Emilio Bernárdez, editor de Kiss Comix: «Somos arriesgados, publicamos cosas que otros no se atreven»

*Nota del autor de la entrevista.

*Corrían otros tiempos, era 2012, acababa de regresar a Barcelona y comencé a realizar entrevistas y críticas de cómics para Sigueleyendo, editorial digital y portal de cultura. Sigueleyendo paralizó su actividad hace un año. Las entrevistas que realicé tienen el valor de intentar ir a la segunda línea del cómics y contarnos los entresijos de la industria, el riesgo editorial y la satisfacciones personales de los que artesanos del objeto que finalmente nos llega a las manos. Con el motivo de ver el cómic desde un nuevo ángulo, acudí a Emilio Bernárdez, editor de La Cúpula, pero también de Kiss Comix, editorial de cómic erótico. Lo que por entonces acababa de nacer, hoy tiene seis títulos y varios proyectos más. Recuperamos en Entrecomics la entrevista.

 

Emilio BernárdezEmilio Bernárdez, en su estudio, en una foto de Ana Portnoy

 

 –  Hace un año aproximadamente, en agosto de 2011, cerraba la revista de Kiss Comix, que podemos considerar como la revista más prestigiosa en España de cómic erótico. Un año después, un poco por sorpresa, abre de nuevo Kiss Cómix metamorfosis y abre como línea editorial dentro de La Cúpula.

El cierre de la revista fue por falta de ventas, evidentemente. En España, en los últimos tres años han cerrado cinco mil Kioscos. Esa revista iba destinada a ese público, la gente que iba al Kiosco, pero como en la calle cada vez hay menos dinero, tuvimos que una caída de ventas infernal. Cerramos por una cuestión de economía. Lo tuvimos que hacer a pesar de tener una obligación con los autores, que son amigos ya después de tantos años de relación. Ellos lo entendieron perfectamente, que al final, son los más perjudicados. Nosotros hemos sobrevivido como editorial, pero ellos se han quedado sin trabajo. Por suerte, me llegan algunas noticias, que se están empezando a recolocar, que dibujan superhéroes, que una editorial francesa les va a publicar… etc. Creo que poco a poco ellos se recolocarán porque son autores con mucho talento, lo que pasa es que también les gustaba el medio, disfrutaban con el erotismo. Lo que más nos importaba era cómo se quedaban los autores, pero otro lado, no teníamos más remedio que cerrar. Es algo que no se me había ido de la cabeza en todo este tiempo. Pensaba: “¿Cómo podemos hacer para que estos autores y su material no se pierdan?”. Nosotros llevábamos 25 años de publicación, 239 números, desde casi las olimpiadas, en septiembre de 1991. Aún hay coleccionistas que nos llaman para pedirnos números atrasados porque los coleccionan. “Oye, ¿Puedo conseguir tal número?”, y si podemos, se lo facilitamos. Ese material es un archivo muy importante, aunque haya mucha gente que lo considere un material de segunda. Yo he pensado siempre todo lo contrario. Así que un día pensé, ¿Y por qué no hacerlos en libro?

Aprovechando el boom del tomo unitario.

Exacto. Empezamos a publicar cosas, pero no en libro blando, sino en un formato con el valor que en realidad tiene. Tapa dura, tamaño grande, para que lucieran bien.

Unas ediciones muy cuidadas.

El primer tomo, “4 amigas”, vale 24 euros. Hay gente que lo considera caro. Pero no lo es, si tú coges ese libro y lo desglosas y lo comparas, no es caro. Hay que tener en cuenta que un libro así, puede vender, a lo sumo, 1200 ejemplares. Un Astérix vale 12 euros y tiene 48 páginas y vende decenas de miles de ejemplares. “4 amigas” tiene 152 páginas. ¿Cuál es caro y cuál es barato?

En la presentación del blog de Kiss Cómix comentáis que buscáis la búsqueda de deleitar al lector y aportarle algo más.   ¿Qué significa ese algo más?

