Getxo 2007

Getxo esto, Getxo lo otro…siempre habíamos escuchado alabanzas sobre el Salón de Getxo. Poco a poco se iba creando esa sensación de que era una cita ineludible para nosotros. Finalmente este año hemos acudido para conocer uno de los salones con más enjundia y personalidad del panorama nacional.

Las dos carpas que componen el Salón de Getxo están dentro de la propia ciudad, detalle que se agradece en los ratos de asueto ya que tomar un café o una cerveza no implica una excursión. En salones como el de Barcelona o el Expocómic de Madrid comer o tomar un café supone hacerlo dentro del propio salón o un viaje a ninguna parte. Se agradece pues esa integración con la ciudad, no sólo por la intendencia, sino que también lo dota de más calidez y cercanía.

La llegada a Getxo fue a la hora de comer por lo que, antes ir al Salón que estaba cerrado a la hora de comer, pudimos calentar nuestros estómagos con algunas con algunas raciones que nos llenaron de fuerzas para nuestro periplo. Un consejo para los futuros visitantes del Salón, si hay lluvia, llévense dos pares de zapatos. Caminar con los pies mojados se nos antoja incómodo y afecta a las relaciones con tus semejantes. Salvo este detalle fue entrar en la carpa y empezar a ver caras conocidas, repartir abrazos y revivir viejas sensaciones.

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Clásico salonero, como las colas de Ibañez

Cuando recuperamos el norte empezamos a vagar y a otear el horizonte de los pasillos. Los saldos…¡allí!, los fanzines…¡allá!, Astiberri a la vista, Dibbuks controlado. ¿La sala de conferencias? Al fondo a la izquierda. Gracias. Así pues, si era viernes estabamos en Getxo. Rápidamente nos estamos haciendo cola para que nos firmen Andy Riley también conocido como el hombre más rápido firmando al oeste del Bidasoa, Alberto Vázquez y Clara-Tanit Arqué. Minutos más tarde nos encontramos con Ricardo Esteban de Dibbuks acompañado de Javier Olivares y Carlos Vermut. Vermut nos confima que, a pesar de sus escarceos con otras disciplinas artísticas, seguirá su carrera dentro del mundo de la historieta y la ilustración.



La cena de ese viernes quedará en la historia como la cena más sabrosa jamás conocida en una reunión de Entrecomics. El sábado ya va en serio así que podemos visitar exposiciones, charlas, conseguir más firmas y saludar a nuestro vecino más querido. Santiago Valenzuela ya nos mira con cara de «¿otra vez estos?». Lo sentimos Santiago áun nos quedan doce Torreznos sin firmar. Tiempo para una charla, podemos asistir a la presentación de las novedades de Dibbuks.

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Ricardo Esteban, editor de Dibbuks

No será la única charla del día. Nuestra vertiente intelectual y nuestras cansadas piernas harán que asistamos a la presentación de Glenat dónde Manel Fontdevila explica el proceso de su última obra, SuperPuta. Fontdevila consigue dejarnos muy, muy intrigados, lo que ignoramos en ese momento es que SuperPuta nos iba a dejar petrificados. A última hora acudimos a la charla de Miguelanxo Prado conducida por Ángel de la Calle. Descubrimos que lo de explicar historias se le da estupendamente y no sólo dibujando. Repasar su historia repleta de anécdotas y casualidades fue hipnótico. Después de eso sólo nos quedó regatear en la compra de las pegatinas más freaks que jamás ha conocido el hombre, aún las llevamos en la cartera preguntándonos constantemente: ¿Por qué?

El domingo siempre tiene un punto amargo en los salones. Despedida y cierre. Pasear un poco más, comprar alguna cosilla y asistir a la última charla sobre “Crítica y teoría del cómic. Estado actual del medio, el fenómeno blog, evolución del público”. Obviamente nos interesaba mucho además los ponentes prometían ideas interesantes, no eran otros que Pepo Pérez, Rubén Lardín, Carlos Vermut y Koldo Azpitarte con Borja Crespo al volante. De la cantidad de cosas que se dijeron nos quedamos con la idea general de que se acabó llorar.

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El elenco

En general la impresión de Getxo es doble, la personal siempre positiva. Reencuentras y conoces gente con la que compartes afición, ideas y motivaciones. En una perspectiva únicamente salonera Getxo es un encuentro muy bien organizado dónde todo funciona con fluidez, firmas, charlas y presentaciones. Además la concurrencia de gente es variada parece que al estar enmedio de la ciudad la gente opte por entrar y visitarlo. Ese toque de normalidad y abertura al gran público le augura un buen futuro.