Entrevista con Joann Sfar

Finalmente surgió la posibilidad de entrevistar a Joann Sfar durante su paso por Madrid y no la desaprovechamos. Debido a la apretada agenda del autor de cómic y ahora director de cine francés, realizamos una rápida entrevista a cuatro bandas. En una de ellas, Joann Sfar. Frente a él, Sergio de la sección de cine de ABC, Inés de Interfilms y Entrecomics. La entrevista se mantuvo en un perfecto español por parte de Sfar, que tan solo en una sola ocasión recurrió al traductor de francés-español para dar con una palabra concreta. Como comentó al comenzar la entrevista, estaba aprovechando para mejorar su español. Sfar fue en todo momento extremadamente simpático, agradable, sonriente y solícito, desarrollando sus respuestas más allá de lo estrictamente necesario. Un placer.

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ABC: ¿Qué es lo que le ha parecido más atractivo de la figura de Gainsbourg?

Para mí, filmar a Brigitte Bardot. (Risas). Lo digo para reír, pero el trabajo ha durado tres años, tratando de hacer algo sutil, poético, pero cuando me encuentro fuera de Francia me parece que el símbolo de la película y quizá de la vida de Gainsbourg, es el tío que ha vivido tres meses con Brigitte Bardot, que no es el centro de su vida, pero desde un punto de vista simbólico es el tío que se siente muy feo, que se odia a sí mismo… Y me parece un símbolo muy interesante, seducir a este símbolo que no es solamente la mujer más bella del universo, sino que es el símbolo de Francia. Y me parece que Gainsbourg trata de ser amado por su país. Su lucha es esa. Tratar de ser, si no amado, ser visto, y hacer cantidad de provocaciones, de tonterías, de todo eso, porque le gusta que la gente hable de él, le vean, le miren.

Además, quizá la familia de Gainsbourg ha accedido a mi proyecto porque no fue un clásico biopic, sino un musical. Mi referencia en la película no son los biopics de Ray Charles o de Johnny Cash, sino la película Un americano en París. Me parece que es volver a todos los clichés sobre las historias de donjuanes enamorados en Francia y ver cómo se puede hacer ese tipo de historia hoy en día. Quizá la información interesante es que es una película sobre Francia, sobre un artista francés, pero parte del dinero de la película viene de Universal. Es decir, que es interesante ver que fue más fácil encontrar dinero para una película sobre Gainsbourg en América, y por eso he trabajado sobre clichés franceses, y el París que se ve en la película es el de la edad de oro de la canción y todo eso pero es un París para turistas americanos y japoneses. Y me gusta muchísimo trabajar con eso, con un poco de ironía, pero también con tristeza, también con la idea de que Francia ya no es lo que fue en los años cincuenta. No hay nostalgia en mi trabajo, pero hay una conciencia muy fuerte de que son mitos modernos y quizás nos podemos preguntar cómo podemos construir hoy día mitos europeos. Me parece que cada país europeo no puede construir eso hoy en día, y se puede pensar quizá en hacerlo de manera europea, no de manera nacional.

Interfilms: Los actores en la película cantan, actúan, Eric Elmosnino incluso toca… ¿fue muy difícil encontrarlos, dar con el actor que encarne al personaje? Porque además se parece físicamente, incluso.

Yo nunca había visto un actor antes, es mi primera película, y por eso he empleado un montón de tiempo para el casting y para ensayar. Hemos tenido cinco meses para trabajar en cada escena de la película antes del rodaje. No me gusta la idea de decir que dirijo a un actor. Me gusta la idea de decir que estudiamos juntos el guión. Por eso a Eric [Elmosnino], que no viene del cine, viene del teatro, le gusta trabajar, le gusta construir y le gusta saber que se necesita tiempo para encontrar al personaje, mientras que en el cine los actores trabajan mucho más a través del instinto, la sorpresa, cosas así… que existen también en el trabajo de Eric, pero para que la sorpresa sea muy fuerte, se necesita un montón de trabajo. Y para aprender cómo cantar, como ser el personaje.

