un malo de opereta (pero muy peligroso), para dar paso luego a una amenaza planetaria venida de otra dimensión y finalmente… la amenaza suprema. En cada una de las ocasiones, por peligrosa que sea la misión, por destructiva que resulte la acción de los enemigos, The Authority se comporta sin vacilación, sin sentimientos personales más allá del propio sentido del deber, como una auténtica y bien engrasada máquina de matar. No hay lugar para la discusión entre los miembros del equipo, ni para las debilidades humanas (algunos de los miembros son humanos), únicamente hay lugar para soltar unas leches de órdago, desmembrar a los enemigos, calcinarlos, electrocutarlos y reventarles la cabeza a puñetazos: es un gustazo ver en acción a Jack Hawksmoor. The Authority no pregunta, no vacila, no rinde cuentas a nadie, porque ellos son la autoridad.

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Se podría hablar de un cierto tufillo fascistoide pero, seamos serios, en un mundo donde existiesen supertipos como ellos y amenazas como las que se presentan, no hay alternativa posible, no hay lugar para lo políticamente correcto ni para la compasión mal entendida. Si hay que destruir un país entero para salvar la Tierra, se hace. Y punto. Y además… Authority disfruta con su trabajo. En boca del supergrupo, Ellis pone frases como: “venimos a pegaros” “hacemos esto porque podemos” o, la mejor, pronunciada por Jenny Sparks dirigiendose a la población de la Tierra poco antes de abandonarla por un tiempo para evitar disturbios: “portaos bien”.

Como he comentado anteriormente, las relaciones entre los personajes se muestran de un modo muy superficial y secundario, no son lo que importa en la historia que quiere contar Ellis, que no quiere perder el aire de grandiosidad de su supergrupo. ¿Que hay un par de miembros que son pareja? Tampoco se le da mayor importancia. ¿Que el futuro de alguno de ellos es más bien incierto? Pues se hablará de ello cuando toque, y sólo lo mínimo. Para ahorrarse explicaciones Ellis toma personajes muy básicos y arquetípicos y fácilmente encasillables por el lector: un Superman, un Batman, un mago, un cyborg… y la cosa le funciona. Sin duda el personaje a quien Ellis da mayor cancha es Jenny Sparks, la jefa del grupo, cuyo comportamiento alejado de sentimentalismos y sin vacilaciones muestra a la perfección el carácter militar del grupo.

En general, los tres arcos argumentales están bien construidos, aunque para mi gusto en el segundo el nivel baja un poco, debido a un embrollo entre dimensiones paralelas y demás, pero se leen con agrado e interés, y se disfruta enormemente con la violencia explícita (al menos yo lo hice). También es cierto que en las posteriores relecturas la obra pierde algunos puntos, ya que su principal objetivo es epatar al lector, sin segundas lecturas posibles.

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Y para el final he dejado otro de los puntos fuertes de la serie, el estupendo dibujo de Bryan Hitch, que no voy a descubrirle a nadie a estas alturas, pero probablemente fue en The Authority donde el “mano lenta” del cómic dio el salto cualitativo que le convertiría en uno de los dibujantes más impactantes del universo superheroico. Domina como nadie la figura humana, tiene un gran sentido de la espectacularidad, es capaz de crear viñetas abigarradas donde todo se distingue a la perfección y el diseño de escenarios y sobre todo de los enemigos del grupo es excelente. El trabajo de Paul Neary al entintado tampoco es moco de pavo, y por supuesto sería injusto olvidarse de Laura Depuy, una de las mejores coloristas de la actualidad, y si no me creéis, comparad el color de los Ultimates y el de Authority. Este último gana por goleada.

Leed The Authority, un tebeo de superhéroes que no engaña y que vale su peso en… hostias.

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Bueno, este es el nivel medio que habría que pedir a cualquier tebeo


el tio berni