Pareja humorística

En aquellos días, yo, que vivía constantemente en el ámbito de la hilaridad, provocaba a Pepe constantemente, incitándolo a interpretar situaciones demenciales, le pedía que imitara a personajes de la caspa nacional, y Pepe los bordaba, era un actor nato, un excelente ventrílocuo y muy buen cantante. Sin darme cuenta, acabé formando pareja humorística con él. A la mínima ocasión nos enzarzábamos en conversaciones ditirámbicas propias de payasos oligofrénicos.

Josep María Beà recuerda a su amigo, Pepe González, en La Cárcel de Papel.