Un libro que pueda tener en su estantería. Le aportamos la facilidad de que consulte el libro en parte a través de un avance digital y pueda decidir si lo compra o no. Nuestro material, además, siempre ha luchado por la libertad sexual en igualdad de condiciones, no que la mujer tenga que estar sometida al hombre ni nada así, nos tomamos el sexo como una cosa unitaria. Sí que es cierto que a la mayoría de personas le da algo de corte comprar el libro. Pues estos libros, para que nadie se avergüence, tienen una portada muy cuidada y sugerente. Cuatro amigas echadas ahí como si estuvieran en la playa podrían salir en la portada de cualquier otro libro.

Y tenéis con los títulos un seguimiento digital, con bocetos, entrevistas, etc.

Había gente que nos dijo que porqué no poníamos eso dentro del libro. La razón era porque encarecía mucho el producto, y la gente lo que quiere es leer las historias, y no ver bocetos. Si a la gente le preguntas si quiere esos bocetos por uno o dos euros más, la mayoría te va a decir que no. Si lo tienes en internet y lo puedes consultar, pues mejor.

La Novia y la Ladrona
La novia y la ladrona de Sergio Bleda y Rakel, es su último lanzamiento.

 

– Puede servir para que la gente se enganche también a través de internet.

No es algo que pretendamos con esa idea. Simplemente lo hacemos porque creemos que la gente, en la mayoría de los casos, quiere saber algo más, como en Starship Trooper. “Si quieres saber más…”. Y si puedes, se lo das. La gente no sabe que Noé por ejemplo, aparte de autor, es un artista que hace unas acuarelas maravillosas, que da clase de arte en Argentina, etc. Todo eso son cosas que le das de más, pero tienen que obtener a través de internet. En el libro, le das la lectura, la historia.

Hay una palabra catalana que se dice “Lletraferit”, herido por la letra, que habla de los que consumimos libros. Considero que está un poco en desuso, porque uno puede leer donde quiera: en un Ipad, en internet, en un tablet cualquiera, en un móvil, etc. Pero los papeleheridos o tintaheridos son personas que necesitan el contacto con el papel, yo soy de ellos. Coges el libro y disfrutas con el tacto, el olor, la tinta… Te confieso que voy a la imprenta a comprobar los tirajes, y es prácticamente un subidón, a la que me llega el olor de las tintas, ¡Para mí es un flipe tío! Los libros que hacemos son para este tipo de gente.

Dentro del mundo del erotismo hay mucha gente que le tiene un aprecio total al medio y no le gusta que lo desvirtúes y se le trate despectivamente, a mí tampoco. Así que ahora puede tener acceso a un libro que puede tener en la estantería y puede enseñar a quién quiera porque está editado como una obra de arte. De hecho, hay un proceso especial, llamado supercolor, que es un tratamiento especial que le dan los impresores, buenos amigos.

Y los dos primeros artistas son argentinos.

Y como sigamos así, igual el tercero también. Lo estamos negociando y es más que posible. Pero no me gustaría que fuera así, ¿eh? Sólo que también es cierto que los argentinos han dejado mucha huella. Tienen un historial de dibujantes y guionistas impresionantes. Lo que pasa es que, por desgracia, muchos se van muriendo. Por ejemplo Trillo, que tiene una obra extensísima y que era espectacular.

Gambedotti, autor de 4 amigas, dice que además de hacer erotismo, le gusta hacer las cosas bien hechas y que, además de hacer erotismo, quería hacer una historia de amistad, felicidad y sexo.

Con Atilio nos une una amistad muy importante. Es alguien con quien entramos en contacto y me di cuenta enseguida que era un autor impresionante. En ese momento empezaba a pujar, cada vez que hacía algo lo hacía mejor, tenía unas ganas enormes de mejorar y un montón de historias en la cabeza. Al principio empezó haciendo guiones de otros escritores, pero en un momento determinado yo lo vi como insatisfecho. Le dije, “con todas las historias que tienes en la cabeza, ¿Por qué no te pones y las escribes?”. Quedábamos prácticamente cada jueves, y después de varios encuentros conseguí convencerle de una historia larga.

