Escondite/La isla del Diablo (Alexis Nolla)

Escondite/La isla del Diablo (Alexis Nolla). Apa Apa, 2012. Rústica. 16×22 cm. 48 págs. B/N. 9 €

El barcelonés Alexis Nolla puede ser muy joven —nacido en 1987— y no tener obras largas publicadas con anterioridad, pero eso no ha impedido que su doble tebeo Escondite y La isla del Diablo, publicado por Apa Apa, haya sido una gratísima sorpresa.

            Nolla aglutina en su perfil algunos de los rasgos más frecuentes en los autores de su generación: formación artística —en su caso Bellas Artes—, fogueo en la red y en fanzines y revistas antológicas —Colibrí, por ejemplo—, preferencia por los pequeños formatos frente al libro de cientos de páginas, y salto a la edición profesional de la mano de pequeñas editoriales. Quizás en el futuro podamos hablar de un grupo generacional que tomó el relevo de los consagrados autores de novela gráfica, y que englobaría a gente como Pau Anglada, Sergi Puyol, Molg. H. o Néstor F.

            Pero estamos con Escondite/La isla del Diablo. Son breves historias articuladas en dos partes: las incluidas en Escondite suceden en la montaña, las de La isla del Diablo están relacionadas con el mar. Ambas están maquetadas de manera inversa, de forma que hay que darle la vuelta al cómic para leerla la parte opuesta. Esta curiosa estructura en torno a los dos destinos típicos de vacaciones no responde, según ha declarado el propio Nolla en una entrevista publicada en esta misma casa, a una dicotomía pensada de antemano, pero desde luego es muy llamativa y le da un toque diferenciador al tebeo. Su dibujo sencillo, que no simple, conserva la inocencia del infantil —el homenaje a Maurice Sendak no es casual— y hace uso de trazos firmes, muy rectos, con los que consigue personajes rígidos, hieráticos, un poco a la manera de Jason, cuya influencia se deja notar también en la construcción psicológica de dichos personajes: hay algo del hermetismo de los protagonistas de Jason, y de su melancolía ante la vida. Casi todos los personajes de Nolla están unidos por la desazón, por un conflicto no resuelto que les lleva a realizar algún tipo de búsqueda o viaje.

            El tono íntimo que consigue Nolla funciona muy bien implicando al lector, que nunca recibe toda la información sobre el relato, como en el caso más radical: «Dennis Wilson», sobre el batería de los Beach Boys. Aunque creo que la historia más lograda del tebeo es «Escondite», o, al menos la que más me ha gustado.

            Escondite/La isla del Diablo tiene lo mejor de ser una obra de un autor en pleno proceso de aprendizaje: la frescura, las ganas y la ambición del que lo pone todo en su primer trabajo profesional. Por otro lado, como es lógico no son historias perfectas. Nolla tiene mucho margen de mejora para pulir los pequeños defectos en su narrativa que pueda tener, pero su mucha proyección es evidente: estoy ansioso por saber qué podrá hacer en el futuro. De momento, lo que hace es lo que toca: Escondite/la isla del Diablo es un precioso tebeo —o tebeos— de un autor joven, de veinticinco solamente, que en algunos aspectos demuestra gran madurez como artista y en otros se aprecia su edad real, lo cual, por supuesto, es completamente lógico y no tiene nada de malo. Y en todo caso, siempre queda claro que Nolla tiene algo esencial: una voz autoral propia y reconocible, reflexiva, sosegada, con un toque poético muy sugerente. Le seguiremos con atención.