Entrevista con Élodie Durand



El pasado fin de semana se pasó por Madrid Élodie Durand, autora de El paréntesis, con una presentación de su libro programada el viernes en el Espacio Sins entido y sesiones de firmas en la Feria del Libro el sábado. Quiso el destino que, en lugar de entrevistar a Élodie como habíamos pensado en un primer momento, acabásemos conduciendo la presentación del viernes, que planteamos también a modo de entrevista con la inestimable ayuda de Chloé en labores de traducción. A continuación ofrecemos la transcripción de la misma, expurgada de los innecesarios circunloquios del atribulado presentador. Eso sí, antes de nada y por poneros en antecedentes, comentar que El paréntesis es un cómic autobiográfico que narra el período de siete años en los que Élodie fue diagnosticada, tratada y curada de un tumor cerebral que le provocaba ataques epilépticos y pérdida de memoria hasta el punto de obligarla a cuestionarse su propia identidad. El libro, primera obra larga de su autora, ha recibido varios premios, entre los que se encuentran el Premio Revelación en Angulema 2011 y el Premio de los Lectores del diario Libération. Y ahora sí, tras el salto, la presentación.



Para empezar, ¿podrías contarnos qué es El paréntesis y por qué lo has hecho?

Hacía mucho tiempo que tenía ganas de contar esta historia, más o menos desde 2003. Tenía una gran necesidad de contar lo que había vivido, pero era demasiado doloroso y lo tuve que dejar en un cajón durante unos años. Sólo fue a partir de 2008 o 2009 cuando empecé convertir en algo concreto el relato de ese período de mi vida y decidí contarlo, trabajando en ello durante un año. Lo que me motivó fue esa gran necesidad de contar la historia.

En el libro se nota una especie de distanciamiento en la forma de contar las cosas. Es decir, no es un libro escrito de una forma tremendamente emotiva, sino que básicamente te limitas a exponer las situaciones y cuentas cómo te sientes apoyándote sobre todo en metáforas gráficas y no tanto en la palabra. La pregunta sería si, ese distanciamiento narrativo está ahí porque no podías hacerlo de otra manera o porque realmente te has planteado que querías escribir este libro así.

No sé muy bien cómo se llevó a cabo ese trabajo… Empecé como si fuera un trabajo de investigación casi de periodista, haciendo listas de preguntas, de hechos, de imágenes, de documentos, de lugares, etc. Y también tenía una serie de preguntas para mis padres cuyas respuestas estaban en su cabeza. He ido juntando todo esto y también esperando que mi cerebro se recuperase, porque poco a poco he ido recuperando recuerdos. Trabajé con todo esto y también con listas de emociones, que luego se concretaron en un trabajo riguroso de estructuración del relato. En el contenido de El paréntesis se explica un poco eso, cómo tuve que llamar a mis padres para comprobar datos y cómo tuve que verificar muchas cosas con ellos.



Mi sensación es que el libro lo has escrito básicamente para ti, pero me imagino que tu familia también lo habrá leído y para ellos también habrá significado algo. Y además también lo ha leído un público de miles de personas. Me gustaría saber qué les ha parecido a tus padres el cómic y también si sabes cuáles son las sensaciones que ha despertado en el público.

Mis padres están muy orgullosos. Lo que sorprendió, sobre todo, es que el libro les sirvió para cerrar algo. Me impresionó cómo el cómic había podido ayudar a la gente de mi entorno, no pensaba de antemano que esto pudiera pasar. En lo que respecta a los lectores, me gusta la idea de que la historia sigue su propia aventura, con premios, con ediciones en el extranjero, etc.

El título y el propio diseño de portada y contraportada de El paréntesis son una metáfora bastante obvia: lo que contiene el libro es un paréntesis en tu vida. Pero a mí me gustaría saber si ese paréntesis está totalmente cerrado y apartado de tu vida o si bien ha supuesto un aprendizaje y el paréntesis de alguna manera sigue abierto.

Yo diría que sí, que este libro representa un paréntesis con una vida propia y creo que ya he cerrado esa etapa. Esto es algo que ocurrió hace ya mucho tiempo, casi más de 15 años, y ese período de mi vida lo veo como algo pasado y superado.



A nivel gráfico el libro está lleno de metáforas visuales y el dibujo en sí es muy crudo, con un blanco y negro muy expresivo. Como no conozco tu trabajo anterior como ilustradora de libros infantiles y juveniles me gustaría saber si El paréntesis es distinto de estos otros trabajos y, si lo es, si has necesitado hacer algún tipo de búsqueda del estilo apropiado.