Y es que la gente ve una historia de sexo, pero hay mucho más, un trasfondo de humanidad, de relaciones personales, de todo. Decidimos contar con él porque cuando hacíamos las encuestas con la revista de Kiss Comix, una en verano y otra en invierno, él siempre arrasaba. Igual que Noé, siempre en lo más alto. Cuando sacamos estos libros empezamos por ellos, precisamente para no cometer riesgos y que la colección sobreviviera. Así podemos ir añadiendo títulos. Por ejemplo, el próximo autor me gustaría que fuera italiano, para buscar mayores detalles femeninos.

Kiss Comix funcionó mucho como cantera. ¿Y ahora?

Ahora es muy difícil que funcionemos así. Ten en cuenta que ahora no podemos pagar por páginas, sino por ejemplar vendido. La cosa es muy diferente. Es lo que dice Atilio en alguna parte, no puede hacer un libro entero para cobrar lo que nosotros le pagamos. Pero si lo has ido publicando en una revista, lo recopilamos, su autoestima crece y lo tiene todo en un libro. Claro, la revista puede financiarlo y paga porque tiene beneficios. Pero aquí, si pagas mucho, si no vendes cinco o seis mil ejemplares, pierdes toda la inversión.

¿Tenéis un perfil de consumidor o llega de todo?

Pues hay de todo, pero poco a poco va conformándose un tipo. En la revista había un perfil de entre 18 y 27 años. El lector del libro es más adulto. Va de los 27 a los 40. Y se nota una madurez en la gente que se dirige a nosotros. Vemos una edad más crecida, tal vez, gente que nos leyó en la revista y ahora quiere recuperar los libros. El nivel cultural parece más alto. También a la gente de 18 años no le puedes pedir mucho (a nivel económico).

Kiss ComixLos especiales antiguos de la revista de Kiss Comix están en el catálogo de su KissComixStore

 

Internet, ¿un enemigo o un aliado?

Para mí, como persona, es un aliado buenísimo. Como editor, a veces un aliado y en algunos casos un enemigo. Aunque no estoy seguro al 100%, porque lo adquieres a través del sentimiento de que te pirateen. Pero con Atilio lo hablaba, todo su material está pirateado en nosecuantos idiomas. Hay gente que se ha preocupado en piratearlo en inglés. Otros que la han traducido a idiomas que no existía ninguna edición, al ruso por ejemplo. Ese copiado de material no sabes hasta qué punto es perjudicial. Que esas historias estén en ruso, ¡Nosotros no podríamos hacer una edición en ruso! ¿Estamos perdiendo ventas con ello? No, porque no hay nadie que pueda publicarlo allí (estaría prohibido). Pero cuando te digitalizan en español, es posible que algo de daño nos haga. Aún así, no es posible juzgarlo al 100%. Yo tengo claro que hay un perfil de usuario en internet que no paga por nada… ¡Por nada! Así que, ¿cómo va a pagar por mis libros?

Y lo que funciona en Francia, Alemania o Estados Unidos en digital, aquí en España no funciona. Las ventas que en digital en Francia saldría bien, aquí no cubrirían los gastos de edición. Dicen que son ediciones sin gastos. En nuestro caso tenemos que pagar una traducción, un editor y un rotulador, y nosotros esos gastos no los cubrimos. Si los hemos cubierto es porque no se lo achacamos al digital, lo veíamos como parte del gasto en papel.

¿Os sentíais responsables, de alguna manera, de la herencia del cómic erótico en España cuando decidisteis que la revista Kiss Comix cerraba o simplemente lo habéis hecho por amor al cómic?

Lo hicimos por amor al cómic, al medio, por amor a la libertad de expresión, por amor a que se libere de los tabúes el sexo. Creo que hemos ayudado mucho a la liberación de los tabúes, a la normalización del sexo y a que se pudiera hablar de él. Los kioscos tenían hace 15 años un montón de Kiss y los ponían en primera plana. Habrá habido chavalillos que han despertado sexualmente haciéndose unas pajillas con nuestras revistas. ¿Y eso qué tiene de malo? La sexualidad es la sexualidad y no puedes hacer nada contra ella. Eso está dentro, latente, y serás hetero, homo, pero hay sexualidad. Que se normalice. ¿Por qué has de mirarlo como algo oscuro o de lo que te avergüences? En todo caso, hablarás de tu intimidad con algunas personas, pero de la sexualidad se puede hablar con tranquilidad. Eso es lo que intentamos con la revista de Kiss Comix. Como editorial siempre hemos intentado ser lo menos oportunos posibles, hacer nuestros propios proyectos y potenciarlos. A los tres años de sacar Kiss teníamos 3 o 4 imitadores, revistas que hacían las mismas historietas que nosotros. Sacábamos historias de colegialas y las imitaban, sacábamos una sección que se llamaba “Trastienda” y veías “el trastero”, y así…