Entrecomics: Me gustaría saber cómo te ha ayudado ser autor de cómic a la hora de hacer la película, pero también si en algún momento para ti ha sido una desventaja.

Sí. Seguro. Seguro. Porque la gente te va a buscar porque has hecho cómic que han “viajado” muy bien, porque el cine francés no es fácil de exportar, pero los cómics se venden muy bien. Y parece fácil, porque tú cuentas una historia en forma de cómic que vas a convertir en película, pero la verdad es que es un problema, porque no es solo hacer una película, sino que hay que ligar todo mi universo visual a una película, y la primera cosa es que sabes que va a ser muy caro. No he tenido tanto dinero para hacer la película Gainsbourg, que cuesta 13 millones de euros… que es mucho, pero no es tanto. Lucky Luke cuesta tres veces eso. Además, el modo de escribir para el cómic es muy diferente del cine. La verdad es que no sé cómo escribir una película, estoy aprendiendo, me parece que hay un montón de cosas en Gainsbourg que podrían ser mejores si hubiera tenido más experiencia. Pero no quiero que un maestro de guión me explique cómo hacerlo. Quiero aprender por mí mismo. Es decir, que en mi percepción, el cómic me impide hacer una buena película, pero el dibujo ayuda, porque no conozco cualquier tema técnico del cine y con acuarelas, con dibujo, puedo trabajar en cada vestido, cada decorado, cada imagen. No conozco los nombres de los distintos planos del cine, pero yo sé precisamente lo que quiero en cada imagen. Hemos trabajado con gente que trabaja en el cine desde hace veinte o treinta años, y ven a un capullo como yo que viene para dirigir (risas)… Si pretendo ser el director, va a ser el infierno, pero desde el primer día se dan cuenta de que soy un artesano, como ellos, tengo el hábito de trabajar con mis manos, y en vez de hablar dibujo. Y eso es una gran ayuda, porque es un equipo, verdaderamente hay un equipo fenomenal en la película y es un trabajo de artesanos. Al principio yo pensaba que iba a ser difícil con la cámara, pero la verdad es que también es difícil con la ropa, con el decorado, con el pelo, con todo eso, y el dibujo ayuda de manera maravillosa.



ABC: Yo le quería preguntar justamente eso. El cómic es un arte muy íntimo, al fin y al cabo es un hombre enfrentado a una mesa con un papel, y de pronto tener que coger a cien personas…

Cuatrocientas. (Risas)

ABC: Cuatrocientas personas y tener que orquestarlas para sacar lo que quieres. ¿Eso cómo lo has vivido? Es muy complicado.

No, eso son buenas noticias. Porque habitualmente cuando haces un libro, estás solo. Vives un infierno y llevas el infierno a tu esposa y a tus niños y solo recibes amor del público cuando la obra está terminada. Mientras que en un equipo de cine, cada idea que te viene tienes que decírsela al equipo y hay una reacción siempre, siempre, siempre. Es como si pudiera hablar al público siempre y eso me gusta muchísimo. Me parece que fue lo mismo con Eric, con el actor, que tiene el hábito del teatro. Un día me dijo, “¿Sabes? No me interesa tu cámara. Yo interpreto para el equipo técnico.” Y eso me gusta muchísimo, porque hay amor siempre, y algo muy familiar, porque hemos tenido cinco meses de preparación y cuatro meses de rodaje. Es decir, un montón de tiempo juntos. Y a mí me gusta muchísimo tener gente a mi alrededor.





Entrecomics: Yo no he visto todavía la película, pero dices que es un musical, y luego tienes cómics como Klezmer u otros donde la música también es muy importante. Querría saber qué es la música para ti y cómo la relacionas con el cine y sobre todo con el cómic, si crees que hay alguna relación entre música y cómic.

