Entrevista con Charles Berberian



Charles Berberian acumula ya más de 25 años en activo dentro del mundo del cómic, una carrera que le ha valido importantes premios, siendo tal vez el más representativo el Gran Premio en el Festival de Angoulême recibido en 2008 y compartido con su tan frecuentemente pareja creativa Philippe Dupuy. Juntos han realizado obras tan importantes e influyentes como El señor Jean y Diario de un álbum y otras que tal vez han pasado más desapercibidas pero que mantienen un nivel de calidad incontestable, como La teoría de los solteros o Bienvenido a Bobolandia. Cuando ya parecía que el nombre de uno no podía entenderse sin el del otro, cada uno de los miembros de este equipo decidió comenzar a publicar obras en solitario, aunque sin abandonar definitivamente una asociación que tan buenos resultados había cosechado. Entre las obras en solitario de Berberian publicadas en España encontramos Sacha (Bang, 2009) y desde hace apenas un mes Jukebox, editado por La Cúpula. Precisamente sobre esta última obra, un recorrido en clave de humor por el mundo de la música popular, hemos hablado brevemente con el dibujante.

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¿Te interesa la música? ¿Qué tipo de música?

Sí, me interesa. Ahora mismo estoy muy metido en las grabaciones campestres de entre 1920 y 1970. Básicamente canciones rurales tocadas por músicos en sus jardines o sus casas en el delta del Mississippi y grabadas por Alan Lomax, Harry Smith o George Mitchell. Es blues, country, y son las raíces del soul, el rythm and blues y el rock n’roll. Es completamente alucinante.

¿Escuchas música mientras haces tus cómics?

Cuando dibujo, puede que sí. Cuando escribo, no.

¿Tuviste que documentarte mucho para las historias de Jukebox, o ya conocías la mayor parte?

Leo muchos libros sobre música y leo muchas revistas musicales, de manera que he ido recopilando un buen número de historias que luego he usado en este libro. Todas ellas son verídicas, lo único que no es verdad es la parte en la que viajo atrás en el tiempo, o mi encuentro con John Lennon, por ejemplo.



¿Por qué te decidiste a contar precisamente las anécdotas que cuentas en lugar de otras? ¿Cómo hiciste la selección?

Yo solo escribo y dibujo lo que me viene a la cabeza. Si no me parece que es el tipo de historia que a mí me gustaría leer, la dejo a un lado y salto a la siguiente idea.

¿Hay alguna historia relacionada con la música que querías contar y que no contaste? ¿Por qué?

Desde que acabé de dibujar este libro he hecho historias nuevas, así que puede que haya otro libro sobre música.

¿Crees que hay una relación entre el cómic y la música en términos de ritmo o estructura?

Absolutamente, para mí lo hay absolutamente. Sacha, publicado por Bang Ediciones, fue concebido como si fuera un tema musical. Los tres personajes principales son como tres notas, y toda la historia es una construcción en torno a esas tres notas con retornos cíclicos, como en una melodía, cuando vas de un tema a otro, y luego al siguiente, y luego vuelves al primero, etc. El final de Sacha es una coda y un fade out y lo ideé como si fuera el final de un tema musical.

¿Es muy diferente contar historias reales y contar ficción?

En realidad no. ¿Qué es verdad y qué no lo es? A veces sueño algo y me parece tan real como cualquier otra cosas que haya experimentado durante la vigilia. Y a veces estoy en el metro y todo a mi alrededor me hace pensar que estoy en la pesadilla de alguien. Tal vez todos estemos en el sueño de ese tipo que está durmiendo en el metro. ¿Quién sabe?

Parece que últimamente te has librado de la retícula de viñetas. ¿Por qué?

He evitado la retícula de viñetas en Sacha y Jukebox. Tal y como yo lo veo, me parece que esto encaja mejor a la hora de trasladar la música a un libro gráfico. Ahora he vuelto a las viñetas rectangulares en un libro que estoy dibujando sobre mis películas favoritas de serie B de todo el mundo.



Tus últimos trabajos también producen una especie de sensación más cercana a la ilustración que al cómic en el sentido más clásico. ¿Crees que todavía hay muchas innovaciones por venir en el cómic en aspectos como la estructura, temáticas y aproximaciones artísticas?

Cuando leo las novelas gráficas de Bastien Vivès, o las de Chris Ware y David Mazzucchelli, me inclino a pensar que las hay.

El humor es un arma de doble filo, por una parte tiene una gran tradición y atrae a un público generalista, pero por otra parte parece que los críticos tienden a considerarlo un género menor. ¿Por qué haces tú humor? ¿Qué opinas de esta dicotomía?

¿Eres autor de cómic? Porque sólo a un autor de cómic de humor se le ocurriría esta pregunta. La gente que piensa que el humor es una manera sencilla de darle gracia a una historia, especialmente a una historia que cuando te paras a pensarlo no es muy divertida, esa gente está perdida. El problema del género menor no me preocupa. Las canciones y los libros gráficos, sean de humor o no, son consideradas menores cuando se comparan con la música y la literatura. Yo adoro las canciones, la música, la literatura y los cómics por igual.

Tú también pareces estar en un punto intermedio entre lo comercial y lo independiente. ¿Cómo mantienes ese estatus?

No hago ningún esfuerzo especial. En realidad yo no pienso en esos términos. Especialmente desde que algunos libros publicados por editoriales independientes han resultado ser enormes éxitos comerciales. En Francia, uno de los mayores editores para el mercado masivo es independiente, y no me gustan demasiado sus libros, por decirlo educadamente. Yo elijo la editorial con la que me gustaría trabajar en función de la persona con la que tenga que tratar y los libros que esa persona haya editado.

¿Qué opinión tienes sobre el asunto de L’Association?

Estoy desconcertado por esa guerra interna. Le tengo un profundísimo respeto a Jean-Christophe Menu y lamento que haya abandonado L’Association. Pink Floyd volvieron a tocar juntos en el Live Aid después de haberse demandado e insultado a lo bestia los unos a los otros. Tal vez Bob Geldof pueda ayudar a que Menu, Trondheim, Killoffer, Konture, David B. y Stanislas hagan las paces. Creo que cualquier otra solución es bastante improbable.