–  Eso es un orgullo, ¿no?

Sí, por supuesto, pero claro, entraban a competir en el kiosco y bajaban las ventas. Luego descubrías que no le pagaban a los colaboradores y venían a que tú le dieras trabajo. Lo que quiero decir es que eso es oportunismo. Nosotros habíamos conseguido triunfar teniendo ideas detrás. La gente decía, ¿Ideales de sexo, de despertar sexual y tal? Pues sí, igual que tienes ideales cuando pretendes que la mujer tenga derecho a voto, lo mismo. A nosotros, que veíamos del oscurantismo franquista, nos parecía muy importante hablar de sexo libremente.

De hecho, por eso creamos el Kiss. Hacíamos la revista El Víbora y hablábamos de todo sin tabúes; de sexo, de rock&roll, de drogas y de lo que fuera posible. Nos metíamos con los políticos, con la policía, con todo el mundo sin importarnos mucho lo que pasara, porque veníamos del franquismo y necesitábamos soltarlo y decir lo que creíamos que era nuestra verdad. Una de esas cosas era el sexo. En un momento determinado, todo el mundo tenía inquietudes de todo tipo y nos dijeron que había demasiado sexo y no hablábamos de otra cosa. Entonces pensamos en liberar a El Víbora de tanto sexo, y usarlo cuando fuera oportuno y la historia lo requiriera. Y quién quisiera hablar de sexo explícitamente, como temática, se iba a Kiss Comix.

–  ¿Cómo os planteáis el futuro de la colección?

Como decían los punkies, “No future”. En estos momentos no sabemos por dónde irán las cosas, es que no tenemos ni puñetera idea. Un editor tiene que tener contacto con lectores y compradores para saber qué hacer. Pero ahora nuestros lectores, muchos de ellos, están en el paro. O están acojonados respecto al futuro y no gastan un euro por lo que pueda pasar. Y si no te compran, claro, no tienes ese feeling. Nosotros ponemos toda la carne en el asador pensando en que todo va a ir a mejor, pero a ver cuándo va a mejor.

–  ¿Y cómo va La Cúpula, fuera de la línea erótica, una marca distintiva y de gran prestigio entre el consumidor de cómics?

Pues eso pretendemos, diferenciarnos. Hacerlo cuidando el producto, con el acabado. No resulta evidente del todo, pero cuidamos muchísimo cada formato. Cualquier tomo antes de salir al mercado, ha pasado seis correcciones distintas para que no exista ningún error. Intentamos ser metódicos. Otra cosa son los rotulados, donde muchos editores tienen una tipografía parecida o casi igual para tomos de diferentes características (humor, acción), nosotros nos tomamos el trabajo de imitar al autor. Tanto que algunos autores se sorprenden y dicen “oye, ¡pero si yo no he rotulado esto!”. Y es que el autor con su trazo le confiere su personalidad al cómic. Los que rotulan claro, porque hay algunos que dejan el bocadillo en blanco y los diálogos van a parte. Intentamos imitar su tipografía para que el libro tenga el mismo acabado que el original. Mucha gente no se da cuenta, pero queda de una manera subliminal.

Y esto viene a que como editores queremos ofrecer el mejor producto dentro de nuestra línea. Somos arriesgados. Empezamos publicando a Crumb, que es muy machista, por ejemplo. Y funcionó. Publicamos a Daniel Clowes, que no era nadie en España y ahora todos los editores lo quieren. Y es que nuestra marca es así, publicamos cosas que otros no se atreven.