Ese es el punto común de todos mis dibujantes preferidos: Quentin Blake, Sempé, Blutch… Todos ellos tratan de hacer música en un dibujo. Por supuesto que es imposible, pero puedes construir un dibujo pensando en cómo se construye una música de jazz, con improvisación, con cosas así, y para mí es como Star Trek, es Final frontier, la música. Y hacer una película no tiene que ver con el movimiento, porque movimiento también hay en el tebeo, tiene que ver con la música, tiene que ver con el universo sonoro. Mi película musical preferida es The last show, de Robert Alman, porque nunca sacrifica la música por la interpretación y nunca sacrifica la interpretación por la música, y hemos tratado con Gainsbourg en ir por ese camino, es decir, es un musical, pero la historia no se para para que haga una canción. Me gustaría que la canción ayudase también a la historia y es interesante explorar todo eso.



También está la cuestión de cómo se puede filmar el erotismo, porque mis cómic pueden ser muy crudos, muy pornográficos a veces, y me doy cuenta de que en cine no quiero hacer eso. Quiero hacer un cine muy fetichista, muy púdico pero perverso. Como en Buñuel, como en Fellini, como en Alfred Hitchcock. Es decir, no vas a ver las tetas de Laetitia Casta, no es sugerir para ver eso, pero me gustaría que la gente se enamorase de ella, y hay un montón de fetichismo, erotomanía y perversión en mi modo de filmar, no solo de pudor.



ABC: Ha hablado de varios directores de cine ahora. Le voy a preguntar qué directores de cine le gustan, cuáles son sus influencias.

Me gusta muchísimo el cine de tíos como Kurosawa, Buñuel, Fellini… Por eso los métodos de guión no me pueden ayudar, porque el cine que me gusta es un cine de sueño, como lo que hace Miyazaki también. Mi problema es que quiero hacer un cine como Guillermo del Toro, como Tim Burton, y te puedes preguntar dónde está el dinero para hacer eso en Europa (risas). Por eso tengo un montón de amigos en América (risas) y me gustaría seguir con la gente de Universal porque solo ellos tienen el dinero para hacer ese tipo de película. Lo difícil es hacer una película fuerte visualmente pero que no tenga una historia tonta, ¿sabes? Me gustaría hacer una película como Where the wild things are. Me gusta más eso que el tema digital. Hay cosas digitales en ella, pero hechas a su manera. Y me gustaría en el futuro hacer coproducciones europeas, porque es el único modo de hacer ese tipo de cine en Europa.

Interfilms: La figura que aparece en la película, el lado oscuro de Gainsbourg, por así decirlo, qué fue más difícil, ¿diseñarlo, introducirlo en la película, o que pareciera natural?

Para mí es natural poner muñecos en todos sitios, porque me gustan los muñecos. Fue muy difícil para el público francés. La película fue un gran éxito en Francia, pero hay un montón de gente que dice, “Oh, es maravilloso Serge Gainsbourg, pero, ¿por qué hay un muñeco?” Sin embargo, cuando me encuentro en Alemania, en España, en Inglaterra, a la gente le gusta mucho más la fantasía. Y fue un placer trabajar con el equipo de Guillermo del Toro, con todos los de Barcelona, David Martí y Montse Ribé, porque les gusta la fantasía, y no fue difícil, fue un placer. Yo hago un dibujo, ellos me mandan una escultura, hago otro dibujo, hay un discusión, después viene Doug Jones de los Estados Unidos, nos ponemos la ropa… ¡solo placer! No es solo una primera película, yo pensaba que podía ser también una última película (risas). Quería poner todo lo que me gusta. ¡Vamos a morir, hay que poner todo en esta película! Es como cuando follas por primera vez, (enumerando con los dedos) “¡Voy a hacer esto, esto, esto!” (Risas)



Entrecomics: Ahora te voy a hacer una pregunta solo relacionada con el cómic, no con Gainsbourg…

Me gusta el cómic, ¿sabes? (Risas)

Entrecomics: Algo he oído… Durante mucho tiempo L’Association ha sido el estandarte de la nouvelle BD, pero parece que el movimiento sido absorbido por las grandes editoriales. ¿Tú crees que ahora mismo existe un cómic independiente en Francia? ¿Qué autores podrían ser los que representan ese cómic independiente?

