Nuevas Hazañas Bélicas: Unidos en la División (Hernán Migoya, Bernardo Muñoz y Diego Olmos)

Nuevas Hazañas Bélicas: Unidos en la División (Hernán Migoya, Bernardo Muñoz y Diego Olmos). Cartoné. 56 págs. B/N. 19,95 €

 

Entre 1948 y 1958, el dibujante y guionista Boixcar desarrolló la popular serie Hazañas Bélicas, primero en solitario y luego con la ayuda de otros artistas. Las hazañas que relataban Boixcar y sus colaboradores generalmente estaban ambientadas en la Segunda Guerra Mundial o, más adelante, en la Guerra de Corea, teniendo como protagonistas a soldados anónimos del ejército estadounidense o alemán. Su tono era eminentemente moralista y la guerra se dibujaba como el teatro de operaciones perfecto para poner a prueba valores supuestamente masculinos como el coraje, la fidelidad, el honor o el patriotismo; valores a los que no eran del todo ajenos los nazis, que de vez en cuando protagonizaban algún intrépido episodio resistiendo el avance de los rusos.

Hay que recordar que, en la época en que se publicaba Hazañas Bélicas, los nazis eran malos, sí, pero mucho peores eran los rojos; y, por otro lado, ¿qué cómic o película podía soslayar los fines educativos impuestos por el régimen? La propuesta de Hernán Migoya de resucitar aquellas Hazañas Bélicas dándole protagonistas españoles y situándolas en un contexto más cercano al de la España de entonces resulta doblemente interesante si consideramos que Boixcar no ambientó ninguno de sus episodios en la Guerra Civil. De este modo, Migoya retira la máscara de los soldados extranjeros a los que Boixcar atribuía anécdotas que él mismo había visto en la guerra (combatió en el bando republicano y fue internado en un campo de concentración durante su exilio en Francia). ¿Cómo habría sido Hazañas Bélicas, intenta imaginarse Migoya, si en lugar de tratar conflictos ajenos, hubiera hablado del que hubo en nuestro país durante la Guerra Civil y durante algún tiempo después?

Claro que sí.

Esta es la premisa de estas Nuevas Hazañas Bélicas, que incluye además otra vuelta de tuerca: la publicación de dos álbumes; uno rojo, que asume el punto de vista republicano, y otro azul, desde el punto de vista del bando nacional. Este segundo álbum tiene como protagonista a la División Azul y lo más interesante es ver como Migoya disfraza su voz adoptando la retórica nacional-catolicista desde la distancia irónica, dándole a su personaje principal, Ángeles, una joven que se traviste para combatir al pérfido enemigo soviético, una motivación que habría obtenido el total beneplácito de los censores que controlaban la producción cultural durante el franquismo: siendo novicia durante la Guerra Civil es violada por una pareja de soldados republicanos, lo cual la impulsa a alistarse en la División al descubrir que los culpables de su deshonra han hecho lo propio con el fin de desertar una vez llegados al frente.

Sin embargo, la guerra que presenta Migoya no tiene nada que ver con la épica aventurera que presentaba Boixcar. Cuando a Ángeles se le presenta finalmente la oportunidad de hacer justicia, se da cuenta de que la guerra le ha hecho cambiar y que no es tan fácil dividir el mundo en tonos de rojo y azul. El salvajismo de los nazis en el frente ruso no es muy distinto de algunas acciones del bando nacional durante la Guerra Civil, advierte uno de sus compañeros; y sin embargo, alguno de estos “salvajes”, alemanes y españoles por igual, es capaz de despertar su sentido de la piedad en medio de la brutal contienda. En un entorno en el que lo único que cuenta es el instinto de supervivencia, los peores enemigos pueden convertirse en los compañeros más fieles, aprende Ángeles.

 Además del álbum con la historia principal, cada entrega incluye un cuadernillo que imita el formato original de Hazañas Bélicas. En el caso de este primer número de la serie azul, en el cuadernillo se relata la afrenta que sufre Ángeles a manos de dos soldados republicanos.

 

Estamos ante una magnífica revisión de un clásico a la que Migoya añade una lectura humanista, asumiendo la voz de ambos bandos, pero sin usarla para sostener ningún discurso ideológico aparte del antibelicista. Los más fetichistas (levanto la mano) podrán, además, disfrutar de las apariciones estelares de algunos personajes célebres que formaron parte o cruzaron sus caminos con la División Azul, entre los que se encuentran Luís García Berlanga o Sven Hassel.

 

Roberto Bartual (www.comicsgrid.com)