El trabajo gráfico en este cómic es muy diferente de lo que había hecho en los libros infantiles, pero es que estos libros infantiles eran sobre todo trabajos de encargo. De manera que El paréntesis era mi primer proyecto personal y tenía muy poco tiempo para dedicarle, porque para sobrevivir tenía que dedicarme al trabajo de encargo. Había hecho algunas historias cortas en blanco y negro, pero el año en que hice este libro, fue mi primer proyecto totalmente personal, y era algo nuevo para mí. Se me olvidó que podía hacer un poco lo que quisiera, porque estaba un poco obsesionada con los encargos. En realidad no he trabajado mucho el grafismo en El paréntesis, sino sobre todo la estructura y la narración, porque el dibujo expresivo que se ve en el cómic ya lo había practicado antes. Los dibujos originales son más oscuros de lo que se ve en el resultado final impreso.

En el libro hay una serie de dibujos que son distintos del resto, son unos dibujos que hacías de manera espontánea, automática, sin saber lo que significaban. Yo me pregunto si pasado el tiempo, después de trabajar con ellos para incluirlos en el libro, has llegado a entender lo que querían decir. Y también si crees que el dibujo, en su momento, estaba siendo una especie de terapia.

Sí, en aquel momento aquellos dibujos me sirvieron como terapia psicológica, por supuesto, aunque no los analizase. Cuando empecé a trabajar en El paréntesis no pensaba que esos dibujos acabarían en el relato, y para mí sólo servían como documentación. No pensaba que se podrían comparar los dibujos que había hecho antes con los que hice después. Esos dibujos me recuerdan a mi infancia, porque cuando era niña y me enfadaba y no era capaz de expresar mis emociones, las dibujaba. Y estos dibujos me recordaron un poco a eso. Lo que he seguido haciendo después es usarlos para expresar lo que no podía expresar con palabras.



El libro se ha realizado en la Mansión de los Autores de Angulema, que es una institución que ofrece becas a autores de cómic para que realicen sus proyectos. La idea que yo tengo es la de que aquello es como un monasterio donde los autores se recluyen para hacer sus tebeos, pero siempre he tenido curiosidad por conocer cómo es realmente la vida allí.

Efectivamente, la Mansión de los Autores de Angulema tiene un aspecto un poco cerrado, pero a mí me vino muy bien para poder trabajar. El primer día me di cuenta de que los estudios estaban todos cerrados, no se podía ir de un estudio a otro. Sentí curiosidad y me puse a llamar a todas las puertas, lo que sorprendió bastante a la gente, porque no era algo habitual. Me di cuenta de que se trabajaba de manera más bien cerrada e individual, pero aún así me ayudó a llevar a cabo mi trabajo.

Y hablando de grupos de autores jóvenes, me da la sensación de que en los últimos años hay un auge de la autobiografía o de la historia de la experiencia en detrimento de los géneros tradicionales. Me gustaría saber si tú, que has estado en la Mansión rodeada de autores jóvenes, crees que hay una nueva generación de dibujantes para los que el cómic es algo diferente y que tiene ganas de aportar otras cosas.

Hace ya como unos 10 años que se desarrolló el movimiento del cómic autobiográfico, pero no especialmente en Angulema. No me ha dado la sensación de que allí haya surgido una nueva generación. Incluso he leído cosas escritas por críticos de cómic que hacen pensar que tal vez la autobiografía ahora mismo está ya menos de moda. Cosas un poco despectivas.



Para terminar, ¿cómo se siente uno cuando gana un premio en el Festival de Angulema, en más importante de Europa, y además ganar el premio de diario Libération quedando por delante de autores tan consagrados como Blain o Mazzucchelli?

Estoy muy, muy contenta. Ha sido totalmente inesperado ese reconocimiento. Es un apoyo genial para mi trabajo.

Jesús Moreno: Me gustaría preguntarte cómo se publica en Delcourt este proyecto. Cómo llega a ellos, deciden publicarlo, y lo hacen fuera de sus colecciones habituales.

En realidad el cómic pertenece a una colección, la misma que los cómics de Davodeau. Se llama Encrages. La relación con Delcourt venía de que ya había publicado historias cortas con ellos en un par de antologías.