Ese es un problema que me parece muy grave, que ocurre en América y en Europa también. Yo no empecé en L’Association. Empecé al mismo tiempo en L’Association y en Dargaud y Dupuis y todo eso. En mi percepción, me parece que faltan buenos autores de cómic independiente, porque no hay un buen autor que no encuentre un editor, hay un montón de editoriales, y les gusta publicar cosas. Me parece que si te vas a los Estados Unidos, los mejores cómics hoy en día son de mainstream. No hay un guionista independiente tan potente como Ed Brubaker. Mis historias hablan a todo el mundo, no quiero ser alternativo. Había un milagro en L’Association, que fue seis autores importantes, como David B, Lewis Tronheim, Jean-Christophe Menu y todo eso, que trabajaban juntos para hacer algo. Me parece que Jean-Christophe Menu ha roto el juguete, porque quiere ser él solo, le gusta tanto el movimiento surrealista que quiere ser André Breton. Después se encontrará solo con su editorial y estudiantes que trabajan con él. Dice a todo el mundo, “Tú no eres kosher, tú no eres kosher…” Pero hay libros maravillosos en L’Association. Riad Sattouf, hace cosas… Nine Antico hace álbumes fantásticos… La verdad es que hay un montón de editoriales en Francia, hay un montón de lectores y… tienes razón, faltan autores vanguardistas. Faltamos verdaderamente. Es decir, los tíos dibujan de puta madre, pero a veces no tienen nada que contar. A mí me gusta muchísimo el trabajo de tíos como Daniel Clowes, o como Chris Ware, pero espero el nuevo Chris Ware o el nuevo Daniel Clowes y la verdad es que no lo conozco.



ABC: Ha estado en Valencia, en Cinema Jove. ¿Qué tal la experiencia allí en Valencia, cómo ha estado estos días?

Maravilloso. Yo conocía Valencia por las fallas, ¿sabes? (Risas) Tengo amigos, y aquí fue menos pagano que las fallas, pero la gente es maravillosa, hay un montón de actores, de directores, y el programa del festival me parece maravilloso. Lo pasé muy bien en Valencia.

Interfilms: Ahora se están dando mucho adaptaciones de cómic al cine. ¿Tiene algún proyecto futuro?

Pues sí. Estoy terminando mi segunda película, que es la adaptación al cine animado de El gato del rabino. Hemos trabajado durante tres años en esta película. Hay 200 animadores. Las imágenes son muy clásicas, porque se parece a las viejas películas de Disney, pero el guión habla mucho de religión, de provocación, de amor y de todo eso, y a ver qué ocurre con esta película. Tratamos de buscar dinero para hacerla en 3D. Si encontramos el dinero lo haremos, si no, la sacaremos de manera tradicional. El 3D me interesa muchísimo, pero es un montón de trabajo, porque si no quieres hacerlo en India, si quieres hacerlo bien, es trabajo de dirección. Es decir, cambiar cada plano para que tenga un sentido.



Entrecomics: ¿Han visto tus amigos autores de cómic Gainsbourg? Y si la han visto, ¿qué te han comentado?

Es muy difícil en mi estudio, porque está Riad Sattouf que ha hecho su película, está Marjane Satrapi que ha hecho su película también… Cada uno quiere hacer su película… “¡La mía va a ser mejor!” (Risas) Es una buena motivación, porque no conozco bien el universo del cine en Francia, no conozco a los otros directores, la única referencia que tengo son mis amigos.